Читать книгу Cuando el pipí se resiste - Stephane Dr. Clerget - Страница 10

Capítulo 2
Control de esfínteres de día
Los pequeños accidentes, inevitables

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Al principio, los escapes serán frecuentes. El niño no siente ganas de ir la baño, y su vejiga llena se desborda de repente. En esos casos, es preciso aprovechar para indicarle: «¿Ves? no es agradable», o bien: «Podrías haberlo hecho en el orinal.» Eso puede ayudar a identificar la sensación de vejiga llena y asociarlo a lo que se espera de él. A veces el niño dice con orgullo «pipí» para pedir el orinal y… al mismo tiempo se da cuenta de que se lo ha hecho encima. Más que reñirlo por no haber sabido esperar, es preferible felicitarlo por haber intentado avisar de que necesitaba el orinal. Para que no se sienta mal al principio se le puede proponer que se ponga un pañal por seguridad, cuando se va de compras, o cuando se va de paseo. Mientras está aprendiendo a contenerse e incluso después, cuando sepa controlarse, tampoco estará a salvo de pequeños accidentes. No es extraño que un niño, enredado por su juego, se retenga, hasta que ya no pueda más y se lo haga encima. Hasta los 4 o 5 años, estos escapes no tienen nada preocupante ni patológico. Además, no se habla de enuresis hasta los 5 años. Así pues, hay que tomárselo con filosofía.

Cuando el pipí se resiste

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