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Capítulo 2
Control de esfínteres de día
Resolver los conflictos

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Si realmente se niega a sentarse en el orinal y no se está quieto cuando está sentado, es inútil reñirlo. Quizá no está listo para el aprendizaje. Sin duda, no ve ningún interés en hacerlo dentro del orinal. Es normal, porque desde que nació ha llevado pañales. Son casi como una parte de sí mismo. ¡Si se dibujara seguramente también se representaría así vestido! Es fácil entender que no quiera renunciar a ello.

Además, significa decir adiós a esos momentos de complicidad que lo unen a su papá o a su mamá cuando lo cambian. Y, además, si es el único de la familia que utiliza un orinal, si no está en contacto con otros niños que también lo utilicen, eso no lo ayuda a entender lo que se espera de él. Algunos orinales son tan atractivos que parecen juguetes, y puede ser adecuado escoger uno más neutro. Además, mientras no se sienta motivado, es mejor abandonar este aprendizaje y retomarlo dos o tres meses más tarde. En efecto, si se convierte en objeto de conflicto, puede provocar a largo plazo una enuresis de oposición. Cuanto más insista, más se bloqueará el niño, sobre todo si se encuentra en el famoso período del no, muy frecuente en torno a los 2 años. No quiere ir al orinal. ¿Reclama su pañal? Pues, mala suerte, no le haga reproches, incluso aunque otras madres le digan que tendría que conseguirlo si su hermano ya controlaba los esfínteres a la misma edad. Después de todo, su cuerpo le pertenece y existen otros medios para que tenga ganas de dominarlo: animarlo a vestirse y comer solo, o ir en triciclo, subir al tobogán… Los juegos de agua también son muy útiles, porque no hay nada como llenar botecitos pequeños y vaciarlos, jugar con cañerías o hacer presas para entender cómo circula la orina en el cuerpo y querer controlarla. Pero si a pesar de todo eso su hijo sigue rechazando el orinal, también puede proponerle ir directamente al baño, como los mayores. Hoy en día, existen adaptadores que hacen que el váter sea más accesible para los niños. Se puede instalar un taburete para que pueda sentarse solo. ¿Por qué no intentarlo? Lo principal es ser flexible para que el aprendizaje del control de esfínteres se efectúe serenamente.


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Cuando el pipí se resiste

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