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Capítulo 2
Control de esfínteres de día
Niñas y niños, una madurez diferente

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No crea que es cierto el viejo refrán machista que dice que todas las niñas son «meonas». La enuresis no es en absoluto un tema que afecte sólo a las niñas, al contrario. Dos de cada tres niños con enuresis son niños. Y las niñas logran controlar los esfínteres un poco antes que sus compañeros. ¿Quizá porque, en general, las madres son muy exigentes con sus hijas en cuestión de control de esfínteres y tienen tendencia a sobreproteger a sus niños, lo que les vuelve menos autónomos? ¿Quizá parece que a los niños les cueste más controlarse debido a la hormona masculina, la testosterona, que les lleva antes a la acción, a la exteriorización? Pero también puede pensarse que los niños tienen mayor necesidad de oponerse a su madre para construir su identidad de niño, y como la limpieza es a menudo una cuestión más propia de la madre, eso podría explicar que tarden más en controlarse. Sin embargo, sólo son hipótesis sobre una cuestión que está lejos de estar zanjada… Sin duda, las niñas a menudo tienen un deseo apremiante y no se esconden por ello. Para ellas, hacer pipí no es sólo la satisfacción de una necesidad natural, sino casi un acto social. Van gustosamente al baño en grupo, piden a sus compañeras que les «sujeten la puerta» y aprovechan su paso por el baño para conversar. Los niños son mucho más discretos, salvo cuando se divierten con sus compañeros haciendo pipí lo más lejos o lo más alto posible. Una demostración de virilidad que descubre que la forma de hacer pipí está ligada a la afirmación de la identidad sexual. Así, los niños empiezan a hacer pipí sentados como las niñas, pero al crecer se ponen de pie, como los hombres. Por el contrario, a veces se ven algunas niñas intentando imitar a los niños orinando también de pie, sobre todo en verano, cuando están en el campo. La proximidad del aparato unitario y de los órganos genitales hace que la función urinaria y la sexualidad estén muy asociadas una con otra en la imaginación, y todavía más en los niños debido a que su pene vehicula a la vez orina y esperma. Además, a veces se emplea el término «pito» para designar los órganos genitales. ¿Acaso no se dice por ejemplo «jugar a tocar pito»? ¿Y si la enuresis fuera sólo para el niño una forma de expresar sus angustias, sus preguntas respecto a la sexualidad?

Cuando el pipí se resiste

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