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ОглавлениеCAPÍTULO 4
CÓMO CUIDAR LA SALUD DESDE LA PERSPECTIVA DEL YOGA
La parte nunca puede estar bien si el todo no lo está. —PLATÓN
El yoga generalmente se engloba dentro del mundo de la “medicina complementaria y alternativa”, pero la frontera entre la medicina alternativa y la convencional es artificial; hay prácticas que podrían estar en ambos lados de la línea. Las causalidades históricas y la politización de la ciencia y la medicina han generado desventajas al determinar qué tipos de cuidado sanitario se establecieron como convencionales y cuáles fueron relegados como alternativos. Así, el uso de pastillas de hormona tiroidea, una réplica química exacta de una hormona humana generada de forma natural, es medicina convencional, pero el complemento de melatonina, otra hormona humana, es medicina alternativa. Si un quiropráctico te corrige la espalda, es alternativa, pero si lo hace un osteópata, es convencional. En su momento, la homeopatía era considerada parte de la medicina convencional, pero la clase médica dirigente ha cambiado de idea sobre este tema.
Una distinción más significativa se da entre holismo y reduccionismo. La visión reduccionista intenta limitar la complejidad de la enfermedad a un factor y después la intenta aplacar con la “bala mágica” –medicinas o cirugía. También podría tratarse de un remedio a base de hierbas, porque la doctrina de bala mágica es frecuente tanto en la medicina alternativa como en la convencional. Un ejemplo de reduccionismo es el tratamiento convencional de las enfermedades cardíacas, que en su peor aspecto reduce este enormemente complejo campo a poco más que “tome esta medicina para reducir el colesterol”. Cuando las balas mágicas son lo suficientemente fuertes, no es necesario que se analice cómo pueden influir en los problemas de salud la dieta, practicar deporte, los niveles de estrés y otros factores.
Por el contrario, el holismo implica mirar todas las caras del problema e intentar intervenir en tantos puntos y de la forma menos agresiva que sea posible. Vistos de forma holística, casi todos los problemas surgen por varios factores. Un enfoque verdaderamente holístico estudia todos los sistemas del cuerpo y trata de optimizarlos, utilizando la combinación de medidas que se considere más eficaz y segura. Algunos médicos, evidentemente, ofrecen un enfoque más holístico que otros.
Asimismo, hemos de ser conscientes de que muchas terapias clasificadas como alternativas son medidas reduccionistas, no holísticas. El remedio alternativo para las enfermedades cardíacas, la terapia de minerales quilatados, en la que un químico sintético es inyectado por vena, puede ser eficaz o no, pero no es en absoluto holística. Del mismo modo, cuando se toman vitaminas en dosis enormes, en realidad funcionan como fármacos. Coger algo de la naturaleza, aislar un componente y concentrarlo es reduccionismo. Algunos extractos de hierbas, en los que un componente de la hierba ha sido aislado, ya no son hierbas en sentido estricto. Se parecen más a los fármacos, incluso siendo derivados de materias naturales. Una hierba pura (y algunos extractos menos concentrados), por otro lado, suele contener cientos de productos químicos diferentes que funcionan a la vez y se convierten en un remedio más holístico.
TABLA 4.1ALGUNAS DIFERENCIAS ENTRE EL YOGA TERAPÉUTICO Y LA MEDICINA CONVENCIONAL
TRATAMIENTO MÉDICO CONVENCIONAL | TRATAMIENTO MÉDICO DEL YOGA |
Reduccionista | Holístico |
Aparición rápida | Aparición lenta |
Los efectos tienden a desaparecer con el tiempo | Los efectos tienden a aumentar con el tiempo |
Bueno para tratar problemas graves (accidentes, emergencias) | Malo para tratar problemas graves |
Malo para tratar problemas crónicos (diabetes, artritis) | Muy bueno para tratar problemas crónicos |
Malo para tratar enfermedades psicosomáticas (estrés, síndrome del intestino irritable, dolores de cabeza, etc.) | Excelente para tratar enfermedades psicosomáticas ) |
Bueno para tratar el dolor (al menos en teoría), pero malo con el sufrimiento | Ayuda frente al dolor y excelente para tratar el sufrimiento |
Terapias generalmente basadas en un mecanismo de acción principal | Terapias basadas en muchos mecanismos de acción simultáneos |
Tratamientos estandarizados | Tratamientos adaptados al individuo |
Frecuentemente ignora posibles sinergias curativas | Basado en los efectos acumulativos y multiplicadores de intervenciones múltiples |
Efectos secundarios generalmente negativos | Efectos secundarios a menudo positivos |
Controlado por el médico | Controlado por el paciente |
El paciente es fundamentalmente el receptor pasivo de la terapia. Puede ser inconsciente (con algo de ayuda). Requiere conocimiento | El paciente hace el tratamiento de forma activa |
Por lo general implica poco aprendizaje | Implica aprendizaje |
Alta tecnología | Baja tecnología |
Muchos tratamientos se realizan en un hospital o una clínica | Los tratamientos se pueden realizar en casa |
Prescinde de pruebas anecdóticas | Basado en la experiencia directa del paciente |
Basado en pruebas diagnósticas de examen directo del paciente | Basado en la observación directa del paciente |
Costoso y puede requerir una inversión continuada en el tiempo | Poco costoso; una vez que aprendes yoga y compras los cojines, es gratuito a no ser que decidas seguir estudiando |
Menor énfasis en la prevención | Mayor énfasis en prevención |
La ausencia de síntomas o signos de la enfermedad y los buenos resultados en las pruebas equivalen a salud | La salud se define como un alto nivel de bienestar físico, emocional y espiritual |
No digo que nunca se deban usar terapias reduccionistas. Son herramientas valiosas en circunstancias adecuadas y pueden usarse, de forma selectiva, como parte de una visión holística global. Tan sólo hay que entender que tienden a tener un riesgo más alto de efectos secundarios que otras medidas más holísticas –sin estar estas últimas libres de todo riesgo en ningún caso. Del mismo modo, si tienes una disposición favorable hacia la medicina alternativa, no dejes que esto te permita ignorar los riesgos de las herramientas reduccionistas que se han etiquetado como alternativas.
En la tabla 4.1 de la página 66 se comparan las estrategias reduccionistas más comunes que se dan en la medicina convencional con la visión holística del yoga.
Una razón que hace del yoga una fuerza tan potente para mejorar la salud es que tú lo haces. Otros pueden ayudarte a llegar a él, pero eres tú quien ha de hacer el trabajo, si no, no ocurre nada. Los buenos sanadores holísticos, sean alternativos o convencionales, hacen que sus pacientes se involucren activamente en su cuidado. Junto con el resto de tratamientos que administran, probablemente recomienden medidas como el yoga, el paseo, la meditación, los cambios en la dieta o la escritura de sus sentimientos en un diario. Estas medidas confieren poder de una forma que no lo hacen ni los medicamentos ni las operaciones. Estoy totalmente convencido de que tener un papel activo en el cuidado propio no sólo mejora el bienestar, sino también las posibilidades de recuperación.
HOLISMO EN ACCIÓN: DOLORES
En el capítulo 1, narré la historia de Dolores, que utilizó el yoga, la medicina tradicional china, incluidos los remedios herbales y la acupuntura, y su fe cristiana para enfrentarse a una infección del VIH. Diferentes aspectos de su régimen fortalecieron su cuerpo, hicieron descender sus niveles de estrés, cubrieron sus necesidades emocionales y espirituales y le ayudaron a atenuar el ataque del virus en su sistema inmune.
Cuando nos conocimos, Dolores llevaba más de un año sin medicación convencional y se sentía bien. En aquella época, los médicos controlaban el nivel de células T –una medida de la función inmune–, así como la cantidad de VIH en la sangre. Finalmente, descubrieron que su nivel de células T comenzó a caer de normal a insuficiente –aunque sin ser peligroso todavía– y que simultáneamente su nivel de VIH empezó a subir. Siguiendo los consejos de su médico, retomó la medicación, con algunos de los nuevos fármacos desarrollados en los últimos años.
Dolores había dejado de tomar la medicación en un principio porque había sufrido uno de los efectos secundarios comunes de los potentes fármacos usados para luchar contra el VIH, un problema de distribución de grasas. Comenzó a notar que estaba perdiendo un poco de grasa en el rostro, las rodillas y los codos. Estaba convencida de que era debido a la medicación. Los médicos le aseguraban que tenía buen aspecto.“No, no lo tengo”, les decía ella.“Puedo notar los cambios en mi cuerpo”. Abandonó los medicamentos con el permiso de su médico durante un año y medio y su problema de mala distribución de grasas dejó de avanzar. Actualmente, toma tres medicamentos diferentes. Hasta ahora, los tolera correctamente; los nuevos fármacos parecen tener menos efectos secundarios que los anteriores. Su nivel de células T se ha recuperado y la cantidad de VIH en la sangre está de nuevo por debajo de los niveles detectables.
Además de volver a la medicación, sin embargo, Dolores ha seguido explorando otras vías hacia la salud y la curación. El yoga ha tenido un impacto fundamental en su forma de comer. Aunque muchos occidentales probablemente no consideran la dieta parte del yoga, los yoghis lo ven como parte esencial. Su intenso conocimiento de uno mismo les permite identificar el impacto de la comida que consumen en el estado de la mente del mismo modo que la calidad del ejercicio. “Cuando comienzas a abrir todos los canales internos”, dice Dolores, “empiezas a darte cuenta de la relación que hay entre aquello que comes y cómo te sientes”. Al crecer, Dolores nunca pensó en una dieta saludable. Ahora, dice no ser “vegetariana ni una fanática de la salud, pero tengo cuidado con lo que como”. Siempre que puede, elige alimentos orgánicos.
Además de cuidar de sí misma, Dolores se esfuerza por cuidar a otros. El servicio, que los yoghis llaman karma yoga, es una parte importante del camino espiritual de Dolores.Trabajando con su iglesia, ha colaborado en la creación de un proyecto de alfabetización para adultos en la comunidad. Ella afirma que “hay que ser capaz de compartir y devolver”. Recientemente, Dolores ha comenzado a acudir a clases nocturnas, como parte de su deseo de dejar su trabajo en el mundo de la empresa para convertirse en profesora. Este cambio refleja el proceso que los yoghis llaman encontrar el dharma, el propósito vital o profesional (en el sentido más amplio). Muchas personas descubren que cuando empiezan a calmar su mente tienen un mayor acceso a su intuición, a su sabiduría interior. “Se abrió mi creatividad, se abrió mi conciencia, lo que me empujó a hacer lo que debería estar haciendo aquí. Quiero enseñar, compartir y seguir ayudando donde pueda.”
Herramienta del yoga: BHAKTI YOGA. El bhakti, o devoción, se considera uno de los principales caminos del yoga. Numerosos estudios han descubierto que la gente creyente es más sana. Dolores afirma que la combinación de meditación y oración ha sido clave para su curación. Incluso si la oración está basada en la fe cristiana, este tipo de práctica devota se combina perfectamente con el bhakti yoga. Su fe religiosa se ha convertido también en una fuente principal de comunidad en su vida, lo que los yoghis llaman sangha. “He encontrado una iglesia que me encanta”, cuenta Dolores, “y soy miembro desde hace casi dos años. Es una antigua iglesia pequeñita con un gran sacerdote. Siento como si hubiera encontrado mi casa, espiritualmente”.
UN ENFOQUE DESDE EL YOGA AL CUIDADO DE LA SALUD
Si piensas en ello, la forma de Dolores de enfrentarse a la salud se basa en el yoga. Como los maestros tántricos de la antigüedad, ha adoptado toda herramienta que pudiera ayudarla. Al contrario que aquellos a quienes les disgustan los excesos de la medicina moderna y la rechazan por completo, ella sabe que se han realizado grandes avances en el conocimiento del funcionamiento del cuerpo –y, en su caso concreto, en cómo puede controlarse el virus del SIDA. Incluso durante el año y medio en el que Dolores no tomaba la medicación contra el VIH, acudía a revisiones médicas y, cuando fue apropiado, aceptó retomar la terapia de fármacos. Pero Dolores no se ha limitado a la medicina convencional. Encontró ayuda en la acupuntura, en las hierbas chinas, en la psicoterapia y en una serie de herramientas de yoga, incluidos la asana, la meditación y el servicio, y en la oración.Tomó medidas al mismo tiempo para mejorar el estado de su cuerpo, su mente, sus emociones y su espíritu.También utilizó su capacidad para identificar en su cuerpo un efecto secundario grave de la medicación antes de que el daño fuera grave.Tanto esa capacidad como la confianza para reafirmarse cuando su médico en un primer momento desestimó su queja son fruto de su práctica del yoga.
Dolores abordó su problema de salud desde una visión holística, que enseña que uno afronta una dificultad tratando todos los factores que pueden estar afectándole. Algunos médicos convencionales pueden dudar de que se pueda aliviar el dolor de la zona lumbar trabajando el bienestar emocional, pero cuando ves claramente que practicar yoga ayuda, se convierte en algo obvio. Por eso, el camino de la curación a través del yoga supone recurrir a tantos mecanismos diferenciados como sea posible para intentar generar un cambio en el conjunto.
SER CONSCIENTE DEL YOGA EN EL CUIDADO DE LA SALUD
Sirviéndose de una conciencia interna cuidadosamente desarrollada, los antiguos yoghis descubrieron cosas extraordinarias. Un experto profesional como el swami Rama (ver capítulo 2) pasó décadas perfeccionando su capacidad para percibir estados internos, casi del mismo modo que un violinista pule su capacidad para oír y reproducir finos matices del sonido. Antes de poder empezar a controlar algo como el ritmo cardíaco o las ondas cerebrales, tuvo que ser capaz de percibir exactamente qué estaba pasando en el interior. Si el swami Rama descubrió que un ejercicio o una comida tenían un efecto concreto, es que es algo más que una vaga especulación; es como si Yo-Yo Ma se da cuenta de que su chelo está desafinado. La sabiduría del yoga nace de maestros con delicadas aptitudes perceptivas.
El yoga enseña que cuanto más se cultiva la conciencia del cuerpo en la práctica del yoga, más se llega a confiar en las percepciones. Empezarás a sintonizar con las reacciones de tu cuerpo en aspectos diferentes relacionados con la salud y el bienestar. Quizá sientas, por ejemplo, que intentar desconectar viendo la televisión te deja más inquieto y deprimido, pero que un paseo por el barrio te hace sentir más relajado y con energía. Con esta información, puede que tomes una decisión diferente la próxima vez. También puedes usar esta mayor conciencia para decidir qué alimentos comer y cuáles evitar, qué posturas de yoga y otros ejercicios te sientan bien, qué medicamentos y hierbas tomar, qué tipo de trabajo corporal hacer e incluso con qué amigos compartir tiempo.
Digamos, por ejemplo, que crees que algunas hortalizas como la berenjena y el tomate pueden estar agravando los síntomas de tu artrosis o que los productos lácteos están generando un aumento de mucosidad, dos ideas normalmente desechadas por la medicina convencional. En vez de decir que “no hay pruebas de ello”, el enfoque del yoga consistiría en realizar un pequeño experimento y llegar a una conclusión propia. Elimina esos alimentos de la dieta durante un par de semanas y observa el efecto. Después vuelve a introducirlos y observa cómo te sientes. Si la experiencia te dice que te sientes mejor sin esos alimentos, la información es muy importante. Si repites el experimento y obtienes los mismos resultados, la acusación contra estos alimentos en concreto es todavía más grave.
Puedes ejercer más control sobre el cuidado de tu salud utilizando la conciencia del yoga para controlar los ciclos de tus problemas de salud. Sugiero llevar un diario de los síntomas y de los factores que influyen. En un gran número de enfermedades, desde las migrañas hasta el asma, lo que comes, el ejercicio que haces, el estrés que sufres y la calidad del sueño influyen en los síntomas. Escribir breves notas en un diario ayuda a potenciar el estudio de uno mismo, svadhyaya. Intenta establecer relaciones entre los síntomas y todo aquello que ocurre en tu vida. Si existen parámetros que puedas medir, como la presión sanguínea, el azúcar en sangre si tienes diabetes o el ritmo más rápido en un ataque de asma, recomiendo controlarlos de manera regular y escribirlos, también, para tener más información que analizar. Asegúrate de revisar periódicamente lo que has escrito. Puedes descubrir tendencias que afecten a decisiones futuras.
EL AHIMSA EN EL CUIDADO DE LA SALUD
El ahimsa, el principio de no violencia, representa la base del yoga y es fundamental en el enfoque del yoga para el cuidado de la salud. Quizá creas que siempre preferirías el tratamiento más agresivo para toda enfermedad que sufras, pero muchas veces no es una buena idea. Un tratamiento mejor equilibra los posibles beneficios y el riesgo de sufrir efectos secundarios. Los tratamientos menos potentes son a menudo el mejor punto desde el que empezar si se tiene prueba de su seguridad. El OxyContin quizá sea un potente calmante del dolor, pero normalmente no es el medicamento adecuado para el dolor de cabeza. No se llama a un timbre usando un hacha.
Una de las principales ventajas de los sistemas médicos tradicionales, como la medicina ayurvédica (ver página 74), la tibetana, la japonesa y la china, es que en manos de profesionales cualificados son a la vez eficaces y muy seguras –aunque tomar sólo remedios aislados de estos sistemas sin orientación profesional puede ser peligroso. Otro atractivo de los sistemas tradicionales, como el ayurveda y la medicina tradicional china, es que pueden detectar y tratar desequilibrios en su fase preclínica, es decir, antes de que la medicina occidental pueda detectar una enfermedad. Estos sistemas también pueden ayudar a aquellos cuyos síntomas no coinciden con ningún trastorno médico conocido. En último lugar, el tratamiento de los desequilibrios puede mejorar síntomas diferentes a los que se intenta curar.
Las terapias curativas más recientes que parecen ser muy seguras son la homeopatía o las técnicas con energías, como el reiki o el masaje terapéutico. Aunque todavía se debate sobre el tema, estos métodos cuentan con cierto apoyo por su eficacia en la investigación, así como en muchos informes de casos conocidos. Siempre que sean seguras, puede tener sentido usar terapias sin ninguna prueba científica de su eficacia. Muchos médicos cometen el error lógico de rechazar herramientas que carecen de pruebas científicas, incluso aunque puedan funcionar y parezcan ser seguras. Esto es especialmente desafortunado si tenemos en cuenta que muchas terapias alternativas seguras que mucha gente considera eficaces nunca han sido estudiadas.
Creo que uno de los mayores puntos débiles de la medicina moderna está en las técnicas manuales, entre las que se incluyen varios tipos de terapias con masajes, el shiatsu (digitopuntura japonesa), la liberación miofascial, rolfing, el Método Trager, los masajes del thai yoga, la reflexología y la terapia craneosacra. El ayurveda, también, tiene una rica tradición de masaje y otras técnicas de trabajo corporal, pero la mayoría de los médicos occidentales lo desconocen. A pesar de no ser en sí mismas técnicas manuales, la Técnica Alexander y el Método Feldenkrais son dos terapias adicionales que parecen tener un gran potencial curativo. Aunque no existe demasiado apoyo científico para la mayoría de los tipos de trabajo corporal, he encontrado distintas variedades enormemente útiles para mi caso y he oído opiniones similares con bastante frecuencia. Algunos doctores rechazan diversas formas de trabajo corporal como la reflexología porque las explicaciones que sus defensores dan no parecen lógicas –un error que yo también cometía. Lo que no entendía es que la gente puede carecer por completo de base en sus explicaciones sobre cómo funciona algo y ser también completamente precisos al percibir que lo hace. Como hay cientos de técnicas manuales diferentes y muy poca investigación en marcha, si esperas pruebas científicas antes de probarlas, probablemente no llegues a utilizar este conjunto de potentes modalidades terapéuticas en esta vida.
Mi experiencia me dice que los beneficios confluyen al completar el yoga con diferentes tipos de técnicas manuales. Las capacidades propioceptivas –la capacidad de sentir qué está pasando en el cuerpo– que se consiguen mediante la práctica continuada del yoga pueden ayudarnos a experimentar con más profundidad lo que están haciendo los profesionales con sus manos. La capacidad de sentir qué está pasando en nuestro cuerpo con una sensibilidad más aguda de lo normal puede también hacernos saber si las técnicas manuales están aportando un efecto beneficioso. Algo que, de nuevo, no ha sido comprobado por la ciencia, pero que los yoghis experimentados pueden saber –y la experiencia es muy persuasiva. Una vez que has desarrollado el “sentido de la experimentación”, te vuelves sensible a las diferencias de calidad de los distintos expertos y puedes sentir lo extraordinariamente capacitados que están los mejores. Los que realmente tienen buenas manos gozan de una buena reputación; si preguntas, te enterarás de quiénes son. Es una muy buena idea consultar la opinión de yoghis u otras personas que hayan desarrollado sus propias capacidades perceptivas.
EL YOGA Y LA SALUD AMBIENTAL
Uno de los niyamas, la segunda rama del yoga según Patanjali, es la pureza o limpieza. En el mundo moderno, uno de los mayores desafíos para la pureza en lo que afecta a la salud está relacionado con la contaminación ambiental. Como los agentes contaminantes se mezclan con la comida que ingerimos, con el agua que bebemos y con el aire que respiramos –y no puede evitarse por completo hagas lo que hagas o vivas donde vivas–, éste es un asunto que nos incumbe a todos. Aun así, ser conscientes de los riesgos potenciales y tener un plan para limitar la exposición cuando sea posible puede reducir el daño.
Cada vez hay más indicios de que los pesticidas, los herbicidas, los fungicidas y otras biotoxinas que se encuentran en alimentos cultivados comercialmente pueden poner en peligro la salud. Estamos expuestos a estos químicos, no sólo al comer alimentos contaminados, sino también al trabajar en el jardín, al andar sobre césped e incluso al respirar. Una perspectiva del yoga sugeriría que el daño potencial a la salud del hombre de estos agentes contaminantes probablemente haya sido subestimado. La ciencia reduccionista normalmente estudia sólo los efectos que cada cosa provoca en un momento concreto. Pero al evaluar los efectos de un único pesticida o toxina –si acaso se estudian–, los científicos pasan por alto el factor crucial de los efectos acumulados e incluso multiplicativos de las exposiciones múltiples a cientos de químicos diferentes. Cuando se entiende la intensidad de las conexiones entre las diferentes formas de vida en los ecosistemas y las similitudes entre los sistemas biológicos de nuestros cuerpos y los de los insectos contra los que se dirigen, la idea de que algo lo suficientemente fuerte como para exterminar a los insectos no tendrá, en modo alguno, efecto sobre nosotros parece poco probable.
El yoga propone que se mire más allá de los efectos que la dieta tiene sobre la salud y el estado mental y que se piense en las implicaciones en el karma. El karma a veces se define como “lo que va, vuelve”. La Biblia advierte de forma parecida que uno recoge lo que siembra. Al margen de los efectos sobre la salud de los pesticidas, no hay duda de que estos químicos envenenan a los agri-cultores, contaminan el agua del suelo y pueden dañar a otros seres de maneras complejas que son casi imposibles de evaluar íntegramente. Los fundamentos del yoga indican que la compra de productos orgánicos ayudará a hacer del mundo un sitio mejor del que disfrutar uno mismo y el resto. Del mismo modo, si comes carne o productos lácteos, trata de elegir los derivados de animales criados de forma respetuosa.
Una dieta vegetariana, en especial si se comen tantos alimentos orgánicos como sea posible, limita la exposición tóxica. Muchos pesticidas, herbicidas y otras toxinas se van concentrando a medida que se asciende en la cadena alimentaria: si comes carne o productos lácteos –situados en un puesto elevado de la cadena–, elige alimentos derivados de animales criados con alimentos orgánicos. Con el pescado, recuerda que es más probable que el atún y el pez espada, peces grandes que se alimentan de peces pequeños, tengan niveles peligrosos de mercurio. Los pescados más pequeños, como las sardinas, son más seguros. Las verduras, las legumbres, las frutas y los cereales están por debajo en la cadena alimentaria. Para evitar residuos de pesticidas en tu comida, es muy importante que compres orgánicos aquellos alimentos con más posibilidades de estar contaminados. Para los productos alimentarios, guíate por el Grupo de Trabajo Medioambiental, que en 2003 creó clasificaciones basadas en pruebas realizadas por el gobierno de Estados Unidos. La producción con niveles más altos de pesticidas era la del melocotón, la fresa, la manzana, las espinacas, la nectarina, el apio, la pera, la cereza, la patata y el pimiento. Lavar y pelar la fruta y las verduras eliminará algunas toxinas, aunque no todas. Los productos cultivados de la zona y consumidos en temporada probablemente no habrán sido fumigados tras la recolección y, por lo tanto, incluso sin ser orgánicos, pueden tener niveles menores de pesticidas. Las frutas, las verduras y los cereales orgánicos pueden tener también niveles más altos de vitaminas y minerales que las cosechas cultivadas de forma convencional.
La contaminación del aire es otro factor que afecta a la salud. Los agentes contaminantes externos, como el smog (niebla tóxica), el ozono y los gases de los tubos de escape, se relacionan con la aparición de diversos problemas de salud, aunque a menudo el mayor riesgo reside en el aire tóxico dentro de tu propia casa. La Agencia de Protección Medioambiental calcula que los niveles de diversos agentes contaminantes en el interior normalmente superan de dos a cinco veces los niveles del exterior –y en ocasiones más de cien veces. Esto es especialmente preocupante, ya que muchas personas, en especial si están enfermas, pasan la mayor parte del tiempo en ambientes interiores. Además de incrementar el riesgo de enfermedades como el asma, el cáncer y las enfermedades cardíacas, la contaminación del aire en interiores puede generar una serie de síntomas desagradables, entre ellos, dolores de cabeza, escozor de ojos, náuseas y cansancio. Es irónico, pero los nuevos edificios, más “herméticos”, diseñados para mejorar el aprovechamiento de la energía, presentan los mayores problemas. Reduce el riesgo restringiendo el uso de disolventes, aerosoles y otros químicos en casa y no fumes ni permitas que otros fumen dentro. Los filtros de aire y las plantas de interior pueden eliminar parte de las toxinas del aire.
Herramienta del yoga: NETI KRIYA. Enjuagar las fosas nasales con una solución salina, una antigua kriya del yoga o técnica de limpieza, puede ser útil para reducir el impacto de la contaminación del aire. La palabra kriya, que significa acción o trabajo, tiene varios usos diferentes en el mundo del yoga. Recuerdo que cuando vi por primera vez fotos de la neti kriya pensé que parecía extraño. Ahora lo hago todos los días y me resulta agradable. El Dr. David Rabago y sus compañeros de la Universidad de Wisconsin han realizado varios estudios sobre la neti kriya. Descubrieron que muchos pacientes al principio tienen miedo pero, si se les enseña correctamente, descubren que la neti kriya mejora su calidad de vida y reduce los síntomas de sinusitis. Yo padezco alergias nasales, por lo que es algo que me va muy bien, aunque también es muy útil si se sufre asma o dolores de cabeza causados por sinusitis. Si se practica utilizando una pequeña jarra cerámica con un pitorro estrecho (figura 4.1), la neti kriya ayuda a eliminar algunas toxinas antes de que el sistema las absorba. Limpiar las fosas nasales con salino puede ayudar a eliminar agentes contaminantes, virus del resfriado, las sustancias que causan alergias como el polen y otros elementos que entran en la nariz. Si estás resfriado, si los niveles de polen están altos o si vives o trabajas en una zona con mucha contaminación, puede ser inteligente usar la lota más de una vez al día.
Ahora explicaré cómo se realiza la neti kriya. En primer lugar, prepara la solución de agua salada. Con más o menos sal en el agua, la solución puede introducirse en las fosas nasales. Intenta una salinidad parecida a la de las lágrimas. Normalmente esto supone usar un cuarto de una cucharilla de sal no yodada por cada 230 gramos de agua templada (no caliente). Las concentraciones de sal más altas –que pueden eliminar de forma más eficaz la suciedad– se toleran bien si el fluido se rebaja con una pizca de bicarbonato sódico. Con la cabeza inclinada hacia un lado, echa el líquido de la lota en el orificio nasal que queda arriba. Después de pasar por ese orificio, el líquido sale por el inferior. Puedes repetirlo una o dos veces en cada lado. Respira por la boca todo el rato. Después, límpiate la nariz suavemente –o si conoces la respiración kapalabhati (ver capítulo 16), hazla un par de veces– para expulsar el exceso de fluidos de las fosas nasales. ¿Sientes que puedes respirar con más facilidad? Si estás acostumbrado a meditar o hacer pranayamas, puedes intentar la neti kriya antes de tu próxima sesión para ver si añade algún matiz al ejercicio.
Figura 4.1
Como la limpieza continuada de las fosas nasales con agua salada puede secar la nariz, el doctor ayurvédico John Douillard recomienda que se utilice un palillo de algodón para aplicar regularmente un poco de aceite de sésamo caliente, preferiblemente orgánico y prensado en frío, en el borde de ambos orificios. Después de ponértelo, inspira un par de veces rápida y profundamente hasta que puedas saborear el aceite en la parte posterior de la garganta. Esto es especialmente útil en otoño y primavera, cuando el aire es seco.
YOGA Y AYURVEDA
En la antigua India, el yoga no se consideraba por sí solo una modalidad terapéutica. Éste era el terreno de la ciencia gemela del yoga, el ayurveda. Desde una perspectiva del ayurveda, la gente tiene constituciones diferentes que influyen en la elección de los tratamientos, incluidas la dieta, las hierbas, las diversas técnicas de purificación y las prácticas del yoga como las asanas, las pranayamas y la meditación. David Frawley, especialista en ayurveda, señala que a América, en parte debido a casualidades históricas, el yoga llegó muchas décadas antes que el ayurveda y ha desarrollado su propia tradición terapéutica influida por el ayurveda, pero al margen de éste. Afirma que si se quiere entender cómo pensaban los antiguos yoghis, es fundamental tener cierto conocimiento del ayurveda. Además, como una potente forma de medicina complementaria, el ayurveda también ofrece herramientas que pueden complementar la terapia de yoga.
Desde la perspectiva del ayurveda, cada persona tiene una constitución diferente o prakriti, un equilibrio de tres doshas, que se tiene que tener en cuenta al programar un tratamiento (ver tabla 4.2). La traducción literal de dosha es “lo que se desequilibra”. Quienes son creativos, están en movimiento constante y son quizá un poco impulsivos muestran, desde la perspectiva del ayurveda, signos de vata o aire. En el argot, el término “soldado del espacio” establece una metáfora parecida refiriéndose a la atención dispersa. Los pittas son personas exaltadas, tendentes a la pasión y la rabia, y con empuje para triunfar. La última dosha es el kapha, que significa tierra y agua. Los kaphas suelen ser fuertes, se mueven despacio, a veces son algo perezosos, aunque una vez que se ponen en marcha pueden ser muy trabajadores. El ayurveda considera que cada persona es una mezcla de las tres doshas, aunque generalmente una dosha predomina. Es también normal tener dos tendencias de constitución por igual, por ejemplo, ser vata-pitta, y pocas personas tienen las tres doshas equilibradas. Se cree que las diferentes enfermedades reflejan determinadas doshas. La artrosis, por ejemplo, se relaciona con el vata, y la diabetes adulta, con el kapha. Las doshas, según enseña el ayurveda, también se ven influidas por el clima, las estaciones del año y la edad.
TABLA 4.2LAS TRES CONSTITUCIONES AYURVÉDICAS O DOSHAS
CONSTITUCIÓN | CARACTERÍSTICAS | PROBLEMAS MÉDICOS |
Vata | Movimientos rápidos, flexible, creativo, fácil de distraer artrosis | Insomnio, ansiedad, piel seca, constipados, |
Pitta | Profundo, diligente, apasionado, inteligente, adicto al trabajo enfermedades cardíacas | Rabia, acidez de estómago, acné, inflamación, |
Kapha | Movimientos lentos, estable, fuerte, perezoso, gran resistencia sinusitis | Sobrepeso, diabetes del tipo 2, depresión, |
Sandra Summerfield Kozak ha descubierto que la constitución ayurvédica puede ayudarnos a decidir qué prácticas del yoga probablemente son más útiles para nosotros y cuáles más problemáticas. Es una paradoja interesante que aquello hacia lo que tendemos –en cuanto a dieta, estilo de vida e incluso el tipo de yoga que preferimos– puede no ser lo que más necesitemos. La propuesta del yoga para alguien de dosha vata es tratar de asentarle. A través de una asana como una postura de pie, puede enseñárseles a clavar los pies en el suelo, a mantener el equilibrio levantando siempre el cuerpo con un movimiento hacia abajo. Las posturas que se realizan en cuclillas o sentado, como las flexiones hacia delante y los giros, también se consideran beneficiosas para calmar a los vata. Ejercicios como la meditación, las pranayamas y las asanas muy activas, en los que se pasa rápidamente de una postura a otra, sin embargo, pueden agravar tendencias vata y presentan más riesgos en personas que no están todavía asentadas. Los pittas exaltados sacan provecho de ejercicios de yoga calmantes y de restauración, aunque les atraigan más otros tipos de yoga más enérgicos y exigentes. Si este tipo de ejercicios no se contrarrestan con una fuerte dosis de relajación, el fuego de la persona puede quemar: estallará la rabia o empeorará su acidez de estómago. Sandra pide tanto a los pittas como a los vatas que trabajen al 75% de su capacidad. Si físicamente pueden, los kaphas sacan provecho del tipo de ejercicios enérgicos a los que tienden muchos pittas y vatas. Si se les deja que se las arreglen solos, sin embargo, los kaphas tenderán a elegir un ejercicio más suave que, al ser agradable, no les supondrá el desafío que en ciertos casos pueden necesitar.
Los consejos del yoga sobre la dieta suelen verse muy influidos por el ayurveda, donde la dieta es un eje de la estrategia terapéutica. Desde una perspectiva del ayurveda, los alimentos adecuados para cada tipo de constitución se pueden agrupar por sabores. Los pittas, según el swami Shivananda, un físico holandés que se convirtió en yoghi y en médico ayurvédico, deben escoger fundamentalmente alimentos con sabores amargos, astringentes y dulces. Los vatas deben preferir alimentos dulces, salados y agrios. Lo ideal sería que los kaphas comieran alimentos picantes, amargos o astringentes. Entre los alimentos amargos, están el tallo del brócoli y la mayoría de las verduras de hoja. Los sabores agrios o ácidos se encuentran en el limón, la lima, el yogur y el kéfir. Ejemplos de alimentos astringentes son los espárragos, la alcachofa, la col, la patata y la granada. En el ayurveda, lo dulce se refiere a alimentos naturales como la fruta, los azúcares no refinados que han sido criticados en exceso. Como con los ejercicios del yoga, aquello a lo que la gente tiende puede no ser lo que mejor le sienta. Los pittas a menudo prefieren alimentos picantes, que aumentan su fuego. El ayurveda recomienda que los vatas coman alimentos calientes de textura suave para calmar sus mentes inquietas, pero generalmente prefieren tortitas de maíz, ensaladas o avena. A los kaphas les suelen encantar los postres dulces y sabrosos, pero esto agrava su tendencia a ganar peso. Este swami señala que no hay que eliminar por completo los alimentos que menos nos favorecen, sino simplemente reconocer que comerlos en exceso puede desequilibrarnos.
Recuerda que el ayurveda, aunque divide a la gente por la tendencia constitucional, reconoce que todo el mundo tiene características de las tres y que descubrir qué te sienta mejor es cuestión de ensayo y error y de una observación cuidadosa. Cuando adquieras la sensibilidad necesaria para juzgar los efectos que tienen en ti diferentes alimentos, llegarás a tus propias conclusiones sobre qué alimentos son mejores. También descubrirás que, con el tiempo o en diferentes momentos del año, la dieta ideal puede cambiar.
EL ENFOQUE DEL YOGA EN LA DIETA
Aunque a veces la gente no se da cuenta, una dieta adecuada es una parte esencial del yoga. La comida es nuestro sustento, el origen de miles de ingredientes que el cuerpo necesita para mantenernos vivos y sanos, pero también puede ser el origen de sustancias que pueden dañarnos. La dieta desempeña un papel fundamental tanto a la hora de causar y perpetuar enfermedades como para ayudar a solucionar la situación si ya se está enfermo. Seguir la dieta como una herramienta para la salud y la curación concuerda tanto con la filosofía del yoga como con la medicina –y se ha resaltado mucho en este capítulo– precisamente porque es seguro y eficaz, además de ser algo que uno puede hacer por sí mismo.
Algunas de las ideas del yoga sobre la dieta se basan en los conceptos filosóficos de no violencia y compasión y, como resultado, la mayoría de los yoghis –aunque no todos– son vegetarianos. Sea cual sea la motivación, las ventajas para la salud de una dieta vegetariana incluyen un menor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, obesidad y cáncer de colon. Los vegetarianos normalmente tienen la presión sanguínea y los indicadores de colesterol bajos. Desde una perspectiva del yoga, la alimentación debe potenciar el equilibrio y, por supuesto, un estado sátvico de la mente.
Desde la perspectiva del yoga y del ayurveda, los alimentos frescos son mejores porque la comida pierde prana, o energía vital, cuando se conserva o se procesa –incluso cuando se conserva en frío o se recalienta. La ciencia occidental también respalda la idea de que los alimentos frescos son mejores. Además de que la cantidad de vitaminas es mayor, la comida sabe mejor. Cuando mi madre era una niña y vivía en Vermont, se ponía el agua a hervir en la cocina antes de ir al campo a recoger el maíz para poder cocerlo al regresar. De hecho, podían notar la diferencia de frescura si había que esperar a que el agua hirviera para cocer el maíz.
La mayoría de los alimentos procesados tienen grandes cantidades añadidas de sal, azúcar y grasas no saludables, mientras que gran parte de la fibra y muchas vitaminas y fitoquímicos (químicos de las plantas) se pierden en la elaboración y el almacenamiento. Aunque algunos pueden haber sido añadidos, lo puedes comprobar en la etiqueta, lo que tomas no es lo mismo que la verdura fresca, los cereales, la fruta, las semillas o los frutos secos. Estos alimentos son ricos en vitaminas naturales y fitoquímicos, incluidos muchos que no se añaden a los procesados y otros que todavía no se han identificado, que actúan de forma sinérgica.
En el mundo moderno, puede resultar difícil evitar comer alimentos en conserva, procesados o recalentados, pero el principio se mantiene: es mejor comer alimentos frescos siempre que sea posible. Cuanto más frescos, mejor. Los productos cultivados cerca de donde vives pueden entregarse antes y, por eso, son preferibles. Lo mejor (si no puedes cultivarlos tú mismo) es comprarlos en un mercado agrícola y conocer a la gente que ha plantado y cuidado las cosechas o criado a los animales. Recuerda también que las verduras y las frutas congeladas inmediatamente después de la recolección tienen un contenido más alto de vitaminas que los alimentos frescos que tardan tiempo en ser consumidos.
Aunque toda nuestra atención debería centrarse en llevar una dieta rica en vitaminas y otros antioxidantes naturales, hay pruebas que demuestran la seguridad y la eficacia de tomar un complejo vitamínico todos los días –a pesar de que los hombres y las mujeres menopáusicas deben evitar los complejos vitamínicos que contengan hierro, a no ser que sus niveles de hierro estén bajos. Algunas personas (especialmente las mujeres menopáusicas) también necesitan tomar un suplemento de calcio para mantener los huesos fuertes, y cada vez más pruebas sugieren que mucha gente se beneficiaría también de un suplemento de vitamina D. Yo personalmente tomo dosis pequeñas diarias de varios antioxidantes y ácidos grasos omega-3, pero he basado mi elección en cálculos hechos con cierta base más que en una ciencia exacta. En la vida real, a menudo hay que tomar decisiones antes de disponer de suficientes pruebas. Lo único que se puede hacer es aprender todo lo posible y tratar de ofrecer la mejor respuesta, intentando siempre pecar de precavido. Los suplementos que contienen varias de las formas de vitaminas afines –una pastilla que contenga “mezcla de carotenoides”, por ejemplo, en vez de vitamina A pura o beta-carotenos– son lo más parecido a una comida completa y pueden resultar ser más eficaces y menos tóxicos.
Quizá hayas oído el dicho “somos lo que comemos”. Desde la perspectiva del yoga, sin embargo, no somos sólo lo que comemos, sino también cómo lo comemos. El yoga te anima a ser consciente de cada pedazo de comida que te llevas a la boca, sintiendo su sabor, su textura y su temperatura. Los yoghis sugieren que pensemos de dónde vienen los alimentos y estemos agradecidos a quienes los cultivaron y prepararon (incluidos nosotros mismos si hemos sido los cocineros). Para potenciar la conciencia y una mejor digestión, el yoga dice que se coma despacio y sin estar distraídos. Es mejor no leer o ver la televisión mientras masticamos y, en lugar de ello, prestar atención a la comida que se tiene delante. Llena sólo tres cuartos de tu estómago, siéntate para comer y no comas con prisas. Si puedes hacer del comer una forma de meditación, más sano será. No siempre es posible pero cuánto más lo hagas, mejor. Esta conciencia suele evitar que nos sobrealimentemos y suponer un gran cambio en nuestro peso (ver capítulo 27).
Usar solamente las asanas, la forma de yoga que más se practica en Occidente, y ninguna otra herramienta del yoga es casi como usar sólo una terapia de medicamentos sin una dieta, ejercicio y reducción del estrés para intentar bajar la presión sanguínea o el nivel de colesterol. Dicho esto, para muchos occidentales, las asanas constituyen un buen punto de partida, y las posturas de yoga pueden ser todas por sí mismas potentes herramientas de curación. A aquellos que están preparados para más, sin embargo, los animo a comenzar una pranayama básica, como la bhramari y la ujjayi suave (ver página 15), y empezar a meditar cuanto antes. A largo plazo, un tratamiento de yoga completamente sinérgico y con varias ramificaciones que incluyan asanas, pranayamas, meditación, dieta, filosofía, servicio y otras herramientas te llevará posiblemente mucho más lejos en tu camino hacia la salud y la curación.
Lo que se trata en este capítulo puede considerarse una propuesta tántrica para la salud. En contra de la creencia popular, el tantra no trata solamente sobre sexo. Los maestros tántricos buscaban la misma libertad que otros yoghis, pero eran enormemente pragmáticos y estaban dispuestos a emplear cualquier herramienta que pudiera ayudarles a alcanzar sus metas, incluso aquéllas rechazadas por los yoghis clásicos. El yoga como medicina es igual de pragmático e integrador y está dispuesto a incluir cualquier modalidad curativa que sea segura y pueda ayudar, sin importar que haya sido etiquetada como convencional o alternativa, reduccionista, natural o incluso no científica y metafísica.
Dolores adoptó este enfoque global del yoga y no sólo ha mejorado su salud, sino que también ha transformado toda su vida. “Todo empezó con el yoga”, dice ella. Hasta se podría afirmar que fue su aventura con el yoga lo que llevó tanto amor a su vida. El yoga enseña que tendemos a atraer la energía que desprendemos, ya sea rabia, negatividad y violencia, o generosidad, compasión y amor. Esto, de nuevo, es el karma. Dolores ha escogido claramente el camino del amor: el amor de Dios, el amor de su comunidad y su propio amor, y ahora, allá donde mire, encuentra amor a cambio.