Читать книгу When she was Obsessed - Valeria Armas - Страница 5

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Prólogo

Tenía siete años cuando mamá me llevó a un centro recreacional para pasar el día con papá. Todos los niños llevaban sus trajes de baño, juguetes inflables y flotadores para disfrutar el agua de la piscina yo, en cambio, había decidido usar una vieja bata de doctor que papá me regaló en mi cumpleaños y, en lugar de juguetes, cargaba una maletita de primeros auxilios. En ese entonces, estaba alucinado con la idea de ser un doctor. Todos los niños querían ser astronautas, policías, cantantes, futbolistas, y yo, quería salvarle la vida a alguien. Esa idea se había metido en mi cabeza desde que vi los casos de emergencias bizarras mientras tomaba desayuno para ir a la escuela. Exactamente los días en que papá y mamá tenían tiempo de encenderme la televisión por las mañanas.

Cuando mis padres discutían acerca de algo a lo que llamaban “nuestro futuro”, decidí unirme a la fila de niños que estaban a punto de lanzarse desde el trampolín más alto de la piscina. No había adultos alrededor, solo estaban ellos y la certeza de que algo iba a terminar mal esa tarde.

Fui porque no quería seguir oyendo a mis padres, además mamá siempre terminaba llorando, papá abrazándola y entonces siempre decidían regresar a casa, así que solo caminé hacia ellos con mi botiquín colgando de un brazo. Subí las escaleras una a una, sin mirar atrás porque si lo hacía, terminaría por caer al vacío. Cerré los ojos y tomé un respiro. Cuando finalmente conseguí subir, me acerqué a los niños, uno de ellos me miró de arriba hacia abajo y empezó a susurrarle algo en el oído al otro. Pude oír la frase “Se ve como un idiota”.

—No le salvaré la vida a estos cretinos —pensé.

Decidí irme, pero entonces ella apareció.

Una niña pequeña de cabello rubio atado en dos coletas y un traje tonto de bolitas de colores, subía las escaleras con más valentía de la que yo tuve. Llegó a la plataforma y me sonrío, luego tomó mi mano y me zafé. Terminó por sacarme la lengua y seguir caminando.

La he visto antes, fue lo primero que me llegó a la mente.

Formó parte del grupo de niños que se debatían entre saltar o no, hasta que el primero de a fila, precisamente el que había dicho que me veía como un idiota, subió el mentón y le volvió a susurrar algo en el oído a su amigo. Todos los niños rieron, pero yo temblé y me quedé ahí, viendo como todos le hacían camino a la pequeña.

—Eres una bebé y debes bajarte —le dijo una de ellas.

—Yo no soy una bebé, soy una princesa —contestó.

Me quedé quieto y en un rincón de la plataforma, viendo como la pequeña tomaba un gran respiro y estiraba los brazos hacia arriba. Avancé un paso cuando la vi saltar hacia el agua.

Todos nos acercamos al borde. Los niños aplaudieron y empezaron a reírse, pero yo me quedé observando la superficie, apretando más fuerte mi botiquín y esperando a que emerja. No lo hizo.

¡Se está ahogando! gritaron y luego empezaron a bajarse uno por uno mientras chillaban ¡Mamá! ¡Mamá! cada dos segundos. Sin embargo, era muy poco probable que nos oyeran desde aquí. Todos los adultos estaban en el patio de comidas, disfrutando sin saber que una niña estaba a punto de ahogarse. Así que lo hice. Apreté mi botiquín fuerte y cerré los ojos. Salté.

Después de eso, solo recuerdo los llantos de una mujer, la sangre en el rostro de la pequeña y a mi madre abrazándome mientras me decía: “Estoy orgullosa de ti, mi amor. Has salvado una vida. Ahora ella tendrá la oportunidad de ser lo que quiera ser y tú, con seguridad, serás un gran doctor”.

When she was Obsessed

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