Читать книгу Puntos gatillo. Tratamiento para aliviar el dolor (Color) - Valerie DeLaune - Страница 13

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5 Localización y tratamiento de los puntos gatillo: pautas generales

Además de resolver los factores perpetuantes que causan y mantienen activados los puntos gatillo (véase la primera parte del libro), el autotratamiento de los puntos gatillo comprende la aplicación de presión, estiramientos y, por lo general, cuidar de tus músculos. Este capítulo aborda las pautas generales para aplicar los tratamientos específicos contenidos en cada capítulo de la segunda parte.

Cuando centres el trabajo en músculos específicos, vuelve a este capítulo y revisa las pautas generales para asegurarte de que estás aplicando las técnicas de autoayuda correctamente. Si estás visitando a un especialista, haz que compruebe si estás aplicando las técnicas correctamente, ya que hacerlo de forma incorrecta podría agudizar el dolor. Si los síntomas empeoran, interrumpe las técnicas de autoayuda, vuelve a leer este capítulo y consulta a tu médico.

¿Por dónde empezar?

El capítulo 6 contiene las pautas para la localización de puntos gatillo: te ayudarán a determinar los músculos localizados en la segunda parte que tal vez contengan puntos gatillo que podrían causar los síntomas. Primero localiza el dolor u otros síntomas en cada área, y luego remítete a los capítulos enumerados.

En cada capítulo dedicado a los músculos hay figuras que muestran las áreas de dolor referido más comunes para cada punto gatillo. El área en color rojo más intenso señala el área primaria de dolor referido, que puede estar o no presente. Ten en cuenta que los patrones de dolor referido sólo muestran los patrones más corrientes; tu patrón de dolor referido tal vez sea un tanto distinto, o incluso completamente diferente. Tal vez también presentes patrones solapados de dolor referido por la presencia de puntos gatillo en múltiples músculos. Estas áreas tal vez sean más amplias que los patrones de los músculos individuales y es posible que el dolor también sea más intenso. Por este motivo, con el tiempo, asegúrate de buscar puntos gatillo en todos los músculos que puedan causar dolor referido en esa área.

Cada capítulo dedicado a los músculos contiene un dibujo anatómico del músculo o músculos tratados en él, con puntos en color azul que muestran algunas de las localizaciones más habituales de los puntos gatillo. Puede haber puntos gatillo adicionales o situarse en lugares diferentes, motivo por el cual hay que buscar en todo el músculo. Ten presente que, en el caso de algunos músculos, el punto negro es sólo un ejemplo de localización de un punto gatillo y su patrón asociado de dolor referido, pero podrían situarse a cualquier nivel; por ejemplo, los puntos gatillo en los músculos paraespinosos toracolumbares.

Los síntomas y factores habituales que causan o perpetúan los puntos gatillo se enumeran en cada capítulo. Una vez más, simplemente son los más corrientes; tal vez tú experimentes síntomas distintos, y las causas y factores perpetuantes sean diferentes. Si crees que podrías tener puntos gatillo en cierto músculo, pero no ves ningún factor perpetuante que sea aplicable a tu caso, intenta imaginar si alguna cosa en tu vida es parecida a algo que aparezca en la lista y pueda causar el mismo tipo de tensión en el músculo.

Una vez que hayas determinado qué dos músculos se ajustan mejor a tu patrón de dolor referido y síntomas, comienza por los estiramientos y aplicación de presión, y elimina los factores perpetuantes aplicables. Durante las próximas semanas, busca puntos gatillo en otros músculos y añádelos a tu régimen de tratamiento si es necesario. Cuando comiences a sentirte mejor, tendrás un cuadro más claro de los puntos gatillo que están causando el dolor y de los factores perpetuantes que están reactivando los puntos gatillo.

Otros aspectos que hay que tener en cuenta…

Cuando se aplica presión sobre un punto gatillo, a menudo se logra reproducir el dolor referido u otros síntomas; sin embargo, si no consigues reproducir el dolor referido ni los otros síntomas aplicando presión, no por ello descartes la afectación de ese punto gatillo en concreto. Prueba a tratar los puntos gatillo que podrían estar causando el problema y, si mejoras, aunque sea temporalmente, asume que uno de los puntos gatillo que has tratado es, al menos, parte del problema. Por este motivo no trates todos los puntos gatillo posibles en una sola sesión, porque no sabrás cuál es el que te ha dado alivio.

Es importante reparar en que un punto gatillo primario o clave puede causar el desarrollo de un punto gatillo secundario o satélite en otro músculo. El punto gatillo satélite tal vez se haya formado por una de tres razones posibles: se encuentra en la zona de dolor referido del punto gatillo primario; está en un músculo que está sustituyendo al músculo que contiene el punto gatillo primario, o que está sometido a tensión para contrarrestarlo. Durante el autotratamiento ten en cuenta que, si alguno de los puntos gatillo es satélite, no conseguirás un alivio duradero hasta que hayas tratado los puntos gatillo primarios. Por eso es importante trabajar en la dirección del dolor referido (véase después «cosas que hay que hacer»).

También tendrás que percatarte de que la sensibilización central (véase la página 11) puede causar un patrón de dolor referido desviado del patrón más corriente descrito en cada capítulo. Tal vez también cause puntos gatillo en varios músculos en una región para generar dolor referido en la misma área, dificultando más determinar la localización de los puntos gatillo. Esto significa que no podemos descartar en absoluto el papel de un punto gatillo potencial basándonos sólo en los patrones corrientes de dolor referido, ya que otros factores pueden ser la causa de que tu patrón de dolor referido sea poco corriente. Cuanto más intenso sea el dolor inicial, más intensas son las emociones asociadas a él, y cuanto más tiempo haya durado el dolor, más posible será que la sensibilización central cause una desviación de los patrones más corrientes de dolor referido.

Un pequeño porcentaje de personas empeorarán antes de mejorar, sobre todo si son casos complejos, o tal vez el dolor se desplace, o tengas la percepción de que el dolor se ha desplazado porque las áreas más dolorosas han mejorado y ahora estás sintiendo más la siguiente área más dolorosa. Sólo he tenido unos pocos casos en que no fuera capaz de ayudar a mis pacientes: se sentían tan frustrados después de recibir poca o ninguna ayuda de un profesional tras otro que sólo me dejaron tratarlos unas pocas veces antes de dejarlo, a pesar de que habían mejorado. Si empeoras un poco antes de mejorar, tal vez te sientas inclinado a renunciar en las fases iniciales del tratamiento. Por tanto, sea cual fuere el tratamiento, te animo a completar cinco visitas antes de decidir si está funcionando, aunque tu estado haya empeorado inicialmente. Da al especialista algo de tiempo para conocer tu cuerpo y observar cómo lo utilizas; sin embargo, si tu especialista no parece preocuparse o no tiene tiempo para ti, entonces busca alguien que se preocupe por tu mejoría.

Pautas generales para aplicar presión uno mismo

NO SE DEBE HACER

 No apliques presión sobre varices, heridas abiertas, infecciones, hernias/protrusiones discales, áreas de flebitis/tromboflebitis, o donde haya trombos o pueda haberlos. Si estás embarazada, no apliques presión sobre las piernas.

 Y lo más importante: ¡no te extralimites con las técnicas de autoayuda! Muchas personas creen que, si algo sienta bien, más es mejor, cuando lo único que se consigue es empeorar por no seguir las pautas. Espera mejoras graduales, aunque tal vez mejores más rápidamente durante las primeras semanas.

SE DEBE HACER

 Usa una pelota de tenis, de frontón, de golf, de béisbol, con la que juegas con el perro, o utiliza el codo o la mano si tienes que tratar músculos concretos. Si usas una pelota, aplica el peso del cuerpo para generar presión; no hagas presión con la espalda o la extremidad sobre la pelota, ya que el músculo que estás manipulando debería mantenerse todo lo pasivo posible. Utiliza una pelota cada vez en tu espalda y no una a cada lado.

 Aplica presión durante un mínimo de ocho segundos y un máximo de un minuto. Aplicar menos de ocho segundos de presión tal vez active los puntos gatillo, mientras que aplicar presión más de un minuto cortará la circulación demasiado tiempo y los empeorará. Cronométrate para estar seguro de que cuentas los segundos a la velocidad correcta.

 Debería resultar un poco incómodo o ser «un dolor bueno», pero nunca que duela tanto que llegues a tensar el cuerpo o a aguantar la respiración. Si duele demasiado, emplea una pelota más pequeña o blanda, o cambia a una superficie más blanda (como una cama, o una superficie almohadillada con una almohada o manta). Si no duele en absoluto, sigue buscando puntos dolorosos al tacto, o cámbiate a una superficie más dura. Si resulta demasiado doloroso apoyarse en ella, prueba a meter una pelota en un calcetín largo e inclínate contra la pared. Yo sólo recomiendo usar la pared si no puedes tumbarte sobre una pelota, ya que estarás usando los mismos músculos que quieres tratar. Tal vez tengas que recurrir a una combinación de superficies, dependiendo de la sensibilidad dolorosa de las distintas áreas. Con el tiempo, a medida que disminuya la sensibilidad, tal vez tengas que cambiar las dimensiones y/o dureza de la pelota, o pasar a una superficie más dura.

 Explora todo el músculo y busca puntos dolorosos al tacto, sobre todo los de máxima sensibilidad. Emplea dibujos para asegurarte de que trabajas todo el músculo y no sólo el punto peor. Muchas veces dolerá la inserción de un tendón porque el músculo tirante ejerce tracción sobre él, pero, si no tratas toda la masa del músculo, seguirá ejerciendo tracción sobre la inserción.

 Asegúrate de trabajar ambos lados del cuerpo para tratar y relajar los músculos simétricamente, pero invierte más tiempo en las áreas que más lo necesiten. Excepto en lesiones unilaterales muy recientes, el mismo músculo del lado contralateral casi siempre será doloroso a la presión, incluso si todavía no ha empezado a causar síntomas. Si has liberado un lado pero no el otro, pueden surgir problemas adicionales. A veces los problemas con los músculos del lado contralateral están en realidad generando los síntomas, por lo que trabaja siempre ambos lados.

 Trabaja en la dirección del dolor referido. Por ejemplo, si los músculos glúteos duelen y se aprecia dolor referido de los puntos gatillo en el músculo cuadrado lumbar, trabaja primero el área lumbar y luego el área glútea.

 Si cuentas con tiempo limitado, trabaja un área a conciencia en vez de saltar de un área a otra intentando abarcar muchas. Si te precipitas, es más probable que agraves los puntos gatillo en vez de desactivarlos.

 Practica estiramientos después de trabajar el punto gatillo. Si sólo tienes tiempo para una cosa, entonces elige aplicar presión y sáltate los estiramientos.

 La mayoría de las personas deben trabajar inicialmente sus músculos una vez al día. Si tienes cita con tu terapeuta, no practiques la autoayuda el mismo día. Si te sientes dolorido tras la terapia o la autoayuda, descansa al día siguiente. Si estás dolorido más de un día o si los síntomas empeoran, es probable que la presión sea excesiva o que trabajes los puntos demasiado tiempo. Repasa estas pautas si ése es el caso. Informa a tu terapeuta si tras su tratamiento te sientes dolorido. No se trata de «cuanto más, mejor». Elige un momento en que recuerdes fácilmente practicar la autoayuda, por ejemplo, cuando te despiertes, cuando estés viendo la televisión, o cuando te vayas a la cama, y ten siempre las pelotas junto a la cama (¡pero no te quedes dormido sobre una!). Pasadas unas semanas, tal vez quieras aumentar la autoayuda a dos veces al día, siempre y cuando no estés dolorido. Si te preocupa una actividad concreta, tal vez prefieras proceder con la autoayuda antes y después de esa actividad. Si comienzas a sentir dolor o empeoran los síntomas, disminuye la frecuencia de la autoayuda. Trata los puntos gatillo mientras duelan al tacto, incluso si los síntomas activos han desaparecido. Si los puntos gatillos siguen doliendo al tacto, es porque son latentes y se podrían reactivar con facilidad. Es probable que comiences a olvidarte de ellos a medida que los síntomas desaparezcan, aunque lo más importante que habrás aprendido es qué hacer si los síntomas vuelven.

 Si tienes dudas o los síntomas empeoran, o si estás dolorido más de un día, deja la autoayuda hasta que tengas oportunidad de consultar a tu terapeuta. Él debería poder ayudarte a identificar el problema.

 Lleva las pelotas cuando salgas de viaje, porque los viajes con frecuencia agravan los puntos gatillo. Tal vez incluso quieras tener alguna pelota en tu lugar de trabajo.

Pautas generales para los estiramientos y la preparación física

Es muy importante entender la diferencia entre estiramientos y ejercicios de preparación física. Estiramientos significa elongar con suavidad las fibras musculares; preparación física significa fortalecer el músculo. Los doctores Travell y Simons hallaron que los puntos gatillo activos se beneficiaban de los estiramientos, pero solían agravarse con los ejercicios de preparación física. Una vez que los puntos gatillo se han desactivado, la preparación física es beneficiosa. Comprueba que tu fisioterapeuta esté familiarizado con los puntos gatillo y que comienza el tratamiento con ejercicios de estiramiento.

Por lo general, dos semanas de autotratamiento de los puntos gatillo son suficientes antes de añadir ejercicios de acondicionamiento físico, pero, si tus puntos gatillo siguen siendo muy irritables, necesitarás esperar a que los síntomas mejoren. Entretanto, aprende los estiramientos de este libro. Si no estás seguro de si una actividad asignada es un estiramiento o un ejercicio de preparación física, pregunta a tu especialista. No abordaré aquí en profundidad las pautas para los ejercicios de preparación física, ya que será el fisioterapeuta quien los prescriba.

NO SE DEBE HACER

 No emplees rebotes durante los estiramientos y evita estirar cuando tengas los músculos fríos o cansados.

 No practiques un ejercicio de preparación física sólo porque le haya ido bien a otra persona. Los doctores Travell y Simons dicen: «El ejercicio se debe considerar una prescripción, igual que sucede con los medicamentos. Como un fármaco, se debe elegir el tipo correcto, la dosis y el momento para el ejercicio.» Es frecuente que un amigo recomiende un ejercicio que le fue bien, pero tú eres una persona diferente con síntomas distintos, y no debes hacer con sus ejercicios asignados lo que no harías con un medicamento que se le hubiera prescrito. Recuerda contar a tu terapeuta todas las actividades y ejercicios/estiramientos que estás practicando, porque alguno puede estar contribuyendo a la activación de tus puntos gatillo.

 No persistas si un ejercicio o estiramiento agrava tus síntomas. Compruébalo con tu terapeuta para determinar por qué te está dando problemas y descubre el modo de proceder.

SE DEBE HACER

 Estira lentamente y sólo hasta el punto de sentir una ligera tensión; no fuerces el estiramiento. Si estiras demasiado los músculos o demasiado rápido, podrías agravar los puntos gatillo.

 Mantén el estiramiento de 30 a 60 segundos. Pasados 30 segundos los beneficios son mínimos, aunque tampoco te hará daño estirar un poco más. Puedes repetir el estiramiento después de relajar la tensión y respirar.

 En el caso de cualquier ejercicio repetitivo, respira y descansa entre un ciclo y otro de ejercicio.

 Si las agujetas te duran más de un día tras los ejercicios o estiramientos, reduce el número de repeticiones y vuelve a intentarlo cuando hayan desaparecido las agujetas. Si todavía tienes dolores dos días después del ejercicio o estiramiento, tendrás que cambiarlo.

Pautas generales para el cuidado de los músculos

Cada capítulo dedicado a los músculos contará con sugerencias específicas para cuidarlos, pero he aquí algunas sugerencias generales:

NO SE DEBE HACER

 Nunca impongas la máxima carga sobre un músculo: es muy fácil provocar una distensión.

 No levantes objetos demasiado pesados: pide ayuda.

 No mantengas los músculos en posturas con contracciones sostenidas en que los mantengas tensos o en uso sostenido. Para aumentar el riego sanguíneo y llevar oxígeno y nutrientes a los músculos, se necesitan contraer y relajar alternativamente.

 No estés sentado mucho tiempo en una misma postura.

 No expongas los músculos a corrientes de aire frío.

SE DEBE HACER

 Después de los tratamientos usa los músculos suavemente y con normalidad en toda su amplitud. Inicialmente, evita las actividades agotadoras inmediatamente después hasta que los puntos gatillo no se reagraven con tanta facilidad.

 Levanta objetos con las rodillas flexionadas y mantén la espalda recta, con el objeto cerca del pecho.

 Fíjate en dónde mantienes la tensión y practica la relajación de esas áreas.

 La natación es, por lo general, un buen ejercicio y montar en bicicleta es más fácil para el cuerpo que correr, pero siempre en una bicicleta que te permita sentarte erguido.

 Cuando inicies un programa de ejercicio, estima a la baja lo que serás capaz de hacer. Añade de forma gradual incrementos en la duración, el ritmo y el esfuerzo que no causen agujetas ni activen los puntos gatillo.

 Practica un calentamiento adecuado para las actividades deportivas.

Si estás trabajando con un especialista, debería saber ayudarte a decidir lo que hay que hacer como prioridad. Si el especialista te da demasiadas cosas para hacer a la vez, no dejes de decirle que estás abrumado y necesitas establecer prioridades. Dar a un paciente demasiadas obligaciones es muy fácil para el especialista, sobre todo cuando acaba de terminar sus estudios y tiene ganas de aplicar muchas ideas y sugerencias útiles.

Recuerda volver a este capítulo con frecuencia para revisar las pautas y estar seguro de que estás tratando los músculos correctamente, sobre todo si algo no funciona o si los puntos gatillo se están agudizando en vez de desactivarse. Hay posibilidades de que hayas olvidado todas estas pautas.

Romper el ciclo del dolor: otros tratamientos

Cuando comienza el dolor, es inevitable que tenses el cuerpo. Entonces duele más y el músculo también se tensa más, con lo cual se perpetúa y agudiza el ciclo del dolor. Cualquier intervención que ayude a tratar los puntos gatillo y a eliminar los factores perpetuantes ayudará a romper este ciclo: los autotratamientos de los puntos gatillo, estiramientos, aplicación de calor y/o hielo, hierbas, tratamientos quiroprácticos u osteopáticos, masajes, ultrasonidos, homeopatía, biorretroalimentación, inyecciones en los puntos gatillo, asesoramiento e incluso analgésicos.

Las personas a menudo se sorprenden cuando apoyo el consumo de analgésicos como aspirina e ibuprofeno; cualquier cosa que interrumpa el ciclo del dolor lo antes posible prevendrá la agudización de los síntomas o el desarrollo de puntos gatillo. Los analgésicos también permiten tolerar los estadios iniciales del tratamiento si el dolor es muy intenso. Pero sé consciente de que, aunque haya disminuido el nivel de dolor por el consumo de analgésicos, eso no significa que hayan desaparecido los puntos gatillo. Todavía necesitas tratarlos por tu cuenta y/o buscar tratamiento, preferiblemente lo antes posible. Es probable que los analgésicos mantengan el dolor a raya, pero, a menos que decidas tomarlos como solución a largo plazo, también necesitarás tratar el origen del problema.

Los relajantes musculares tienen un valor limitado para las personas con dolor causado por puntos gatillo, ya que los espasmos musculares no son la causa del dolor. Además, estos fármacos primero alivian la tensión en los músculos que se contraen para compensar o proteger los músculos debilitados que contienen los puntos gatillo. Así, eliminar esta rigidez muscular protectora aumenta la carga sobre los músculos que contienen los puntos gatillo y causan dolor adicional.

¡Preparados, listos… ya!

Las técnicas que se enseñan en este libro son una forma de tratar los puntos gatillo y se encaminan a aplicar estrategias de autoayuda fácilmente accesibles. Es posible que encuentres una técnica o una combinación de técnicas que funcionen mejor contigo. No importa el tratamiento que elijas, necesitarás tratar los factores perpetuantes de los capítulos 2 a 4 para conseguir alivio duradero.

Puntos gatillo. Tratamiento para aliviar el dolor (Color)

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