Читать книгу Análisis de la información juvenil en el contexto de las políticas de la juventud. SSCE0109 - Verónica Carrillo Peña - Страница 8
2. Conceptos biológicos, sociológicos y psicológicos de la juventud
ОглавлениеLa juventud es un concepto que debe interpretarse a la luz de las diferentes dimensiones que lo componen y condicionan, ya que está atravesado por una multiplicidad de variables biosociales y psicosociales. Una primera aproximación al concepto remite siempre a la edad de la persona; pero ésta no debe agotarse en esta delimitación, puesto que hay distintas formas de vivir la juventud que corresponden a condicionantes económicos, sociales y culturales. La juventud comienza durante la adolescencia y culmina con la madurez o ingreso a la vida adulta. Durante este período, ocurren grandes cambios físicos y emocionales que conducen al desarrollo pleno de las personas (Urcola, M. A., 2003).
Importante
El concepto juventud es polisémico y muy impreciso, es un término controvertido que se puede definir desde varios puntos de vista.
La perspectiva biológica apunta a la juventud como el punto álgido de desarrollo físico, madurez sexual y vitalidad plena del ser humano. Se van consolidando y apaciguando los cambios corporales ocurridos durante la adolescencia y las dimensiones corporales se van equilibrando, ya que en la adolescencia este crecimiento y ganancia de masa corporal no se realiza de manera armónica.
Manuel Martín Serrano (2005) y varios autores y autoras, después de múltiples estudios realizados, concluyen que, en España, el tránsito por la adolescencia de las actuales generaciones dura dos veces más que en las de sus abuelos o abuelas. El ingreso en la adolescencia se atrasa, porque la pubertad también lo hace, al menos hasta los doce años. Esto significa que la juventud también resulta difícil de conceptualizar y delimitar, incluso bajo la perspectiva biológica, cuya base es objetiva, pero también está sometida a una realidad cambiante.
Cabe mencionar que la longitud de las etapas de la vida está relacionada con la esperanza de vida del país de nacimiento y el desarrollo de la persona. En países con una alta esperanza de vida, incluso personas de cuarenta años son consideradas jóvenes en algunos aspectos. En países más desfavorecidos, sería impensable considerar a una persona de cuarenta años joven, ya que habría que valorar que, por ejemplo, en Sierra Leona la esperanza de vida es de 47,5 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2013.
Actividades
1. Busque información acerca de la esperanza de vida en diferentes países y haga una reflexión corta sobre lo diferentes que pueden ser los ciclos de vida según el lugar de nacimiento.
Desde el punto de vista sociológico, el panorama es aún más difuso, porque la definición de juventud que una determinada sociedad establece depende del tiempo histórico en el que se encuentre, de la cultura y de las condiciones socioeconómicas a las que se enfrente dicho grupo social. Lo que se define por juventud en un contexto social, puede ser diferente a lo que se entiende en otro contexto con estructuras y circunstancias diferentes.
Así pues, siguiendo a Urcola, M. A., se puede afirmar que la juventud corresponde a una etapa biopsicológica del ciclo vital, y también es cierto que se constituye como una posición socialmente construida y económicamente condicionada. Además, el concepto juventud difiere de un país a otro y de un contexto socioeconómico a otro. No hay una única juventud, y deben considerarse las diversidades étnicas, sociales y culturales, así como las diferencias económicas, ya sean entre países o entre grupos o clases sociales.
Importante
Cada etapa histórica y cada modelo de sociedad han elaborado su propio concepto de juventud, aunque existe una misma tendencia dentro de las naciones occidentales (Cisneros Britto, P.).
Con relación a los aspectos psicológicos, parece claro que este proceso de transición a la edad adulta es sentido por sus protagonistas como una etapa vivencial. A través de los espacios institucionalizados (familia, centro educativo, trabajo, etc.), el/la joven se va consolidando progresivamente como adulto/a. Este proceso requiere un esfuerzo de adaptación a la diversidad de contextos en los que debe desarrollarse, compartiendo relaciones afectivas, intercambio material, definición de estatus, etcétera.
En esta etapa ya se han resuelto muchos de los conflictos de la adolescencia, y permite el paso a otra en la que el individuo generalmente se vuelve más independiente y asume más responsabilidad en sus actos. Los grupos de iguales dejan de ser el regulador de su conducta, y aparece entonces una autodeterminación que posibilita la regulación interna de su comportamiento.
La autovaloración depende ahora más de la imagen que tiene la persona de sí misma que de las opiniones de los grupos a los cuales pertenece. Es muy habitual que las relaciones sociales se dirijan fundamentalmente hacia la búsqueda de pareja. La preocupación constante por la preparación y superación profesional se convierte en una actividad definitoria del desarrollo de la personalidad.
Otro aspecto a destacar durante el desarrollo en esta etapa es la percepción que el/la joven tiene acerca de la realidad que lo/la rodea, compartiendo o rebatiendo juicios sobre diversas situaciones que están relacionados con componentes morales, sistemas de normas y valores.
Estas tres perspectivas ofrecen ritmos diferentes de desarrollo.
Ejemplo
Una persona puede estar desarrollada a nivel sexual, pero carecer aún de la madurez emocional que se requiere para enfrentar los conflictos de la vida adulta; o quizás la madurez emocional se haya adquirido, pero aún no es posible alcanzar la autonomía económica y social que se piensa que caracteriza la vida adulta.
La situación de inseguridad y precariedad del trabajo para los jóvenes está alargando ficticiamente la etapa de juventud. Por tanto, las claves que siempre se ha utilizado para describir la trayectoria de una persona (como el matrimonio o el entorno social diferente al de la familia de origen) se encuentran invalidadas por la realidad actual, mucho más diversa que la tradicional.
Expuesto lo anterior, resulta importante reiterar que clasificar o definir la juventud siguiendo criterios meramente temporales o cronológicos se ha mostrado arbitrario e insuficiente, ya que se trata de un proceso que incluye aspectos como la madurez física, social y psicológica de la persona, además de factores como la educación, la incorporación al trabajo, la construcción de una identidad propia y la autonomía e independencia que pueden conllevar la formación de un nuevo núcleo familiar. Todos estos aspectos mencionados no suelen caminar juntos, y cada persona vive de forma diferente su etapa de juventud.