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1. Envejecimiento exitoso

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Este término surge de la teoría de la actividad (Havigurst y Albrecht, 1953; Maddox, 1963), la cual se inscribe en la visión platónica del envejecimiento y postula que la vejez es un periodo de crecimiento y de oportunidades sociales y personales para el anciano. Cuanto más activo se mantenga, su envejecimiento será más satisfactorio, además, esta teoría sitúa la actividad como base del envejecimiento saludable. Entre sus premisas se encuentran: 1) adultos y ancianos tienen las mismas necesidades psicosociales; 2) los individuos se resisten a dejar sus roles sociales para permanecer activos durante más tiempo; 3) hay un envejecimiento exitoso cuando el individuo reemplaza los roles perdidos por unos nuevos, y 4) siempre hay roles sociales significativos para el anciano que él es capaz de desempeñar.

Con base en estos postulados y en oposición a la visión negativa del envejecimiento, Havigurst en 1961 propuso el envejecimiento con éxito como un tema central de la gerontología y como una forma de vida socialmente deseable. De acuerdo con este autor, un envejecimiento exitoso (EE) es “Una declaración de las condiciones de vida individuales y sociales bajo las cuales el individuo obtiene un máximo de satisfacción y felicidad y la sociedad mantiene un equilibrio adecuado entre las satisfacciones de los distintos grupos que la componen: ancianos, personas de mediana edad y jóvenes, hombres y mujeres, etc. (p. 8). Desde esta perspectiva se ha operacionalizado el envejecimiento exitoso como 1) una forma de vida socialmente deseable para este grupo de edad, 2) el mantenimiento de la actividad en la edad adulta, 3) un sentimiento de satisfacción con el estado presente y las actividades, y 4) un sentimiento de felicidad y satisfacción con la propia vida.

Una década más tarde, Neugarten (1972) concluyó que el factor fundamental en la predicción de si los individuos envejecerán con éxito es la personalidad. El estilo de afrontamiento, la capacidad de adaptación previa y las expectativas de vida, así como los ingresos, la salud, las interacciones sociales, las libertades y las restricciones son parte de la personalidad y, por lo tanto, juegan un papel importante en la enorme complejidad de un envejecimiento exitoso.

Posteriormente, Rowe y Kahn (1987) propusieron una distinción conceptual del envejecimiento normal con el envejecimiento exitoso. Según ellos, la declinación de las capacidades físicas no es forzosamente ineluctable: algunas personas mejoran su estado de salud funcional al envejecer, las facultades cognoscitivas pueden permanecer intactas a pesar del avance de la edad o pueden “activarse”, la capacidad de aprender cosas nuevas permanece viva aún en situación de incertidumbre y la aptitud para ajustarse a los cambios de la vida parece aumentar.

Rowe y Kahn (1987) buscaron superar el concepto de que el envejecimiento es un proceso que aumenta el riesgo de mortalidad en función del tiempo. Diferencian entre envejecimiento usual, (aquel exento de enfermedades específicas pero acompañado de diversos deterioros asociados a la edad y en el cual los factores extrínsecos aumentan los efectos de la edad) y el patológico (los cambios en el organismo con la edad son similares a los inducidos por ciertas enfermedades y se caracteriza por la existencia de diversas y variadas enfermedades o discapacidades) del envejecimiento exitoso, en el cual los factores intrínsecos juegan un rol positivo o neutro.

El mejor indicador del envejecimiento exitoso es la autonomía, puesto que esta determina qué tipo de envejecimiento se tiene. Una persona que experimenta un gran control de su vida y toma decisiones importantes es una persona con un envejecimiento exitoso, a diferencia de quien acepta las decisiones de otros, por ejemplo, los hijos. Con ello pretendían contrarrestar la tendencia creciente en gerontología de marcar una distinción entre lo patológico y lo no patológico, es decir, entre la población anciana con enfermedades o algún tipo de discapacidad y la que no padece ninguna de ellas.

El envejecimiento exitoso es algo deseado, planificado, que implica trabajo y no es producto del azar, puesto que su obtención implica un esfuerzo (responsabilidad personal). Así, el éxito depende tanto de las elecciones como de las capacidades individuales. Además, no implica prosperidad ni salud, pero la pobreza y la enfermedad lo hacen más difícil de alcanzar.

El envejecimiento exitoso combina tres componentes interdependientes y jerárquicos: salud, funcionamiento mental y físico y compromiso con la vida activa. Los autores lo definen como la habilidad para mantenerse con bajo riesgo de enfermar, con un alto nivel de actividad física y mental, y decididamente comprometido con la vida por medio del mantenimiento de relaciones interpersonales y de la participación en actividades significativas. En este modelo ciertas exigencias parecen independientes de la buena voluntad de los individuos, otras están, en gran medida, bajo su responsabilidad, es decir, ciertos problemas de salud pueden evitarse adoptando conscientemente medidas preventivas.

Así, para alcanzar un envejecimiento exitoso deben estar reunidas tres condiciones independientes:

1. Una reducida probabilidad de desarrollar enfermedades y discapacidades; Rowe y Kahn plantean que la gran mayoría de las enfermedades relacionadas con la edad se pueden prevenir mediante estilos de vida saludables.

2. El mantenimiento de un alto nivel de funcionamiento cognoscitivo y físico; la meta más importante entre los ancianos es ser autónomos e independientes. Se insiste en que los temores a las pérdidas son exagerados y se envejece como se ha vivido; además, las pérdidas funcionales pueden ser prevenidas y recuperadas; es cierto que hay limitaciones, pero la mayoría de los ancianos permanecen independientes. En cuanto el deterioro cognoscitivo, en general, los cambios con el envejecimiento no afectan todas las funciones, las pérdidas, si ocurren, se presentan en etapas tardías y afectan poco la vida de los ancianos, salvo si hay enfermedades específicas. Una de las formas más eficaces de mantener la funcionalidad física y mental es mantenerse activo.

3. Compromiso con la vida por medio del mantenimiento de relaciones interpersonales y de la participación en actividades significativas. Se debe tener compromiso con actividades que tengan una finalidad y un significado, que den sentido a la vida.

En numerosos estudios se ha estipulado que es imprescindible tener en cuenta los contextos sociales y culturales al momento de hablar de envejecimiento exitoso (Fry, 2012). Desde esta perspectiva subjetiva, los factores importantes en este envejecimiento son la salud, la satisfacción con la vida, la atención de amigos y familiares, las relaciones sociales, las opciones de autonomía, la satisfacción de las necesidades de los suyos, la adaptación a los cambios relacionados con la edad, la capacidad de autocuidado ante la cercanía de la muerte, no sentirse solo, sentirse bien consigo mismo, hacer frente a los retos de los próximos años, no tener enfermedades crónicas y actuar según los valores internos.

Existen más de cien variaciones del modelo original propuesto por Rowe y Kahn, se pueden agrupar en perspectivas biomédicas, psicosociales y mixtas. Las primeras hacen hincapié en la capacidad de las personas para mantener y mejorar la capacidad física y mental y son de naturaleza descriptiva, se han focalizado en la medición y en identificar la frecuencia y los factores de riesgo para la promoción de estas situaciones en las personas que envejecen y la prevención del envejecimiento patológico. Las segundas, consideran la importancia de la satisfacción con la vida, la adaptación y el afrontamiento, la participación social y los recursos psicológicos y, más que describir el fenómeno, se ocupan del proceso de envejecer con éxito y de las diferencias culturales, en esta perspectiva se destacan los modelos de Selección, Optimización y Compensación (SOC) de Baltes y Baltes (1990) y el Modelo Proactivo de Envejecimiento Exitoso de Kahana y Kahana (1996). También se han diseñado modelos para describir el proceso que lleva al envejecimiento con éxito, indicando los predictores y mediadores. Finalmente, las perspectivas mixtas, son integrativas e incluyen las biomédicas, psicosociales y las experiencias y percepciones en torno a envejecer con éxito. En la tabla 7.1 se presentan las principales dimensiones de envejecimiento exitoso referenciadas en la literatura.

Tabla 7.1 Dimensiones y categorías del envejecimiento exitoso

Dimensiones Categorías Aspectos incluidos
Bienestar social Interacción social Relaciones con otros
Redes sociales
Relaciones intergeneracionales
Soporte social Soporte de la familia
Amigos y confidentes
Soporte de instituciones gubernamentales y no gubernamentales
Participación social Actividades sociales
Actividades religiosas
Actividades productivas
Actividades recreativas
Voluntariado
Bienestar psicológico Características individuales positivas y capacidades Felicidad
Tener propósitos y planes
Afecto positivo
Autoaceptación
Autoeficacia
Resiliencia
Adaptación y afrontamiento
Aprendizaje
Satisfacción con la vida Satisfacción con la vida
Satisfacción con la vida pasad
Percepción de envejecimiento Aceptación del proceso natural de envejecimiento
Percepción positiva de la vejez
Ausencia de enfermedad mental Ausencia de depresión
Ausencia de deterioro cognitivo
Ausencia de estrés o fobias
Ausencia de enfermedades psiquiátricas
Soledad Percepción de soledad
Salud física Buena salud física Autopercepción de salud
Ausencia de enfermedades
Prevención y control de riesgos Estilos de vida saludables
Ejercicio y actividad física
Comorbilidad Presencia de enfermedades crónicas
Número de enfermedades
Nutrición Dieta e ingesta nutricional
IMC
Salud funcional Actividades de la vida diaria Independencia en actividades de la vida diaria físicas e instrumentales
Capacidad física fuerza de agarre y velocidad de la marcha
discapacidad Integridad sensorial (visión, audición)
Ausencia de discapacidad física
Longevidad Vivir más de 80-85 años
Espiritualidad y trascendencia Espiritualidad Gerotrascendencia Autorreconocimiento y autorientación
Autotrascendencia
Aceptación de la muerte
Respeto a la vida
Seguridad económica y medioambiental Contexto ambiental Percepción de seguridad del barrio y el entorno
Condiciones de la vivienda y el vecindario
Accesibilidad
Ausencia de estereotipos negativos
Seguridad financiera y económica Ingresos
Satisfacción con los ingresos
Aspectos sociodemográficos Educación Alto nivel educativo

Fuente: elaboración propia

Se ha señalado que el modelo de Rowe y Kahn fue diseñado para países desarrollados y principalmente para poblaciones de altos ingresos y puede no ser transferible a poblaciones de países de ingresos bajos y medianos. Además, si bien evitar las enfermedades crónicas es un elemento primordial del modelo original, esto es muy difícil de lograr en condiciones socioeconómicas adversas, predominantes en los países de ingresos bajos y medios como Colombia, además, el envejecimiento exitoso puede coexistir con enfermedades y limitaciones funcionales si se utilizan mecanismos compensatorios.

Un estudio llevado a cabo por el Grupo de Investigación en Gerontología y Geriatría de la Universidad de Caldas (2017), con el objetivo de establecer el papel de la enfermedad en el envejecimiento exitoso, lo definió con seis indicadores como se muestra en la figura 7.1.


Figura 7.1 Esquema integrativo del envejecimiento exitoso

Fuente: Curcio CL, Pineda A, Quintero P, Rojas Á, Muñoz S, Gómez F. Successful aging in Colombia: The role of disease. Gerontol Geriatr Med. 2018 Oct 30;4.

Los resultados de este estudio muestran que la prevalencia de envejecimiento exitoso es baja, 1 de cada 10 mayores de 65 años envejece con éxito cuando se tiene en cuenta la presencia de enfermedades y aumenta a 1 de cada 4 cuando se excluye, debido a la alta multimorbilidad. Factores relacionados con características socioeconómicas, religiosidad y autopercepción de salud son claves para lograr este envejecimiento.

Tabla 7.2 Porcentaje de adultos mayores que cumplen con cada criterio de envejecimiento existoso, por sexo


Fuente: Curcio CL, Pineda A, Quintero P, Rojas Á, Muñoz S, Gómez F. Successful aging in Colombia: The role of disease. Gerontol Geriatr Med. 2018 Oct 30;4

* Diabetes, cáncer, Enfermedad pulmonar (asma, bronquitis y enfisema), hipertensión, enfermedades del corazón (infarto, enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca) Enfermedad cerebrovascular (embolia, derrame, trombosis) osteoartritis (artritis, artrosis, reumatismo) y osteoporosis

En la tabla 7.2 se muestra el porcentaje de ancianos que cumplen con cada criterio de envejecimiento exitoso por sexo. La proporción de ancianos sin enfermedad es 23,2%, uno de cada tres tiene una enfermedad crónica y una cuarta parte tiene dos enfermedades. Más de dos tercios son completamente independientes en AVD y con menos de 8 puntos en SPPB, solo están 3,9%. En cuanto a funcionamiento en otros dominios, la proporción de hombres sin depresión, con alto nivel de funcionamiento físico, independientes en AVD es mayor que en las mujeres, aunque las diferencias no son significativas. En cam-bio, si son significativas en el compromiso social y en el soporte emocional, que son mayores en ellas (p<0.001). De otro lado, la importancia de los eventos antecedentes como determinantes de un envejecimiento exitoso se enfatiza en la sugerencia de que el modelo incorpore una perspectiva del curso de la vida.


Figura 7. 2 Envejecimiento exitoso. El arte de envejecer en sociedad

Fuente: Muñoz, SL. Envejecimiento Exitoso: El arte de envejecer en sociedad. Manizales: Universidad de Caldas; 2018.

Bajo esta perspectiva, se llevó a cabo un estudio con un grupo de ancianos de la ciudad de Manizales, cuyo objetivo fue comprender el significado que tienen acerca del envejecer con éxito de acuerdo con su trayectoria de vida y sus prácticas sociales e individuales. Los resultados muestran que se aprende y se enseña a envejecer y a ser viejo y el envejecimiento tiene una cualidad de reproducción social. Así, el envejecimiento supera los límites de la individualidad, dado que genera una serie de ondulaciones sinérgicas en el entramado de las redes a las que el individuo pertenece. El envejecimiento exitoso es el arte de envejecer en sociedad, las personas no son unidades aisladas envejeciendo, son delicadas uniones estratégicamente articuladas, la gama de experiencias enriquecen los saberes colectivos y generan variaciones adecuadas a las necesidades de cada individuo o grupo social. En la figura 7.2 se muestra el modelo conceptual del envejecimiento exitoso desde la perspectiva del curso de vida.

De acuerdo con este planteamiento, el envejecimiento se concibe no como un proceso aislado que se gesta en la individualidad, sino como un proceso social. Este modelo es interactivo, es decir, cada uno de sus elementos está relacionado y todos se articulan entre sí. La trayectoria de vida posee un espacio geográfico y biográfico en donde el individuo agencia la vida con sus prácticas a través de tres dominios centrales: a) salud, b) trascendencia, y c) redes y soporte social. Los dominios se hallan entramados dentro de cada uno de sus componentes sustanciales y no tienen niveles jerárquicos. La trascendencia es aquello que queda como resultado del uso de la creatividad para responder ante los diferentes retos, cambios y transiciones que se deben afrontar en la trayectoria de vida; los actos tienen una trascendencia más allá del lapso en que ocurren y traen consecuencias que pueden ser más duraderas que sus causas. Se expresa en el autorreconocimiento y el reconocimiento social, la espiritualidad y el legado a las futuras generaciones. La salud es más que la ausencia de enfermedad porque la enfermedad se encuentra presente en la trayectoria de vida, en diferentes niveles y estados, mientras que la salud se expresa como bienestar, aceptación y posibilidad de un continuo desarrollo humano, es un bien fundamental. Las redes y el soporte social (la familia, el trabajo y los amigos) constituyen la principal fuente de cuidado e intercambio de capital social, cultural y económico. Es allí donde las personas pueden expresarse de acuerdo con sus condiciones de salud y transcender.

En síntesis, la propuesta de Rowe y Kahn en torno al Envejecimiento Exitoso (EE)1 está centrada en desmitificar las pérdidas asociadas a la edad y resaltar la importancia de las condiciones físicas, sociales y cognitivas como un acumulado de competencias o “capitales” adquiridos por cada individuo en su proceso de envejecimiento; pero centrarse en el individuo y en su responsabilidad para alcanzarlo deja al mar-gen la influencia de las determinaciones sociales, culturales, económicas, políticas y ambientales con las que se encuentra cada persona en su experiencia dentro del mundo social, entonces, su condición física, sus relaciones sociales y su capacidad cognitiva no solo expresan el aprovechamiento en términos de potencialización de las experiencias, los recursos y oportunidades a través de sus elecciones individuales, sino que para hablar de un envejecimiento exitoso como un enfoque multidimensional se debe tener en cuenta la manera como la interacción individuo-sociedad hace posible o no envejecer con éxito.

Así, el envejecimiento exitoso es un concepto de naturaleza multidimensional tal como se expuso; no emerge espontáneamente en la vejez, por tanto, se construye en el curso de vida; es un concepto multinivel que comienza con un nivel individual y continúa a un nivel más alto, en el que se tienen en cuenta las condiciones estructurales y ambientales, es decir, cubre muchas dimensiones en diferentes niveles, desde los micro hasta los macro. Además, es contextual, en la medida en que es sensible a la cultura y a contextos específicos.

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