Читать книгу El gran libro de la iridología - Josep Lluís Berdonces - Страница 13

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Constituciones del iris

El concepto «constitución irídica» lo explicó recientemente la escuela alemana introduciendo una idea interesante: las tendencias constitucionales. Son un factor clave para comprender el qué y el cómo de la Iridología, porque, no nos cansaremos de repetirlo, en Iridología siempre observamos signos que indican tendencias o probabilidades hacia determinados problemas, pero nunca podremos aseverar categóricamente que un paciente ha de padecer determinada patología.

Dentro de las constituciones se engloban todos los iris existentes, es decir, siempre se pertenece a un tipo o subtipo; y cada uno de ellos tiene una tendencia distinta a enfermar, e incluso a sanar.

El concepto de constituciones se relaciona con los tipos patológicos o diátesis de la Medicina Homeopática, con la Medicina Funcional, o con la moderna escuela francesa de la Medicina del Terreno. Sin recurrir a ciencias tan modernas, ya en la Antigüedad se consideraron los diferentes tipos constitucionales (Kühne, especialmente; Kreschtmer, algo después) como tendencias a enfermar de los diferentes tipos constitucionales físicos.

Deck definió los tipos constitucionales como genotipos, esto es, caracteres ligados a la herencia y no modificables en el transcurso de la vida. Ello, sin embargo, no es ninguna novedad, ya que los primeros estudios sobre herencia del famoso Mendel ya incluían el color de los ojos como un factor ligado a la herencia.

Por una simple obligación del esfuerzo clasificatorio, los tipos constitucionales del iris son cerrados; pero la variabilidad de los iris humanos es inmensa, y en la práctica nos encontramos con tipos mezclados, que en muchas ocasiones son difíciles de clasificar de manera tajante. En estos casos, las tendencias patológicas están mezcladas, y la variabilidad es mayor.

Existen en esta clasificación tres grandes grupos que se pueden definir como: 1) Constitución linfática, 2) Constitución hematógena y 3) Constitución mixta. Más sencillamente se podrían clasificar en: 1) Iris azules, 2) Iris marrones y 3) Iris mixtos, teniendo cada uno de ellos diferentes subtipos constitucionales, específicos o comunes.


QSM, 47 años. Iris hidrogenoide, con presencia de copos linfáticos numerosos, intensos y de color intensamente claro. Vegetariano desde nacimiento (obsérvese la gran claridad y nitidez del iris), presenta con cierta frecuencia congestión en los ganglios linfáticos, algún problema en la piel y ha sido recientemente diagnosticado de hipertensión arterial. Obsérvese que presenta signos de hipertonía neurovegetativa expresados en el color intensamente blanco y luminoso. Paciente sin patología de importancia pero con gran sensibilidad emocional y problemas cutáneos frecuentes (pupas, costras, herpes…).

Constitución linfática

Los iris claros, esencialmente los azules, se encuadran dentro de la gran constitución linfática, que tiene como características principales la presencia de un color azul claro, azul-grisáceo o diferentes tonalidades de gris, estando la corona nerviosa autónoma resaltada por una tonalidad más clara. Las fibrillas radiales de la zona ciliar son visibles, algo serpenteantes y, en ciertas zonas, bordeadas por hilillos claros. Por esta última razón algunos autores también denominan a esta constitución como tipología fibrilar.

Dentro de la constitución linfática existen diferentes subtipos que describimos a continuación:


Constitución linfatica: BND, 42 años. La tipología fibrilar en los iris azules nos muestra relieves suaves, blanquecinos, que nos marcan la tendencia alérgico inflamatoria propia de esta constitución.


NDB, 35 años. Mujer, diagnosticada de esquizofrenia, primeros brotes hace ocho años. Un intento de suicidio con fracturas múltiples de costillas y fémur. Posteriormente a la realización de la diapositiva, se suicidó. Se observan en este iris unos rasgos típicamente neurogénicos, como la apariencia grumosa de los signos, la ondulación característica de las fibras, así como la presencia de amplias áreas del iris con una tonalidad más clara o brillante, indicando áreas de intensa actividad nerviosa.


DH, iris linfático o fibrilar, de buena constitución. Las fibras del iris aparecen finamente marcadas dando una sensación de luminosidad.


JBD, 52 años: ácido úrico y diabetes no insulinodependiente. Se trata de una diátesis de ácido úrico, aunque es frecuente también observarla en personas que no tienen los uratos elevados. Obsérvese la deformación pupilar a las 7h que se relaciona con un pigmento y una rotura de la corona en la zona más periférica. Un posible signo degenerativo a vigilar.


TDH, varón, 37 años, iris derecho: Diátesis de ácido úrico. Viene a consulta por presentar una caspa seborreica en la cabeza de difícil resolución. Los niveles de ácido úrico son normales, el colesterol muy discretamente elevado. El iris nos muestra una toxemia roja, cobriza, que se extiende por toda la zona intestinal y hacia la zona de la cabeza, especialmente en la zona frontal. El tratamiento debe dirigirse en primer lugar a la corrección de los desarreglos digestivos.


KMB, varón, 43 años. Tipología de debilidad conjuntiva. Acude a consulta por presentar gastritis y flatulencias de larga evolución. El iris nos muestra una hipertonía del anillo del estómago, junto a la pupila, y una zona intestinal laxa, dilatada, que nos marca las digestiones pesadas. El resto del iris está formado de tejido conjuntivo muy laxo, que nos indica debilidad conjuntiva general del organismo.

Subtipo linfático puro

Es la constitución básica, sin modificaciones, cuya descripción se explicó en las líneas anteriores, con el estroma ondulado. La tendencia patológica es hacia un aumento de la reactividad del sistema linfático, que se puede mostrar especialmente irritable en garganta, nariz y oídos, así como en la zona broncopulmonar y en las mucosas digestiva, de la vejiga urinaria y genital. Las afecciones catarrales de estas mucosas son frecuentes y representan la vía preferente de eliminación de un sistema linfático hereditariamente sobrecargado. Si se hace una historia familiar, probablemente observaremos una tendencia linfática común a otros miembros de la familia. En estos casos se evitará el exceso de productos lácteos y se hará ejercicio físico intenso, para mantener en circulación el sistema linfático, que tiene una tendencia a la congestión. Cuando ésta se produce, suele intensificarse la eliminación de moco catarral, lo que, aunque beneficia el proceso de eliminación, puede provocar bastantes trastornos en la salud del individuo.

Subtipo neurogénico

En este subtipo, las fibrillas radiales del iris se suelen encontrar aclaradas (coloración blanca, usualmente), y su trayecto es, por regla general, más sinuoso y serpenteante que en la constitución linfática básica. La zona de la corona también suele tener una coloración clara. No es infrecuente un reborde pupilar rojizo (denominado anillo de neurastenia por Deck). En este subtipo se suele observar con mayor frecuencia penachos de fibras, claros y ondulados, que Maubach denominó muy gráficamente «cabellos peinados». El iris nos denota de esta manera que la principal característica del paciente son la hipertonía vegetativa y los posibles fenómenos producidos por su desequilibrio. Por ello, dentro de ese subtipo tendremos a muchos enfermos hipocondríacos, con multitud de síntomas funcionales, predominando los espasmos, especialmente los vasculares (como la migraña vasomotora), los achaques del sistema nervioso, los síntomas dolorosos digestivos u osteomusculares, ligados al estado nervioso del paciente, etc. En estos casos es muy importante hacer ejercicio, ya que éste moviliza la circulación linfática y proporciona oxígeno al sistema nervioso. La relajación corporal es también un tratamiento de máxima importancia.

Subtipo hidrogenoide

Es similar al de constitución linfática, pero, a diferencia de aquél, presenta un rosario linfático, localizado en la parte periférica de la zona ciliar (zona linfática), en forma de copos claros, finamente delimitados. El iridólogo Schnabel los denominó «tofos». Aunque se localizan en cualquier zona del anillo linfático del iris, existe cierta predilección por la zona torácica y abdominal, así como por el cuadrante nasal inferior. Esta tipología indica una mayor predisposición hacia las enfermedades de tipo reumático, con una notable tendencia alérgica (de hecho, es perfectamente posible la presencia de eccemas, asma, rinitis, diarreas alérgicas e incluso migraña de base alérgica), así como afecciones del sistema respiratorio, con formación de moco. Dado que el fenómeno alérgico está estrechamente ligado a una hiperreactividad del sistema linfático, se podría decir que en esta constitución el organismo sobrecargado de toxinas y residuos metabólicos tiene una mayor dificultad de eliminación y una mayor reactividad neurovegetativa (aunque esto no siempre resulte cierto) y, al igual que en la tipología linfática básica, la vía ideal de eliminación debería ser también la eliminación catarral de las mucosas anteriormente citadas; en muchos casos se necesita una «ayuda» terapéutica para desencadenarla. La tendencia patológica del individuo hidrogenoide es similar a la del subtipo linfático, aunque la presencia de los copos de congestión linfática indicará las zonas más afectadas (signo de carácter topoestable).


CWW, 33 años, varón. Vegetariano, sin patología de importancia. Tipología de debilidad conjuntiva. La claridad y transparencia de la cornea, que permite una buena visión de las fibras del iris, parece ser una característica bastante común entre las personas vegetarianas. El iris, sin embargo, nos marca debilidades estructurales del tejido conjuntivo que se podrían manifestar en el futuro.

Subtipo de orina ácida (o de ácido úrico)

Esta denominación resulta poco afortunada, pero es la que se utiliza con mayor frecuencia, por lo que la vamos a mantener. Este subtipo no es exclusivo de la tipología linfática, ya que también se puede presentar en la constitución mixta, e incluso, aunque más raramente, en la hematógena. En los iris linfáticos se parece al hidrogenoide, pero, a diferencia de éste, el rosario linfático no lo forman copos bien delimitados, sino nubes difusas, como manchas espesas que en ocasiones pierden la típica forma en nudillos, para extenderse como una bruma circular alrededor de la zona linfática; en los casos más importantes llega a invadir la zona cutánea, emitiendo radios o manchas hacia la corona o collarete. Estas nubes suelen ser de color blanco, aunque no es raro que tomen un tono amarillento e incluso anaranjado, más intenso cuanto mayor sea la pigmentación básica del iris. La predisposición patológica de este subtipo es esencialmente de acumulaciones metabólicas, sobre todo por déficit en la eliminación de ácido úrico (cálculos renales de uratos y oxalatos, artritis úrica, etc.); y como elemento final crónico, la artrosis ósea, en su más amplio sentido. En tal caso se evitará la carne y el consumo de sal en las comidas a fin de no sobrecargar innecesariamente los sistemas depuradores del organismo. Estará indicado algún tratamiento dietético, como el jugo de apio y perejil, por ejemplo, para estimular la eliminación urinaria que se observa congestionada.

Subtipo con debilidad en el tejido conjuntivo

Como otros subtipos, éste tampoco es exclusivo de los iris linfáticos, pero aparece más frecuentemente en éstos. El tipo de tejido conjuntivo débil se presta a diagnósticos muy exagerados a los ojos del inexperto, ya que suele presentar una abundantísima presencia de lagunas, con una densidad del iris más bien pobre, y con una corona difícil de valorar, ya que cuesta precisar su contorno. Éste, además, suele estar erráticamente descentrado. En estos casos, los más arriesgados e inexpertos optan por «sentenciar» a sus pacientes con innumerables debilidades, cuando suele tratarse de una debilidad del tejido conjuntivo, del que el iris humano es muy rico. La pérdida de tono del tejido conjuntivo de sostén ocasiona que encontremos iris muy bellos. El iridólogo distingue con facilidad múltiples lagunas de forma vacuolar, dentro de las cuales se pueden ver con frecuencia fibrillas más o menos deshilachadas en diferentes niveles. La predisposición patológica la determina en este caso la debilidad del tejido conjuntivo, dándose una tendencia a la flacidez de los órganos ricos en él.

Los prolapsos de órganos son más frecuentes –por ejemplo, estómago en anzuelo, colon transverso caído, prolapsos vaginales o uterinos, etc.–, así como los fenómenos de falta de tono venoso, como varices y hemorroides. En todos estos casos nos hallamos ante una tendencia moderada hacia la debilidad del sistema ligamentoso, que podría provocar mayor propensión a las distensiones y luxaciones de origen tendinoso. Estos individuos pueden padecer una insuficiencia en la asimilación de calcio corporal; por ello, en el tratamiento de este subtipo constitucional se habrán de tener en cuenta los tónicos y estimulantes digestivos, los ejercicios tónicos venosos, etc.

Existe un tipo de iris con debilidad en el tejido conjuntivo, que presenta una disposición en forma de lagunas muy grandes rodeando el collarete; ciertos autores, como G. Schneider, lo denominan iris poliglandular, y es similar al iris margarita que comentaremos más adelante. En este caso, al estar más dilatada la zona intestinal se puede detectar la tendencia a padecer alteraciones relacionadas con un tránsito digestivo lento o irregular (flatulencias, gases, dispepsia, estreñimiento, digestiones largas y pesadas, etc.).

Este tipo constitucional también se comenta en el apartado dedicado a la densidad del iris.

Constitución hematógena

Los iris con constitución hematógena son aquellos iris marrones, cuyo color va desde el avellana claro al extremadamente pigmentario, que se observa en los individuos de raza negra. En este caso hay que decir, sin embargo, que la delimitación de los subtipos hematógenos es, en general, más pobre, debido a que la pigmentación oculta bastantes signos que de otro modo serían visibles en los iris claros. Por ello, las señales agudas se aparecen a la exploración iridodiagnóstica como desgastes del color básico (más o menos como si se hubiera frotado un sector del iris con papel de lija), mientras que todo signo claro se observa con mucha mayor dificultad.

Subtipo hematógeno puro

Es el iris marrón, sin las características de los subtipos que a continuación citamos. La predisposición básica es hacia los desórdenes glandulares (tanto de glándulas de secreción interna como de secreción externa), incluyendo al sistema linfático y cierta propensión a las transformaciones malignas. Deck cita, dentro de este subtipo, la tendencia discrásica, por alteración de los humores circulantes en el organismo. En ciertos casos podemos observar el signo del iris de terciopelo, que se presenta como un granulado fino que salpica especialmente la zona humoral y la corona. En estos casos habremos de averiguar si existe alguna alteración en la asimilación del calcio o del yodo (tiroides), que en muchos se debe a una secreción escasa de jugo gástrico.


VS, iris derecho, mujer, 31 años: El iris de terciopelo es un tipo de iris hematógeno que se caracteriza por presentar una textura como de velludo, indicando en general una gran fortaleza física. La presencia de anillos nerviosos es frecuente, al estar el tejido bien distribuido deja notar con mayor facilidad los accidentes del terreno irídico.


DBS, 41 años, mujer, iris derecho. Constitución hematógena, iris de terciopelo. La superficie del iris presenta una textura que semeja a esta tela. Se trata de un iris de buena fortaleza, en una persona que recientemente le han descubierto unos niveles de colesterol ligeramente elevados.


UEQ, mujer, 30 años, iris derecho. Tipología tetánicolarvado. Acude a consulta por presentar migrañas de repetición y digestiones pesadas con estreñimiento. Se observa un iris de buena constitución general, pero intensamente fragmentado por el entrecruzamiento de los anillos nerviosos (arcos circulares) y los rayos solares (surcos radiales). Los primeros nos indican exceso de tono nervioso, mientras que los segundos nos indican una disfunción digestiva.


BDQ, 50 años, varón. Digestiones lentas. Años después de la fotografía se le diagnosticó cáncer de estómago de patrón intestinal, falleciendo dos años más tarde. Se trata de un iris en margarita, que es la expresión de la tipología de debilidad del tejido conjuntivo en los iris marrones. Obsérvese que la debilidad conjuntiva se extiende casi exclusivamente por la zona intestinal, mientras que el resto del iris conserva una constitución relativamente buena. La zona del estómago nos muestra signos de gastritis crónica, con un área estomacal más clara, pigmentada, y más ancha de lo normal.

Subtipo tetánico larvado

Aunque no se encuentra sólo en los iris de color marrón (hasta uno de cada diez iris azules también lo presentan), el subtipo tetánico larvado se considera dependiente de la constitución o tipología hematógena. El signo más característico y que llama poderosamente la atención, es la presencia de numerosos anillos nerviosos, que deforman moderadamente el estroma en la zona ciliar (mitad periférica de la zona ciliar). La presencia de éstos arcos denota una tendencia espástica muy elevada, dando una mayor probabilidad de padecer alteraciones tiroideas (especialmente hipertiroidismo), problemas psíquicos, epilepsia y numerosos problemas espásticos localizados en zonas diferentes del cuerpo (genitales femeninos, sistema digestivo, etc.). En estos casos el individuo suele sentirse con frecuencia bajo una tensión molesta, con exceso de estrés, lo que a la larga le puede causar problemas espásticos digestivos e incluso úlcera gástrica, colitis, etc. Su actividad neurovegetativa tiende al exceso de función nerviosa.

Constitución mixta

Subtipo mixto puro o biliar

La constitución mixta es de transición entre la hematógena y la linfática. Si nos guiáramos exclusivamente por su pigmentación, se podría considerar hematógena, pero si la observamos detenidamente con un microscopio binocular o en irisgrafías, observaremos que también se trata de una tipología fibrilar. Presentan una capa pigmentaria débil sobre una base azulada, que se deja entrever a través de la capa pigmentaria superior (capa superior del estroma). Esto se debe a que su pigmentación es débil y sólo suele afectar a las capas más superficiales del iris.

La tendencia constitucional de los iris mixtos puros es, en ocasiones, similar a la de los iris azules; a menudo se ha denominado «tendencia reumática-catarral». Theodor Kriege cree que en ciertos casos es producto de una insuficiencia de la secreción renal. Sin embargo, entre los síntomas más frecuentes están los de tipo biliar, por una sub-deficiencia del hígado o del páncreas, o ambos, con una notable tendencia al estreñimiento. En estos casos es importante no abusar de grasas y fritos, comer abundantes frutas y verduras frescas (son ricas en fibra), y evitar las comidas copiosas, para estimular y descongestionar la zona hepático-pancreática.

Subtipo ferrocromatosis

Deck establece, dentro de la constitución mixta o biliar, este único subtipo exclusivo (otros, como la diátesis lipémica o el de debilidad del tejido conjuntivo, también pueden pertenecer a la constitución mixta). En este subtipo se observan pigmentos amarillentos o parduzcos en la zona del collarete; otros autores las han considerado señales de acidosis. Él llegó, en 1952, a la conclusión de que los pacientes con estos iris padecían con más frecuencia alteraciones hepáticas no dolorosas, con gran cansancio y astenia, y una clara elevación de los niveles de hierro.

Subtipo general de diátesis lipémica

Cuando aparece un importante anillo de colesterol en un iris, Deck lo denomina diátesis lipémica. Sin embargo, es probable que no se trate de un subtipo por sí mismo, ya que los iris, independientemente del anillo de colesterol, pueden encuadrarse en uno u otro tipo o subtipo constitucional. La presencia de este subtipo general hace sospechar una posible disminución de la función hepática, del sistema cardiovascular, o de alguna función hormonal, con deficiencia en la absorción y equilibrio mineral del cuerpo. En esta diátesis funcional de congestión toxémica no se puede precisar si se trata de un exceso de colesterol, de sodio o de otro mineral. Si, además del anillo de colesterol, podemos catalogar el tipo de estroma que presenta el iris en otro subtipo, la tendencia patológica estará relacionada con este segundo tipo de clasificación que hagamos.


FA, 72 años, varón. Hipertensión y colesterol, arteriosclerosis moderada. Sobre un fondo constitucional de debilidad conjuntiva (tipo iris margarita) se desarrolla la diátesis lipémica en forma de anillo de colesterol, y pigmentación marronácea especialmente en la zona pupilar y de la corona del iris.


SHF, mujer, iris izquierdo, 47 años. Posible síndrome de fatiga crónica. Acude a consulta por presentar crisis de falta de energía de 1 año de evolución, con episodios esporádicos de anemia por falta de hierro. A las 3 horas se observa un pigmento de porfina importante; otros pigmentos se observan a las 5h 30’ y a las 8h 45’ (área genital y linfáticos del cuello) donde tambien se observan señales claras de inflamación. Entre las 5h 30’ y las 6 se observa una acumulación de signos de alto valor pronóstico: pigmentos de rufina-porfina; áreas amplias de fibras claras indicando debilidad e inflamación; y rotura de la corona indicando alteración neurovegetativa.


CTV, mujer, iris derecho. Tipología biliar. El iris está sobrepigmentado de color amarillo ocre y presenta pigmentos de rufina-fucsina, así como uno a las 2h 30’ de porfina, indicando una posible disfunción hepática. Presenta además numerosos anillos nerviosos. La paciente padece de fibromialgia, de un año de evolución. El iris nos indica que se debería hacer una dieta de depuración hepática antes de empezar a poder notar cambios en su proceso doloroso.

Subtipo de iris en margarita

Aunque algunos iridólogos lo consideran subtipo, especialmente de los tipos hematógeno y mixto, en este libro lo explicaremos con más detalle en el capítulo dedicado al sector intestinal, dado que sus indicaciones diagnósticas se refieren especialmente a este órgano.

Consideraciones finales

A partir de esta clasificación, algo complicada y quizá en exceso perfeccionista (ya hemos dicho que en la práctica no existen los subtipos, sino mezclas de ellos en mayor o menor proporción), nos puede ser muy útil llegar a una tendencia patológica constitucional, ya que nos dará una idea de la posible evolución de la reactividad del paciente al que estemos tratando.

Los tipos constitucionales, al abarcar a toda la población, no pueden interpretarse como señales patológicas (anormales), sino fisológicas (normales), y nunca deben ocultar la realidad que se expresa con la historia clínica del paciente.

Otras escuelas han desarrollado algo más el modelo de los tipos constitucionales, especialmente la francesa de Iridología del Terreno, que proponen los doctores Masson y Lancel. Esta escuela establece treinta o cuarenta tipos patológicos diferentes, que pueden ser de interés para comparar con la práctica clínica, pero que tal vez adolecen del defecto citado al exponer la diátesis lipémica: establecen un tipo constitucional a partir de un signo determinado. Este hecho anula parcialmente la teoría clásica constitucional, tal como la entendían los primeros iridólogos que la investigaron.

El gran libro de la iridología

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