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Presentación

Al redactar esta obra, que resume mi práctica iridológica de los últimos años junto al saber de los textos clásicos, una de las preocupaciones más importantes ha sido exponer, de forma sistemática, tanto lo que se puede como lo que no se puede conseguir con el diagnóstico por el iris. Ser consciente de las limitaciones de la Iridología es tan importante como conocer la interpretación de los signos irídicos, ya que eso nos evitará más de una decepción y nos pondrá en guardia contra los diagnósticos maravillosos y arriesgados que suelen realizar muchos diagnosticadores por el iris.

La Iridología, por sí sola, tiene poco valor si no se acompaña de una historia clínica correcta y de métodos de diagnóstico complementarios que nos confirmen las tendencias reflejadas en los iris. Hacer diagnósticos exclusivamente iridológicos, sin tener en cuenta lo que nos dice el paciente o lo que nos muestran los análisis, entra dentro del campo de la adivinación o la cábala, y no dentro de la ciencia médica. Sería además un error muy grave hacer eso dentro de la Medicina Alternativa, que intenta ver al individuo enfermo como una unidad de función y con una visión integral de los problemas que le aquejan. Si tratamos de hacer una Medicina realmente integral es absurdo que luego hagamos un diagnóstico parcial y exclusivo por el iris, por muy completo que éste sea.

En este libro aparece especialmente la visión iridológica de la escuela centroeuropea (alemana, especialmente), debido a que es la más sistemática de las existentes hasta ahora y la que más me ha convencido; pero sería un error olvidar escuelas como la norteamericana, la francesa o las tendencias de los países del Este europeo, que he tratado de incluir también en esta obra y en mi práctica personal. Quizá en eso estriba una de las novedades que puede aportar este texto a la bibliografía en castellano, ya que los libros existentes hasta hoy no han expuesto aún algunas de esas tendencias iridológicas de reconocida importancia.

Pese a lo que pueda parecer, la Iridología no es una ciencia exacta; incluso afirmaría que tampoco es una ciencia completa, ya que aún existen muchos signos cuya interpretación no ha sido aclarada todavía. La única forma de averiguar su significado es la observación sistemática del iris y la publicación posterior de los resultados, cosa que hasta ahora ha brillado por su ausencia, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Por ello, desde este prólogo hago un llamamiento a quienes practican la Iridología para que pongan en común sus experiencias, sus convicciones y sus dudas, de modo que podamos sacar un poco más de «agua clara» en este río revuelto que es el diagnóstico por el iris.

DR. JOSEP LLUÍS BERDONCES

Agullana, abril de 1990

El gran libro de la iridología

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