Читать книгу Pink - Lili Wilkinson - Страница 15

Оглавление

Llegamos al GPO, el segundo centro comercial de la tarde, donde los altísimos techos y las balaustradas blancas y ornamentadas me hicieron sentir de lo más adulta y sofisticada. Alexis estaba en su elemento y saludaba a todos los dependientes como si fueran viejos amigos. Yo eché un vistazo melancólico a unas botas Camper rojas y Alexis me convenció para comprarme una blusa celeste en Jigsaw. Entre el azúcar, la cafeína y las compras, estaba de subidón y sentía que el mundo era mío.

En realidad, nunca había hecho algo así antes: comportarme de forma estereotípicamente femenina, cotillear y hacer el tonto un rato. Era divertido. Había algo atractivo en la superficialidad de Alexis; algo abierto, sincero y amistoso.

Nos metimos en la zona de compras de Bourke Street, entre las masas de gente que arrastraban bolsas de compras y niños cogidos de la mano. Un tranvía pasó a nuestro lado haciendo sonar la campana. El aire olía a ajo frito y todo parecía perfecto.

Un tipo de aspecto andrajoso estaba tocando con la armónica How Much Is That Doggie In The Window? Su perro hacía el coro con un «¡guau, guau!» en el momento apropiado. Alexis y yo rompimos a reír histéricamente y nos metimos en el Royal Arcade.

Ella enlazó su brazo con el mío y se acercó a mi rostro mientras pasábamos por delante de una tienda que, en apariencia, solo vendía muñecas rusas.

—Cuéntame —dijo en voz baja—, ¿lo has hecho ya?

—¿El qué?

Todas las muñecas me miraron fijamente con sonrisas cómplices pintadas. Alexis soltó una risita nerviosa.

—Pues eso. ¿Eres virgen?

Ah. La pregunta.

—Eh… Más o menos. Es complicado.

Ella asintió.

—No, si lo entiendo. Técnicamente, lo eres, pero lo has hecho todo menos eso, ¿verdad?

Me pregunté qué me diría si le contara que había perdido la virginidad con una chica.

—Más o menos.

—Bueno, no te preocupes. He oído que Ethan tiene mucha experiencia en ese sentido.

No había pensado demasiado en esa parte. O sea, quería salir con un chico, era cierto. Quería ser normal, ir a las fiestas de fin de curso y llevar un vestido, y que él llevase un esmoquin y me regalase flores. Pero no había pensado en el hecho de besar a un chico y mucho menos en acostarme con él. Es decir…, Chloe y yo habíamos hecho bastantes cosas, pero parecía distinto hacerlas con un chico. Como peligroso. Enrollarse con chicos podía traer consigo sorpresas molestas, como bebés o infecciones de transmisión sexual.

Alexis se debió de dar cuenta de mi turbación, porque me cogió de la mano.

—No me refiero a que tenga tantísima experiencia en eso, no es un chuloputas. Es cariñoso y siempre les es fiel a sus novias. Me refería a que tiene fama de hacerlas muy felices.

—Sí, entiendo —respondí—. Por supuesto.

Pink

Подняться наверх