Читать книгу Las teorías literarias y el análisis de textos - Adriana Azucena Rodríguez - Страница 12
Pautas de análisis
ОглавлениеEsquemáticamente, los pasos del análisis y comentario de textos de Lázaro Carreter y Correa Calderón se representan del siguiente modo:
i. Lectura: Comprensión sin interpretación.
1 Búsqueda de las palabras desconocidas en el diccionario.
2 Comprender, no interpretar.
3 Numerar versos y estrofas.
ii. Localización: Precisar qué lugar ocupa ese texto dentro de la obra a que pertenece. Todas las partes de una obra artística se relacionan entre sí.
1 Si se trata de un texto completo.
2 Si se trata de un texto fragmentario: lugar del fragmento en la obra.
3 Lugar del texto en la obra del autor.
iii. Determinación del tema.
1 En una concepción tradicional, basada fundamentalmente en el análisis de los contenidos de un texto, se entiende por tema la idea central en torno a la cual gira un poema, relato u obra dramática.
2 En poesía, los temas básicos serían el amor, el desengaño, los celos, la caducidad del tiempo, la muerte, etcétera.
3 El tema debe ser expresado en pocas palabras, y su determinación ha de ser precisa, clara, breve y exacta.
iv. Determinación de la estructura.
1 Fijar la estructura métrica.
2 Buscar los apartados.
3 Todos los apartados de un texto se relacionan entre sí.
4 El tema suele distribuirse irregularmente por los apartados.
iv. Análisis de la forma partiendo del tema.
1 El tema está presente en los rasgos formales.
2 Cada elemento se justifica como una exigencia del tema.
vi. La conclusión: Balance de nuestras observaciones e impresión personal.
1 Con el análisis de la forma partiendo del tema (fase V) hemos terminado el comentario propiamente dicho.
2 Atar, reducir a líneas comunes, los resultados obtenidos en el análisis, resaltar su rasgo común.
3 Opinión sincera sobre el fragmento.
A continuación se propone el poema “Barcelona ja no es bona”, del español Jaime Gil de Biedma para un comentario desde esta perspectiva teórica. Al final de éste, se ejemplifica el proceso de las seis fases de un análisis y comentario diseñadas por Lázaro Carreter y Correa Calderón.
Barcelona ja no es bona, o mi paseo solitario en primaver a 6
A Fabián Estapé
Este despedazado anfiteatro, impío honor de los dioses, cuya afrenta publica el amarillo jaramago, ya reducido a trágico teatro, ¡oh fábula del tiempo! representa cuánta fue su grandeza y es su estrago
Rodrigo Caro
En los meses de aquella primavera
pasaron por aquí seguramente
más de una vez.
Entonces, los dos eran muy jóvenes
y tenían el Chrysler amarillo y negro.
Los imagino al mediodía, por la avenida de los tilos,
la capota del coche salpicada de sol,
o quizá en Miramar, llegando a los jardines,
mientras que sobre el fondo del puerto y la ciudad
se mecen las sombrillas del restaurante al aire libre,
y las conversaciones, y la música,
fundiéndose el rumor de los neumáticos
sobre la grava del paseo.
Sólo por un instante
se destacan los dos a pleno sol
con los trajes que he visto en las fotografías:
él examina un coche muchísimo más caro
—un Duesemberg sport con doble parabrisas,
bello como una máquina de guerra—
y ella se vuelve a mí, quizá esperándome,
y el vaivén de las rosas de la pérgola
parpadea en la sombra
de sus pacientes ojos de embarazada.
Era en el año de la Exposición.
Así yo estuve aquí
dentro del vientre de mi madre,
y es verdad que algo oscuro, que algo anterior me trae
por estos sitios destartalados.
Más aún que los árboles y la naturaleza
o que el susurro del agua corriente
furtiva, reflejándose en las hojas
—y eso que ya a mis años
se empieza a agradecer la primavera—,
yo busco en mis paseos los tristes edificios,
las estatuas manchadas con lápiz de labios,
los rincones del parque pasados de moda
en donde, por la noche, se hacen el amor...
Y a la nostalgia de una edad feliz
y de dinero fácil, tal como la contaban,
se mezcla un sentimiento bien distinto
que aprendí de mayor,
este resentimiento
contra la clase en que nací,
y que se complace también al ver mordida,
ensuciada la feria de sus vanidades
por el tiempo y las manos del resto de los hombres.
[…]
Sean ellos sin más preparación
que su instinto de vida
más fuertes al final que el patrón que les paga
y que el salta-taulells que les desprecia:
que la ciudad les pertenezca un día.
Como les pertenece esta montaña,
este pedazo de anfiteatro
de las nostalgias de una burguesía.
Fase I. Lázaro Carreter y Correa Calderón ponen como condición inicial la comprensión del texto: una lectura sin interpretación, la búsqueda de su “sentido literal”. Sugieren, por la misma razón, que el análisis corresponda a un texto breve o a un fragmento cuando la obra sea demasiado extensa. En efecto, en “Barcelona ja no es bona”, resulta probable que sea necesario aclarar expresiones y términos propios de la norma del español de su autor:
El título está escrito en catalán y tiene como referente un refrán popular: “Barcelona és bona si la bolsa sona”.
Dedicatoria a Fabián Estapé, economista español nacido en 1923. Estudió derecho en la Universidad de Barcelona y fue profesor de la misma desde 1946. Militante del Partido Socialista Unificado Catalán.
Probablemente, “jaramago” y “pérgola” no sean palabras de uso común. Conviene consultar algún diccionario.
Se utiliza el barcelonismo salta-taulells, que, según Carlos Barrales “se puede traducir o entender perfectamente; equivale a mozo de almacén, con ínfulas de mayoral de hacienda, pero en las coordenadas del comercio”.7
Se menciona “el año de la Exposición”. Al revisar este tipo de eventos ocurridos en Barcelona, resulta que en 1929 tuvo lugar la Exposición Internacional, un gran acontecimiento para la ciudad, no sólo desde el punto de vista cultural y económico, sino también desde el ideológico, urbanístico y arquitectónico. El esfuerzo constructivo y urbanístico que supuso dejó como herencia una gran cantidad de palacios, pabellones y construcciones diversas: el Teatro Griego, el Estadio Olímpico, el Pabellón de la Ciudad de Barcelona, la Casa de la Prensa, las Torres Venecianas, la Fuente de Jujol, etcétera.
Fase II. Una vez resuelta la primera fase del análisis, el investigador establecerá el lugar que el poema ocupa dentro de la obra de Jaime Gil de Biedma (localización). Pues bien, “Barcelona ja no es bona, o mi paseo solitario en primavera” forma parte del libro Moralidçades, publicado en 1966. Anteriormente el poeta había publicado Versos a Carlos Barral (1952), Según sentencia del tiempo (1953) Compañeros de viaje (1959) y A favor de Venus (1965). El libro contiene una serie de poemas “sociales”: alusiones a la situación de España en relación con la República, la Guerra Civil y la dictadura.
Fase III. Determinar el tema requiere de hipótesis que pueden variar, pero no demasiado, pues el asunto, los recuerdos, dan sentido a un argumento derivado de esta posibilidad: visión desesperanzadora del paso del tiempo. Esta hipótesis de tema puede comprobarse en las declaraciones del poeta: “En mi poesía sólo hay dos temas, el paso del tiempo y yo” (Entrevista con Federico Campbell, Infame turba).
Fase IV. El análisis partirá, necesariamente, del tema. El tema determinará la estructura del texto, a partir de los diversos aspectos en que se despliega dicho tema. Cada parte del texto se considera un “apartado” (cada una de las partes que podemos descubrir en el texto). El primer apartado, desde la propuesta del tema, se enmarcaría entre los primeros 24 versos, ya que se describe a una pareja, una imagen idílica del pasado representada por ambos jóvenes relacionados con el poeta, en un tiempo de prosperidad, comodidades y expectativas en el futuro, en un época cuyos referentes están marcados por la guerra y el capitalismo. En este sentido, el apartado siguiente está compuesto por los siguientes cuatro versos: “Así yo estuve aquí / dentro del vientre de mi madre”, se revela la relación entre el poeta y la pareja del poema: son sus padres. Él se encuentra en el mismo lugar descrito en la estrofa anterior. Ahora, sin embargo, el escenario idílico está deteriorado por el efecto del tiempo: “y es verdad que algo oscuro, que algo anterior me trae / por estos sitios destartalados”. Si la primera estrofa está determinado por un pasado idílico, la segunda se caracteriza por mostrar un presente arruinado, pero real, del que escribe.
Una vez que se reveló el enigma del vínculo entre el yo lírico y la pareja descrita, continúa la exposición del contraste entre el tiempo pasado y el presente, el resumen de la vida del yo lírico: su gestación en una época que se consideraba feliz por la abundancia económica. En el presente de la escritura, el enunciante poético se reconoce viejo; por último, hace un balance de su edad adulta, en que desarrolla una conciencia de clase aún en contra de su propia clase social. Aquí termina la tercera estrofa porque termina la descripción del lugar; a continuación, el yo lírico analiza lo que significaba el mundo que ha mostrado mediante detalles, para continuar con la reflexión sobre el mundo de la infancia, lo que representaría la cuarta estrofa.
Junto con el individuo que crecía en la sociedad barcelonesa, ésta se deterioraba por inmovilidad de la “pax burguesa”; en reacción, los recuerdos de infancia son elevados a una mitología que conduce a la voz poética a ver el pasado como las ruinas de un imperio: confesión velada de que él mismo, el poeta, es heredero de la pareja en particular y de su clase social en general. Al terminar la reflexión sobre la infancia, el yo lírico sale de su ensimismamiento: percibe la presencia de “los murcianos” que irrumpen en la soledad del yo lírico pero que también representan la primera imagen del futuro.
Siguiendo el mismo procedimiento de descripción y posterior reflexión, inicia la sexta estrofa y último: los jóvenes son despreciados y explotados; pero la voz poética plantea la posibilidad de que su ímpetu les permita sobreponerse a sus condiciones y sustituyan a la burguesía decrépita que ya sólo representa el pasado al que el poeta se aferra por la nostalgia.
Fase V. Análisis de la forma partiendo del tema: es la parte del análisis en la que se justifica cada rasgo formal del poema como una exigencia del tema. Así, por ejemplo, se evidencia que, en el segundo y tercer versos, “pasaron por aquí, seguramente, / más de una vez”, se elude el sujeto, generando el enigma sobre la identidad de las personas a quienes se refiere el yo lírico. También constituye éste el sitio para evidenciar el manejo de los tiempos verbales en los primeros versos: predominan los verbos en pretérito imperfecto: “era”, “tenían”; mientras que el único verbo en primera persona del presente es “imagino”.
En cuanto a las figuras retóricas, destaca la adjetivación metafórica: “la capota del coche salpicada de sol” que percibe los rayos del sol como líquido sobre un objeto poco poético que alude a la industria como soporte de la clase social referida continuamente. Un proceso similar se desarrolla a propósito de la descripción del lugar o de la pareja.
También cabe mencionar aquí la idea de “mitología” manejada en el poema: “Oh mundo de mi infancia, cuya mitología / se asocia —bien lo veo— / con el capitalismo de empresa familiar”: el término no tiene, para Gil de Biedma, la concepción tradicional de conjunto de mitos de un pueblo o una cultura, ni la definición semiótica; parece, en cambio, tratarse de una noción individual; en otras palabras, cada individuo conformaría su propia “mitología” del pasado.
Asimismo, en este pasaje se hace notar el conjunto de influencias del poeta: Rodrigo Caro, poeta barroco, época también de deterioro oculto tras la opulencia de España, pero principalmente, se evidencia, en los últimos versos, la presencia de Antonio Machado y el poema “Una España joven”: “El hoy es malo, pero el mañana… es mío […] Tú, juventud más joven, si de más alta tu cumbre / la voluntad te llega, irás a tu aventura”. Sin embargo, Gil de Biedma, para cerrar el poema, evita dirigirse en segunda persona a los jóvenes, de los que se muestra ajeno:
Sean ellos sin más preparación
que su instinto de vida
más fuerte al final que el patrón que les paga
y que el salta-taullels que les desprecia:
que la ciudad les pertenezca un día.
Fase VI. La conclusión: es el balance de las observaciones del crítico y su impresión personal. Se omite aquí para no intervenir en los resultados que pueda inferir el lector.
Comentario al poema: “Barcelona ja no es bona,
o mi paseo solitario en primavera”
La obra forma parte del libro Moralidades, publicado en 1966. Anteriormente el poeta había publicado Versos a Carlos Barral (1952), Según sentencia del tiempo (1953) Compañeros de viaje (1959) y A favor de Venus (1965). El libro contiene una serie de poemas “sociales”: alusiones a la situación de España en relación con la República, la Guerra Civil y la dictadura. El tema del poema son los recuerdos que derivan en la visión desesperanzadora del paso del tiempo. Esta hipótesis de tema puede comprobarse en las declaraciones del poeta: “En mi poesía sólo hay dos temas, el paso del tiempo y yo” (Entrevista con Federico Campbell, Infame turba).
El primer apartado, desde la propuesta del tema, se enmarcaría entre los primeros 24 versos, ya que se describe a una pareja, una imagen idílica del pasado representada por ambos jóvenes relacionados con el poeta, en un tiempo de prosperidad, comodidades y expectativas en el futuro, en un época cuyos referentes están marcados por la guerra y el capitalismo. En este sentido, el apartado siguiente está compuesto por los siguientes cuatro versos: “Así yo estuve aquí / dentro del vientre de mi madre”, se revela la relación entre el poeta y la pareja del poema: son sus padres. Él se encuentra en el mismo lugar descrito en la estrofa anterior. Ahora, sin embargo, el escenario idílico está deteriorado por el efecto del tiempo: “y es verdad que algo oscuro, que algo anterior me trae / por estos sitios destartalados”. Si el apartado I está determinado por un pasado idílico, el II se caracteriza por mostrar un presente arruinado, pero real, del que escribe.
Una vez que se reveló el enigma del vínculo entre el yo lírico y la pareja descrita, continúa la exposición del contraste entre el tiempo pasado y el presente, el resumen de la vida del yo lírico: su gestación en una época que se consideraba feliz por la abundancia económica. En el presente de la escritura, el enunciante poético se reconoce viejo; por último, hace un balance de su edad adulta, en que desarrolla una conciencia de clase aun en contra de su propia clase social. Aquí termina el apartado III porque termina la descripción del lugar; a continuación, el yo lírico analiza lo que significaba el mundo que ha mostrado mediante detalles, para continuar con la reflexión sobre el mundo de la infancia, lo que representaría el apartado IV.
Junto con el individuo que crecía en la sociedad barcelonesa, ésta se deterioraba por inmovilidad de la “pax burguesa”; en reacción, los recuerdos de infancia son elevados a una mitología que conduce a la voz poética a ver el pasado como las ruinas de un imperio: confesión velada de que él mismo, el poeta, es heredero de la pareja en particular y de su clase social en general. Al terminar la reflexión sobre la infancia, el yo lírico sale de su ensimismamiento: percibe la presencia de “los murcianos” que irrumpen en la soledad del yo lírico pero que también representan la primera imagen del futuro.
Siguiendo el mismo procedimiento de descripción y posterior reflexión, inicia el apartado VI y último: los jóvenes son despreciados y explotados; pero la voz poética plantea la posibilidad de que su ímpetu les permita sobreponerse a sus condiciones y sustituyan a la burguesía decrépita que ya sólo representa el pasado al que el poeta se aferra por la nostalgia.
La forma y el tema se complementan para lograr un efecto estético. En el segundo y tercer versos, “pasaron por aquí, seguramente,/ más de una vez”, se elude el sujeto, generando el enigma sobre la identidad de las personas a quienes se refiere el yo lírico. También constituye éste el sitio para evidenciar el manejo de los tiempos verbales en los primeros versos: predominan los verbos en pretérito imperfecto: “era”, “tenían”; mientras que el único verbo en primera persona del presente es “imagino”.
En cuanto a las figuras retóricas, destaca la adjetivación metafórica: “la capota del coche salpicada de sol” que percibe los rayos del sol como líquido sobre un objeto poco poético que alude a la industria como soporte de la clase social referida continuamente. Un proceso similar se desarrolla a propósito de la descripción del lugar o de la pareja.
También cabe mencionar aquí la idea de “mitología” manejada en el poema: “Oh mundo de mi infancia, cuya mitología/ se asocia —bien lo veo—/ con el capitalismo de empresa familiar”: el término no tiene, para Gil de Biedma, la concepción tradicional de conjunto de mitos de un pueblo o una cultura, ni la definición semiótica; parece, en cambio, tratarse de una noción individual; en otras palabras, cada individuo conformaría su propia “mitología” del pasado.
Asimismo, en este pasaje se hace notar el conjunto de influencias del poeta: Rodrigo Caro, poeta barroco, época también de deterioro oculto tras la opulencia de España, pero principalmente, se evidencia, en los últimos versos, la presencia de Antonio Machado y el poema “Una España joven”: “El hoy es malo, pero el mañana… es mío […] Tú, juventud más joven, si de más alta tu cumbre / la voluntad te llega, irás a tu aventura”. Sin embargo, Gil de Biedma, para cerrar el poema, evita dirigirse en segunda persona a los jóvenes, de los que se muestra ajeno:
Sean ellos sin más preparación
que su instinto de vida
más fuerte al final que el patrón que les paga
y que el salta-taullels que les desprecia:
que la ciudad les pertenezca un día.
A pesar de sus aportaciones al estudio de la literatura, la estilística aún está sujeta a la contemplación y búsqueda del autor como clave para desentrañar el sentido de la obra poética. El planteamiento olvida, sin embargo, que el poeta pudo elegir cualquier otro medio para comunicar sus pensamientos, incluso, no plasmarlos en la obra. En otras palabras, resta importancia al hecho de que el mecanismo de transmisión de las ideas es el lenguaje como comunicación: la obra fue hecha para ser comunicada, intención que antecede a cualquier otra. El estudio del lenguaje ofrece muchas otras posibilidades de análisis del texto literario, exploradas con anterioridad por las teorías formalistas.