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LIBRO PRIMERO
CAPITULO TRES

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Como los Bezares enbiaron Gobernador y gente a la gobernaçion de Benençuela, y de adonde tomo este nombre de Venençuela y la laguna de Maracaybo.

Luego, en el mismo tienpo y año quel Enperador dio esta governaçion a los Bezares, ellos començaron a hazer nuebos gastos y espensas y juntar gente y soldados para la poblazon desta provinçia, para el qual efecto adereçaron quatro nabios de todo lo neçesario a semejante nabegaçion, pertrechandolos y proveyendolos de muchos generos de armas de las que en las gerras comunes se suelen vsar.

Metieron en ellos treçientos hombres que en el Andaluzia hizieron, y navegando el rrio de Sevilla abaxo, llamado Guadalquebi, entraron con prospero viento en el mar Oçeano: de la qual armada y gente estos Bezares nombraron por capitan y su primer Gobernador de Venençuela o Coro a vn caballero de su propia naçion, aleman, llamado miser Ambrosio Delfin(A). Y porque pareçe confusion que sin dar mas claridad, a esta provinçia la ayamos nombrado vnas vezes Coro y otras Venençuela, sera bien cumplir con esta duda, para agora y para adelante, por que nadie se halle perplexo açerca dello.

Junto a esta provinçia y poblazon de Coro esta vn lago, que asi de las aguas que de las provinçias de Pamplona y Mérida, çivdades pobladas en el Nuebo Rreyno, y de otras partes a estas çircumbezinas, corren y se desaguan, como por la entrada que la mar tiene en este lago, a cavsa de ser el sitio del mas baxo, se a hecho alli en tanta distancia que se halla por cosa çierta tener noventa leguas de çircuyto o boxaçion. Este lago a partes es hondable en tanta manera que pueden nabegar en el naos de qualquier grandor, y por otras es muy terreno y de poca hondura. Toda o18 la mayor parte desta laguna esta poblada de muchos naturales, que habitan y biven asi en el agua como en tierra. Las casas de los que tienen sus habitaçiones en este lago son en esta manera: que mediante la yndustria de que naturaleza les proveyo como a las demas gentes, tuvieron tal arte y modo que hincando en el propio lago çiertos maderos o palos gruesos por su horden y cubierto, ençima dellos fabrican sus casas y moradas en tal forma que habitan en ellas sin que el agua del lago ni la del çielo los dañe ni sea muy perjudiçial; y para el serviçio y provision de lo que de la tierra an menester, vsan de aquel genero de bateles o esquilfes que tan general es en las Indias, llamados canoas.

Este lago ni es todo dulçe ni es todo salado. Quando el biento se ensoberbeçe corre en el mesmo genero de tormenta que en la mar. Mengua y creçe, avnque no generalmente, mas que en las partes mas cercanas a la mar. Es rredondo, algo prolongado hazia la culata, que es por donde entran los rrios y aguas que baxan de Pamplona. Otros quieren deçir que es esquinada o treangulada casi a manera de vn paño de tocar; pero lo más çierto es lo primero. Tiene la boca algo angosta por espacio de dos leguas, y algunos la hazen de dos bocas, la vna mayor que la otra. Tiene peligrosa entrada. Pierdense en ella, y anse perdido algunos nabios, por rrespeto de çierto ancon que de vna parte y otra haze la mar, en el qual ancon o ensenada, por rrespecto de ser la tierra baxa, quando van nabegando, entendiendo que nabegan seguramente no sienten su perdiçion hasta hallarse encallados los nabios; y ansi los que son diestros en esta nabegaçion se apartan todo lo que pueden desta laguna y de su tierra.

Entrando, pues, españoles en ese lago hallaron esta nueba manera de abitaçion y poblaçon de gentes que, como he dicho, habitaban en el agua; y viendo la mucha similitud que esta gente en su habitaçion tenia a la de Veneçia, çivdad poblada en los lagos y lagunas del mar Adriatico, cuyos prinçipios fueron casi tan flacos como los que en este lago se hallaron, porque con la gran destruyçion y rruyna que en tiempo del Emperador Valentiniano hizo en Italia el tirano Atila, que fue año de quatroçientos y çinquenta y quatro, çiertas gentes de vna provinçia llamada Venençia, amedrentados de los estragos y crueldades deste tirano, se rretiraron de la tierra firme y se pasaron a vnos pequeños ysleos que en las lagunas dichas hazia la mar, en los quales estuvieron rrecogidos y fortificados hasta que paso la persecuçion y tirania de Atila; y viendo estas gentes la mucha seguridad y fortificaçion del sitio que alli tenian, nvnca se mudaron ni quisieron yr de aquel lugar, antes dende en adelante lo procuraron anplificar y tomar en si çierta horden de govierno que hasta agora les dura y conserva y a traydo en la prosperidad y sublime fama que al presente tiene. Y como el numero de los moradores yva creçiendo, les era forçoso fundar y hazer sus casas en la propia agua, y asi la mayor parte desta ynsine çivdad esta poblada en el agua, y por ella con sus artifiçios y maravillosos ingenios, andan y se tratan y comunican con mucha façilidad y sin ningun detrimento.

Y pareçiendoles, como he dicho, a los españoles que por habitar estos yndios deste lago en el agua de la forma que e contado, eran en alguna manera semejantes a los moradores de Venençia, pusieron por nombre a la provincia Venençuela, y desta suerte se escurecio dende en adelante de tener la provinçia nombre de Coro y quedarse con el solamente la çivdad, y asi hasta este nuestro tiempo comunmente aquella Governaçion se a llamado y llama la provinçia y Governaçion de Venençuela.

Y tanbien es de saber que este lago por quien nos emos alargado a contar lo que de suso se a dicho, no tomo ni tiene la nonbradia de la provinçia de Venençuela, que del o por el fue nombrada asi, mas es llamada la laguna de Maracabo. Laguna, como es notorio, es bocablo vsado entre españoles que significa congregaçion o ayuntamiento de aguas: Maracaybo era nombre propio de un señor muy poderoso que en este lago rresidia o bivia, que señoreaba y mandaba la mayor parte de las gentes que en ella habitavan, cuyo nombre era tan celebre entre aquellos naturales que en biendo o entrando donde ellos estaban españoles, luego les nombraban Maracaybo, o señalaban, o daban a entender por señales su gran poder y grandeza, y de aqui le quedo entre los españoles el nombre y sobre nombre de la laguna de Maracayvo.

Pareçerle a al lector que e salido vn poco fuera del discurso deste capitulo, y a mi parecer no e sino cumplido con vna parte de lo que adelante me queda por decir tocante a esta laguna, pues para dar rrazon y claridad de donde tomaron nombres la provincia de Venençuela y la laguna de Maracaybo a sido menester la narraçion que e hecho.

Salido el governador Miçer Ambrosio del fin del rrio de Sevilla y entrado en la mar Oçeano, como al prinçipio deste capitulo dixe, con sus navios y gente navego prosperamente por su derrota y sin suçedelle cosa notable aduersa ni prospera llego en breve tiempo al puerto y surgidero de Coro, donde hallo a Juan de Ampres y a la demas gente de su rrepublica, los quales viendo la pujanza de gente que consigo llevava Miçer Ambrosio y las provisiones y çedulas quel Enperador le abia dado a los Bezares para que fuesen governadores de aquella probinçia, lo admitieron y obedeçieron y metieron en posesion della(B).

NOTAS AL CAPITULO III

(A) El P. Aguado incurre en el error, del que participó tambien Fernández de Oviedo, de afirmar que Ambrosio de Alfinguer fue el primer Gobernador de Venezuela nombrado por los Belzares.

Con dezir que Alfinguer llegó á la ciudad de Coro «en el año de la encarnación de Nuestro Señor de mill y quinientos e veinte y nuebe»19, es decir, dos años antes de hacerse la cesión á favor de los Belzares, queda destruido ese error.

Alfinguer recibió su nombramiento de Einguer y Sayller, y en Santo Domingo le fueron entregadas, por mano de García de Lerma, las provisiones reales para que pudiera ejercer sus funciones. Los Belzares designaron para que los representase en Venezuela á Juan Siuser Jofer, como luego se verá.

El verdadero nombre de Micer Ambrosio parece ser que era Ambrosio Einguer, y que se le apellidó Alfinger por el pueblo de su naturaleza. Micer Ambrosio era hermano de Enrique Einguer, según consta por la capitulación que los alemanes otorgaron con el Emperador.

(B) Baralt, en su Resumen de la Historia antigua de Venezuela20, de acuerdo con lo afirmado por el licenciado Pérez de Tolosa en su Relación, dice que vistos por Juan de Ampies los despachos imperiales de que era portador Alfinguer, «les dió con resignación y modestia entero cumplimiento», y poniendo en posesión del gobierno á aquellos extranjeros, se retiró á la isla de Curazao y de allí á la capital de la Española.

El licenciado Pérez de Tolosa, ocupándose de los primeros actos de Alfinguer en su gobernación, escribe: «Llegado el dicho Ambrosio, y sacados todos sus mantenimientos y aparejos á una casa de munición, se dió á la gente todo lo necesario á muy justos precios, que en la Española no se pudieran dar á tan bajos precios, eceto los caballos y aderezos de la gineta que al parecer de la gente se dieron en subidos precios; porque un caballo se daba por dozientos y mas pezos, y una silla por cinquenta. Presuponga vuestra Alteza que la gente que llegó á Venezuela fue tan pobre, que no tenian de que pagar esto al contado, y para lo pagar y satisfazer se acordó y mandó por el dicho Gobernador, que ninguno, por ninguna via, pudiese rescatar ni haber oro que no trajese al montón, para satisfazer de los dichos mantenimientos y hazienda que se les daba: y hase de presuponer que, ansimesmo, esta fue la causa que no se hiziese repartimiento de la tierra, demas que se dize, que hubo algunos españoles que fueron causa dello; dando á entender al dicho Gobernador, que si la tierra repartiere no sería tan señor ni tan obedescido como estandose por repartir. – Otros quieren dezir, que se dejó de hazer el repartimiento hasta ver el fin de la tierra, por tener lugar de escojer, en lo mejor, las doze leguas de que se les haze merced por la capitulación á los adelantados. Como quiera que fue(se), este fue el mayor error que se tubo á los principios, muy grandecido á los fines, con total destruccion de todo lo descubierto, y muerte de los más españoles que á la dicha provincia han ido, porque segund fama comun pasan de quinientos cristianos los que en la dicha provincia han fallecido hasta la ida del dicho licenciado Tolosa.»

18

En la edición de Caracas se omite o.

19

Relación breve y la más cierta que se ha podido haber, de las personas que se han hallado en Venezuela, desde el principio que se vino á poblar por los Velzares y sus gobernadores con provisión de Su Majestad, por el licenciado Juan Pérez de Tolosa. – Coro, 8 de Julio de 1548. (Biblioteca de la Real Academia de la Historia.)

20

Página 149. – Edición de París de 1841.

Historia de Venezuela, Tomo I

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