Читать книгу Practicum Ejercicio de la abogacía 2022 - Alberto Palomar Olmeda - Страница 42

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La contabilidad es una técnica que consiste en el registro de las operaciones económicas de una persona, ya sea esta física o jurídica.

En realidad también llevan contabilidad, o mejor dicho les es llevada, estructuras sin personalidad, piénsese por ejemplo en los fondos sin personalidad que cita el artículo 2.2.f) de la Ley General Presupuestaria (Ley 47/2003 de 26 de noviembre).

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La utilidad de la llevanza de contabilidad es evidente para asegurar una buena gestión económica pues permite saber qué se posee o, mejor dicho, que valor tiene lo que se posee, cuanto se ingresa y de que fuentes, también cuanto se gasta y en qué y en definitiva cuanto se gana si es que se gana o cuanto se pierde. Además permite conocer también los flujos, es decir los momentos y la cadencia con la que se producen los ingresos y los gastos.

Desde un punto de vista estático es la forma más segura de conocer el valor de un patrimonio, sea este personal o social.

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Tras lo dicho debería pensarse que la contabilidad es una institución económica y nada más lejos de la realidad: es una institución jurídica. No se lleva contabilidad porque sea conveniente, se lleva porque es obligatorio y no es obligatorio, al menos no originariamente, por interés propio, porque la ley obligue a ello en interés de la propia persona sino en interés de los terceros que se relacionan con ella y en general de la sociedad.

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Unos de los primeros orígenes de la obligación de llevar contabilidad fue la establecida en el Derecho Romano respecto a los argentarii (los banqueros de la época) quienes debían llevar tres libros: el codex accepti et expensi que era un libro de caja, el adversarium que era el libro diario y el kalemdarium, en donde debían constar las fechas en las que se recibirían capitales o se realizarían salidas de fondos. Y una de las funciones de estos libros era su exhibición en juicio, especialmente el codex, donde hacían prueba respecto a la existencia o extinción de las obligaciones.

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Se aprecia ya que la obligación de la llevanza de contabilidad se estableció originariamente en interés de terceros, los clientes de los banqueros y los que tenían relaciones comerciales con ellos. Y actualmente sigue siendo igual, toda persona que actúa en el mercado tiene relaciones económicas con otras personas, las cuales están interesadas en conocer su situación económica y esto ocurre no sólo con los clientes y proveedores sino también con los propios empleados y con la Hacienda pública. El concepto de interesado en conocer la situación económica de una persona se ha ampliado en los últimos años, utilizándose para definirlo el término anglosajón stakeholder, de difícil traducción pero de útil contenido.

Para concluir la primera parte de este trabajo debe señalarse que si bien la ciencia económica extrae conclusiones del estudio de la contabilidad de los operadores económicos, utilizándola como base para la determinación de ratios, el origen, el fundamento y la finalidad primera de la contabilidad es jurídica. La contabilidad, su llevanza, es un medio de garantizar la seguridad en el tráfico jurídico.