Читать книгу 1000 ejercicios de preparación física. (2 Vol.) - Alfonso Blanco Nespereira - Страница 5
ОглавлениеPRÓLOGO
Si trazamos una hipotética línea evolutiva del humane1 como ser vivo, sabemos a través de la vía racional y científica que el proceso de conquista de la inteligencia por parte del humane ha sido larguísimo y de difícil logro, con la condición añadida de que esa familia de primates se transformó en homínidos y finalmente en el homo sapiens sapiens actual, de forma casual -una mezcla de azar y necesidad- y a través de un proceso que no se conoce bien, y del que existe un intenso debate entre los especialistas. A partir de ese momento, los humanes han sufrido un proceso divergente con el resto de los animales, determinados por una evolución de carácter cultural que hace que se comporten como seres cada vez más alejados de las conductas biologicistas anteriores. El humane racional no sólo actúa y se desenvuelve en el presente, sino que recoge toda su experiencia anterior, el pasado, y lo emplea con provecho en la preparación del mañana. La preparación de lo venidero, o sea la programación y planificación de actividades, ha sido, pues, una de las características más propias y genuinas de los humanes.
Desde una perspectiva estrictamente biológico-motriz, el humane posee unas cualidades medio-bajas entre los otros seres del reino animal. Así pues, no es demasiado rápido, no es demasiado fuerte, no posee un nivel de agilidad y destreza comparable a ciertas familias de animales, las cuales tienen un cercano parentesco filogenético con el humane, el nivel de resistencia es quizá la cualidad física más destacable del humane, en el conjunto de las mismas y en comparación con otras especies animales, sin embargo, su calificación globa! no sobrepasa el aprobado alto. No obstante, poseemos, como característica fundamental, una buena capacidad para adaptarnos a las exigencias de cada una de estas cualidades, adecuando nuestro cuerpo a las necesidades de las actividades corporales más complejas, como el juego, el deporte, la danza, la lucha... prácticas que exigen una mezcla de todas ellas y alguna más para lograr un buen nivel de ejecución. El humane a través de la inteligencia es capaz de elaborar conductas racionales encaminadas a lograr un buen nivel de ejecución corporal que le permiten ser un animal bastante completo en el conjunto de las cualidades físicas, en comparación con el resto de los animales.
El humane, a diferencia de los animales, se prepara para la actividad, se organiza, se programa y se hace con recursos materiales con el fin de lograr el estado físico necesario, para actuar con eficacia en las más variadas actividades que el hombre ha ejercitado a lo largo de la historia. De esta manera, el humane se ha preparado físicamente para la caza, para el trabajo, para la guerra, para la salud, para la estética corporal, para los juegos populares y tradicionales y, recientemente, para el deporte o, sencillamente, para lograr un buen nivel de prestancia física que nos ayude a ser más eficaces en la vida cotidiana.
Así pues, ¿qué entendemos por Preparación Física? La preparación física es una palabra compuesta que corresponde a un concepto polisémico, plural, de amplias significaciones que globalmen-te se entiende como un proceso de acción compleja, cuya meta es lograr, de manera metódica, progresiva y adaptada, el incremento de las capacidades corporales. Denominamos “acción compleja” a toda una serie de factores que es preciso controlar para conseguir unos resultados concretos en relación a los objetivos marcados. Una “acción metódica” implica la existencia de un programa de entrenamiento, con su organización, métodos, contenidos y sucesivos controles. La progresiva adaptación, la entendemos como una capacidad y, a la vez, como una necesidad del humane para adecuarse a las nuevas exigencias corporales que se ha impuesto como logro. La preparación física se fundamenta en este principio para lograr las metas propuestas, es decir, el incremento previsto, planificado y programado, de las capacidades corporales.
Si nos apartamos de los aspectos técnicos y nos adentramos en el rico territorio semántico, observamos una gran cantidad de significaciones para este término compuesto. Así pues, la Preparación Física la podríamos interpretar como:
Entrenamiento de la “performance”.2
Acondicionamiento del cuerpo a determinadas exigencias motrices.
Aprestarse a la acción lúdico-competitiva.
Previsión de energías para el trabajo.
Proyecto de rendimiento ulterior.
Ensayo de acciones para la lucha.
Disposición psíquica, física y emocional para el esfuerzo.
Organización del gasto y el aporte energético.
Parasceve del conflicto.
Planificación de la actividad para lograr un óptimo rendimiento.
Predisposición ante la competición.
Pertrechamiento de reservas contra la fatiga y el agotamiento.
Armarse de recursos para obtener un buen nivel de ejecución.
Existen básicamente dos tipos de practicantes de la preparación física según sus metas. Por una parte, tenemos el método de trabajo inspirado en el “Physical Fitness” de origen norteamericano que es utilizado por aquellos individuos jóvenes y adultos que utilizan la preparación física para simplemente estar en forma, con todas las connotaciones que lleva implícito este lema, en el ámbito de la salud, de la estética, del trabajo, del sexo, del ocio... o como, moda, ascésis, masoquismo, terapia, entrenamiento, relación social... En el otro extremo, nos encontramos a todos aquellos que utilizan la preparación física como trabajo previo necesario para lograr un estado de forma determinado, con objeto de lograr un nivel óptimo en las actividades propuestas, siendo la más importante y popular el deporte, de ahí que a veces la preparación física pase a denominarse preparación deportiva.
Los humanes se han preparado desde tiempos muy lejanos en los ejercicios y juegos necesarios que les permitan alcanzar un alto nivel en algunas prácticas lúdico-competitivas. Tenemos constancia de ello a través de los legados de las primeras civilizaciones fluviales en Mesopotamia y Egipto, las cuales emplearon técnicas de preparación y planificación, acompañadas de conceptos nutritivos y prácticas higiénicas encaminadas a lograr un buen rendimiento físico en los acontecimientos que organizaban. En este sentido, es muy conocido por el alto nivel de conocimientos que atesora, la complejidad de aspectos que trata y la precisión de sus indicaciones el texto de Kikkuli, perteneciente a la civilización hitíta y hallado en su capital Bogazkoy, actualmente Hatusas (Anatolia), este completo manual de entrenamiento de caballos fue redactado por el intendente general de las caballerizas reales del mismo nombre y está datado en el año 1360 a. de J.C. con una aplicación muy concreta, la preparación del caballo para las carreras hípicas.
También tenemos constancia gráfica de imágenes relativas a la preparación física en los antiguos monumentos funerarios egipcios, como las figurillas de corredores ejercitando la marcha -mastaba de Ti en Saquara- y la carrera -El Amaruz- que corresponden al tercer milenio antes de Jesucristo; o aquellas otras escenas de entrenamiento de lucha, pertenecientes a las tumbas de Beni-Hasan correspondientes al final de dicho milenio (2050 a. de J.C). En la antigua cultura minoico-cretense, en el transcurso del tercer al segundo milenio antes de Jesucristo, los metales micénicos, los frisos y pinturas de los palacios reales existentes en la isla de Creta nos muestran escenas y ricos grabados sobre la preparación física de los efe-bos, los cuales se preparaban para superar retos como el famoso salto del toro bravo denominado taurocatapsia-mural encontrado en Knossos que data de 1500 a. de J.C.
Más adelante, ya en el último milenio antes de nuestra era, la civilización helénica tomó el relevo de las cruciales aportaciones anteriores, y sentó las bases del sistema de vida occidental con aportaciones tan genuinas como la tragedia, la filosofía y la democracia. No obstante, su genio también se ocupó de organizar, planificar, sistematizar y reglamentar la preparación física de los atletas3 que luego debían participar en los Juegos Panhelénicos o en los otros Juegos Menores. Las famosas tetradas griegas surgen en esa época, sin embargo, los ciudadanos libres de las diversas polis, participasen o no en los Juegos, realizaban su preparación física en las palestras y en los gimnasios para conservar el ethos guerrero necesario para mantener la supremacía física y militar de su grupo. Los romanos mantienen el mismo esquema de los griegos a los que admiraban pero añaden dos factores importantes, el profesionalismo y la crueldad de las competiciones, las cuales ya no se realizaban en el estadio sino que crean dos nuevos centros, el circo y tos anfiteatros con capacidad para un número impresionante de espectadores. En esa época, fa preparación física era casi exclusiva de los gladiadores profesionales, los cuales se entrenaban para salvaguardar en la arena del circo su propia vida y, en el mejor de los casos, conseguir la libertad y la fama.
La preparación física no conoce otro momento de esplendor hasta llegar al estratégico siglo XVIII, período en el que se producirán grandes cambios que facilitarán la llegada de una nueva era y unos nuevos valores. Se abandonan paulatinamente los juegos tradicionales y aparecen nuevas prácticas físicas, ordenadas, racionales, fundamentadas en la ciencia y con pretensiones pedagógicas, nos estamos refiriendo a la aparición de las gimnasias. En esa misma época, en las Islas Británicas, surge de forma no planificada el deporte, por medio de la transformación, sistematización y reglamentación de antiguos juegos populares y ciertas prácticas tradicionales.
Como se puede apreciar, con la aparición de las Escuelas Gimnásticas4 se advierte un intento de constituir una verdadera ciencia de las prácticas físicas sistematizadas con fines pedagógicos, y sus procedimientos empíricos evolucionaron y se transformaron en métodos gimnásticos. Éstos gozaban de una completa clasificación de los ejercicios (ejercicios simples, combinados, de preparación, de aplicación...), empleaban fórmulas didácticas para la correcta ejecución de los mismos (descripciones analíticas, enumeraciones de metas, indicaciones acerca de la correcta ejecución...), ordenaban los mismos por los efectos producidos (desarrollo muscular de los brazos, flexibilidad de la articulación coxo-femoral...), describían las trayectorias del movimiento parcelándolo en partes, e intentaban controlar las graduaciones y series de los ejercicios.5
Estos avances en la racionalización de las prácticas corporales con fines higiénicos y pedagógicos -las gimnasias-, contribuyeron de forma considerable a la racionalización moderna de la preparación física. El cuerpo humano ya no se consideraba como una máquina de fuerza -con poleas, palancas, etc.- con instrumentos mecánicos capaces de generar la fuerza necesaria -los huesos, ios músculos y las articulaciones-, en una idea que partía del genial filósofo Rene Descartes en el siglo xvti, sino como una máquina energética y, por tanto, capaz de producir energía a través de un complejo proceso fisiológico que había que estudiar; de ahí la importancia que toman, en estos primeros tiempos de la gimnasia y durante los próximos 150 años, la fisiología y la anatomía como base científica de las nuevas disciplinas.
La aparición de los deportes también contribuyó de forma decisiva a la implantación de una preparación física con bases racionales, mensurables y de carácter popular. Los deportes abrieron el camino hacia el establecimiento de disposiciones válidas para todo el mundo, aprendiendo a legislar y a determinar la naturaleza de los rendimientos, a formar nuevos grupos de atletas divididos por categorías, a fijar reglamentos compatibles con el aumento de los récords, etc. De esta manera, la preparación física se subordina progresivamente a un orden numérico y, poco a poco, se deja arrastrar por la semiología específica del deporte y consagra una nueva representación de la hazaña humana: el récord.
Gracias al nuevo interés por los récords y a la expansión de los instrumentos de medición estándar, facilitados por la moderna y pujante tecnología, adaptados para las competiciones deportivas bajo reglamentos estrictos, los clubes, asociaciones y, más adelante a partir de 1896, los Juegos Olímpicos, serán los teatros en donde surgirán las hazañas deportivas. Los jóvenes atletas demostrarán su superioridad sobre los adultos y además harán retroceder los límites humanos. A partir de ese momento, el humane comprueba y se ufana de su propio progreso a través del deporte.
La preparación física moderna ya estaba servida, situándose en la convergencia de dos grandes acciones, el aumento de la energía corporal mediante los métodos específicos configurados a tal efecto y la creación de un sistema de signos: medidas, tiempos, puntos, récord, etc., que permita crear una élite que facilite la distinción de los talentos y sirvan, a su vez, como espejo de la inmensa mayoría de practicantes. La preparación física se desarrollará a través de un control minucioso de los rendimientos en los atletas, y el deporte, le facilitará un fabuloso marco para lograrlo en un ambiente de fiesta y expectación.
Los pioneros en la consideración del cuerpo energético, más cercano a un laboratorio que a un taller mecánico, necesario para entender los nuevos rendimientos de la nueva época, serán los trainers ingleses del siglo XVIII. Éstos fueron los primeros en plantearse seriamente los problemas de explotar racionalmente la vitalidad del cuerpo, regulando la actividad de sus órganos y estimulando su régimen de funcionamiento por medio de un eficaz equilibrio entre los aportes y los gastos (producción de esfuerzos). Los químicos y bioquímicos del siguiente siglo ayudaron decisivamente a solucionar esos problemas, a través de propuestas concretas en el volumen de las raciones alimentarias, sus componentes y los intercambios orgánicos, así como el volumen y la intensidad de los ejercicios, los reposos, el estudio de la fatiga, el sobreentrena-miento, etc.
A partir de la segunda mitad del siglo xix se empieza a desarrollar de forma espectacular la cultura física y sus derivados, el “cultu-rismo” y el “naturismo” con H. A. “Triat”; E. Paz; A. Laplanche; E. Desbonnet; E. Sandow, etc. Pronto surgió la polémica en el enfoque correcto que debía darse a la preparación física; por un lado, estaba la orientación tradicional que buscaba rendimientos máximos por medio del registro de las marcas, representada por el deporte, y por el otro, la cultura física negaba este tipo de rendimientos y defendía con pasión el valor simbólico de las actitudes, los gestos, las posturas y en definitiva, la estética corporal. El excesivo entusiasmo que se generó en aquella época en torno a estas prácticas no sobrepasó el primer cuarto del siglo xx, y el culturismo aunque muy minoritario, siguió practicándose hasta nuestros días, en donde se aprecia de nuevo un notable renacimiento, pero en aquel momento, la cultura física fue vencida por el deporte y sus signos de valores, el rendimiento y el récord deportivo.
Desde principios del siglo xx, los objetivos del deporte provocaron un cambio brusco en la concepción misma de la preparación física, pues ambos conceptos iban muy unidos. Por un lado, algunos deportes individuales, como el atletismo, la natación y la halterofilia principalmente, posibilitarán el seguimiento de los rendimientos submáximos del humane, confirmándose como los paradigmas deportivos de la preparación física, pues sus habilidades y destrezas específicas tienen una próxima relación con las capacidades filogenétícas del ser humano, y además, son susceptibles de evaluarse objetivamente a través de mediciones y registros.
En otro sentido, la preparación física actual depende cada vez más de las acciones perceptivas y adaptaciones motrices que proporcionan las acciones deportivas, éstas son realidades técnicas que, más allá de los automatismos, poseen enormes posibilidades sustitutivas, susceptibles de desarrollarse por los propios jugadores. Los deportes de equipo fundamentalmente convierten al jugador en el dueño de su propio juego, capaz de interpretar su desarrollo y enriquecerlos con percepciones y operaciones mentales que se convierten de forma inmediata en acciones motrices. La preparación física ya no debe trabajar con un cuerpo energético, sino que debe preparar asimismo, a un cuerpo informacional que percibe y emite continuamente información a través de la comunicación motriz. El jugador deberá descubrir los significados de las señales percibidas y, a partir de ahí, diseñará un estilo personal, dentro de un juego compuesto sobre elementos básicos conocidos.
La preparación física actual ha ido captando paulatinamente el interés de las diversas ciencias. El hecho de que el entrenamiento fuese considerado como imprescindible para el óptimo rendimiento en los deportes, facilitó en gran medida la contribución al mismo desde un enfoque interdisciplinar de nuevas ciencias como la Biomecánica, la Física, la Estadística, la Biología, las Ciencias Exactas, la Informática, la Psicología e incluso la Sociología, las cuales enriquecen la tradicional aportación de las ciencias empeñadas en tal empresa, desde mucho tiempo atrás.
La ciencia y su producto final, la tecnología, han contribuido a la mejora incesante de las prestaciones motrices del atleta, bajo la atenta mirada del entrenador y el riguroso control de un grupo de especialistas con su avanzado instrumental, este sofisticado equipo tecnológico se pone a disposición del superatleta para ayudarle a pulverizar récords. Si lo consigue, habrá nacido un nuevo mito, es el héroe de nuestro tiempo, joven, programado, especializado, tecnológico, estresado, calculador y universal.
La preparación física guiada por la mano todopoderosa del deporte y la reconsideración creciente del cuerpo, se ha convertido en uno de los signos más característicos de nuestro tiempo y en una auténtica pedagogía para la formación de esa nueva raza de humanes posmodernos. Entrenarse se ha transformado en algo necesario para obtener ciertos resultados en cualquier área de la actividad humana. El individuo está inmerso en un proceso tecnológico, en donde la tarea de entrenar se constituye como una necesidad y, por tanto, en un deber, e incluso, en una ética de vida.
La presente obra 1000 Ejercicios de Preparación Física constituye la definitiva aportación al sugerente tema del entrenamiento dentro de la presente serie. Anteriormente se han editado con muy buena acogida por parte del público los siguientes miles: en circuito, en flexibilidad y en musculación, siendo este último trabajo del mismo autor que nos ocupa en esta presentación. Sin lugar a dudas, esta obra representa el esfuerzo más completo para tratar adecuadamente el difícil y complejo tema de la preparación física, desde una perspectiva global y abierta para todos. Por un lado, aborda todas las parcelas de la moderna preparación física y las agrupa racionalmente, interaccionándolas para obtener un resultado combinado óptimo en la preparación motriz del humane. Pero también es un excelente libro para dar soluciones válidas al espinoso tema de la preparación física en los diferentes deportes. Sin embargo, su mejor aportación, desde mi punto de vista, estriba en la dosificación cualitativa y cuantitativa de las mil propuestas, las cuales se presentan -desde un umbral mínimo- para dos tipos de usuarios, aquellos que quieren estar en forma a través de un programa equilibrado de actividades físicas sin ningún tipo de exigencia competitiva puntual y, para aquellos otros que necesitan un estado de forma preciso para una o varias competiciones de carácter deportivo, con un alto nivel de exigencias físicas.
Faltaba en la serie 1000 de la colección Deporte una obra global que atendiese a todos los ámbitos y actuaciones que requiere una correcta preparación física y ésta es la respuesta: una excelente obra pensada para dar soluciones prácticas a todos los núcleos de practicantes. Se presenta una parte teórica importante en donde se justifican y argumentan las variadas propuestas pedagógicas que aparecen en la obra. Acompañando a cada ejercicio se añade, como ya es habitual en todas las obras de esta serie, una completa ficha con todos los elementos necesarios para interpretar, variar o partir de esa situación hacia otras nuevas y que justifican sobradamente la elección y utilidad de cada actividad presentada.
El autor, Alfonso Blanco Nespereira, Licenciado en educación física y profesor del INEF de Catalunya en el centro de Lleida, imparte precisamente la asignatura de Teoría y Práctica del Entrenamiento en el segundo ciclo de la carrera. Aparte de su notable labor docente, es un gran erudito en todos los temas relacionados con el entrenamiento, área de la que se ha convertido, sin lugar a dudas, en uno de los mejores especialistas teóricos de nuestro país, como así lo atestiguan sus investigaciones y trabajos, algunos de ellos publicados en revistas especializadas o presentados en Congresos. El autor ha coordinado, además, el área de entrenamiento de una ingente obra, el Diccionario Enciclopédico de las actividades físicas, recreativas y deportivas que próximamente se publicará en esta editorial.
Actualmente existe una gran cantidad de trabajos relativos al tema del entrenamiento, la mayoría son foráneos y se refieren a temas teóricos o aspectos parciales de la preparación física y no existe una obra de tales características, con tan rica oferta práctica para todo tipo de interesados en el difícil pero gratificante arte de la preparación física. Por otra parte, el mundo del entrenamiento está en continua evolución gracias al aporte decidido de la ciencia y la tecnología -lo que ayer era válido hoy es dudoso y mañana falso-. El presente libro es un trabajo de rabiosa actualidad gracias a la erudición, la experiencia, la valía y al decidido esfuerzo del autor, el cual nos ofrece una obra actual al hilo de las corrientes más avanzadas de nuestro tiempo.
Creo, por tanto, que el esfuerzo que en estas líneas les mostramos es una bonita excursión por todos los vericuetos de la preparación física, con excelentes propuestas didácticas y con una sólida erudición de fondo que llega en un momento adecuado para los profesionales del mundo del entrenamiento, licenciados en educación física, entrenadores deportivos, educadores físicos, y personas en general interesadas por el fascinante mundo de conocer, moldear y disfrutar el cuerpo y su potencial, a través de la ascesis del entrenamiento racional.
Javier Olivera Betrán
Director de la colección “Deporte”
1 Al referirme al término humane utilizo una expresión que acuña Jesús Mosterin en su obra: Conceptos y teorías de la ciencia. Alianza editorial. Madrid, 1987, con el cual se refiere al género humano mediante una expresión neutra, que recoge de tal manera sin distinción, tanto al hombre como a la mujer. Su versión plural sería humanes.
2 Voz inglesa que se emplea para designar varios conceptos. En psicología: test de “performance”, en economía: rendimiento que se obtiene en una operación y en entrenamiento: se acuña el término con la significación precisa de rendimiento físico.
3 Del griego athlos que traducimos como esfuerzo.
4 A principios del siglo xx se crean en el continente europeo las tres grandes Escuelas de gimnasia ubicadas en tres vastos contextos culturales. Nos referimos a la Escuela Alemana con toda su área de influencia en el centro de Europa, la Escuela Sueca ubicada en el norte de Europa y la Escuela Francesa que se extendería por todo el oeste del viejo continente.
5 Según tomamos de Rauch, A. El cuerpo en la educación física. Kapelusz. Buenos Aires, 1985.