Читать книгу Ver más allá de la coyuntura - Alfredo Falero - Страница 5

Introducción

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Este es un libro que se inscribe en la teoría social, pero no en el sentido de discusión metateórica o de discusión abstracta desconectada de las problemáticas sociales contemporáneas. De hecho, se procura abordarlas aunque mostrando la importancia de la teoría social como herramienta para tal objetivo. Y, tal como se expresa desde el título, tratar de ver más allá de la coyuntura. Porque al pensar el “ahora”, sea por las urgencias de diagnosticar en tiempo real, sea por la crisis sanitaria, la crisis económica o en general la crisis social, puede hacer perder de vista que en forma explícita o implícita se produce conocimiento en términos de proyectos de sociedad.

Dicho de otro modo, la teoría social no solo puede verse como una construcción analítica para la captación del presente, sino que también integra suposiciones de futuro –ubicables en el espectro político de izquierda o de derecha– aunque estas se encuentren en forma velada. En el recorrido que se propone, también se trata entonces de llamar la atención en la importancia de la reflexión con vocación de futuro en sociedades que –en menor o mayor medida– se tiende a empobrecer, debilitar o aparecer en forma difusa. Esto para las perspectivas emancipatorias es letal.

En ese sentido corresponde adelantar qué proyecto de sociedad se manejará en un sentido muy general, lejos de la idea de planificación con objetivos precisos que se puede dar a entender cuando se enuncia actualmente que se está trabajando en un “proyecto”. Y, si se piensa en la construcción de “utopías reales” de las que hablaba el sociólogo Erik Olin Wright (2014), tampoco se atiene estrictamente a los criterios delineados para la evaluación de alternativas viables: deseabilidad, viabilidad y factibilidad.

La teoría social puede contribuir a impulsar las prácticas sociales hacia un nuevo nivel de reflexividad, y esto es clave asumirlo cuando la deliberación de los distintos problemas tiende más bien a tomar la dinámica de la hinchada deportiva que se visualiza en la patética falta de argumentaciones consistentes de redes o foros electrónicos.

Ahora bien, dicho esto a nivel general, muchas veces la reflexión no se desarrolla todo lo que se puede tampoco a nivel académico y entonces es necesario preguntarse cada tanto por la teoría. Y volver a interrogarse sobre la importancia de la teoría para la investigación de lo social. Hay que tener en cuenta en primer lugar el “clima de época” con una capacidad sofisticada de recolección y procesamiento de datos, donde todo se resuelve en lo instrumental, lo medible, lo posible. También puede ocurrir que la moda de las narrativas personales deja de ser un insumo para directamente sustituir el análisis sociológico y la teoría social.

Para la sociología específicamente muchas veces la ilusión de tener una base de datos o la posibilidad de contar con un trabajo de campo con entrevistas aparece como lo definitorio. Pero ¿desde qué presupuestos y discusiones se parte y adónde se procura llegar? Es clave fortalecer la discusión teórica, establecer la precisión de los conceptos, tensionarlos para que demuestren su potencialidad explicativa. Y llevar así la investigación a un plano transcoyuntural.

La filosofía está de moda y no está mal. Pero debe repararse que, al mismo tiempo, en algunos espacios sociales –incluyendo espacios académicos– cuando se asocia el estudio riguroso de la sociedad con “filosofía” se quiere sobreimponer un sentido despectivo de no ir a lo concreto, al aquí y ahora, a lo urgente, a lo medible. De este modo, el instrumentalismo en el estudio de la sociedad puede llevar a sofocar la posibilidad de producir conocimiento tratando de ver “más allá” cuando puede parecer que ocurre todo lo contrario.

En este “clima” de sofisticación instrumental dentro de la revolución informacional (donde, por cierto, hay márgenes y excepciones), también se hace necesario reivindicar de vez en cuando la parte “artesanal” de la investigación de lo social, que hasta el momento no es sustituible por ningún algoritmo. Y, en ese sentido, algunos elementos aparecerán a lo largo del recorrido que se propone.

La reivindicación de la teoría social que atraviesa el libro procura no estar contenida en fronteras disciplinarias dentro de las llamadas “ciencias sociales”, pero no puede escapar de parámetros de construcción de conocimiento más reconocibles dentro del ámbito de la sociología. También deben reconocerse las limitaciones de integrar y basarse en resultados de investigaciones personales previas sin las cuales lo que se propone no hubiera sido posible.

Dígase de paso que el diagnóstico personal es que la sociología como disciplina no pasa por un buen momento en términos creativos a nivel regional. Se puede sostener que otras disciplinas prometen hoy mejores resultados para hablar de la sociedad. Quizá. No es precisamente la posición de aduanero de las disciplinas lo que potencia la capacidad explicativa. Ese marcado instrumentalismo aludido seguramente puede ser otra de las causas. Como sea, si se habla de contextos –personales y colectivos– de producción de conocimiento, debe tenerse presente el tema.

En lo que sigue y con el hilo del título, se proponen varios juegos a la vez que implican a la teoría social. Uno de ellos es cómo la capacidad explicativa de diferentes autores debió remar a contracorriente para llegar a tierra. Otro es el rescate de algunas contribuciones latinoamericanas sin dejar de visualizar sus problemas en una suerte de balance en perspectiva de otro tiempo histórico. Otro juego que se propone es la necesidad de tender puentes –si ello es posible– entre aproximaciones teóricas diferentes.

Un ejemplo de ello está en las teorías del sistema-mundo y de la economía-mundo que impregnan todo el trayecto que se propone. Si bien, por un lado, conforman una lógica general, por el otro, también se trata de marcar algunos de sus límites, así como la necesidad de integrar, desarrollar, complementar, impulsar, modificar –el lector juzgará– la reflexión con algunos elementos basados en una perspectiva de un capitalismo en transformación por la revolución informacional. Existen varios rótulos posibles para designar este tránsito, como es el de pasaje a un “capitalismo cognitivo”.

El libro reúne algunos trabajos o partes de ellos según los casos –y por tanto ya evaluados académicamente en las distintas instancias de presentación y publicación–, pero también integra elementos pensados exclusivamente para este recorrido. El detalle se mencionará seguidamente. La idea era superar una situación de dispersión de temas y reflexiones, problema habitual del trabajo académico actual en ciencias sociales particularmente cuando la lógica de la “revista académica de alto impacto” lleva a ser la base de evaluación.

Por el contrario, se puede postular que en el trayecto elegido hay algo de “elogio del errante” no solo temático, sino en el sentido de promover un ida y vuelta de la teoría con la metodología y elementos empíricos, aunque sin la presión que impone el artículo académico o el paper. Y con la mayor libertad de abrir temas que permite la teoría social sin necesariamente exprimirlos. En ese aspecto, también se trata de “elogio del errante” en el sentido de mostrar la importancia de la capacidad de asociar o conectar, de abrir campos de observación, de abordar problemas para derivar en otros, de tener en cuenta la “imaginación sociológica”. Algo se hablará de ello en los dos capítulos iniciales.

En el mundo de hoy, es importante para cualquier sociedad tanto captar macrodinamismos condicionantes globales de lo que se puede o no hacer (y para ello se emplean las expresiones de transformaciones en la economía-mundo o de revolución informacional) como identificar las posibilidades de despliegue de sujetos sociales (movimientos, otros colectivos) capaces de transformar realidades socialmente crudas, injustas, desiguales, opresivas. Y si bien esto último será considerado y resulta inevitable que así sea por su importancia decisiva en la región, el centro de atención no son los colectivos sociales en sí, sino su lugar en la teoría social para visualizar proyectos de sociedad.

Del mismo modo, entra en las preocupaciones del trabajo cómo distintos agentes sociales –empresarios, políticos, técnicos– construyen y van naturalizando formas de ver el mundo, formas de actuar socialmente, esquemas más o menos mecánicos para considerar lo que es eficiente y eficaz frente a lo que supuestamente no lo es, estableciendo lo que es útil o práctico frente a lo que se considera inútil o una pérdida de tiempo.

Al fijar estos parámetros de base, el conocimiento, los saberes que realmente importan pasan a ser solo los que encuentran valor en el “mercado”, particularmente porque, como se sabe desde la teoría social crítica, se disfraza como tal un espacio social de competencia dominado por grandes agentes económicos de racionalidad limitada en el que permanentemente se invoca la capacidad de “innovación”.

Como se mencionó ya, los capítulos reunidos se desarrollan principalmente a partir de investigaciones anteriores y productos derivados de ellas, aunque aquí no se reproducen igual tanto para evitar repeticiones de ideas y para ampliar la discusión dada en su momento como para seguir la línea conductora de privilegiar la discusión que da título al libro. Esto también debe tenerse en cuenta en lo que se va a encontrar, pues aquí y allá siempre cabrá invocar la ausencia de tal o cual aporte o de no introducir tal o cual tema. Esto naturalmente no procura ser una justificación, sino un aviso de las limitaciones. Es, inevitablemente, un recorrido personal en un contexto específico de producción de conocimiento –la sociología en Uruguay– con la pretensión de tocar tópicos que van más allá de preocupaciones locales.

Se propone una estructuración en tres partes. La primera parte se denomina “La teoría social como guía de un viaje pleno de incertidumbres”. La base de los dos capítulos que componen esta parte es principalmente una ponencia que se convirtió en artículo del libro Teoría social desde América Latina compilado por Sergio Tonkonoff en la Argentina. Sin embargo, las discusiones se han ampliado sustantivamente, desarrollando problemas relacionados con la producción de teoría social. En el segundo capítulo ya se plantean algunas discusiones (por ejemplo, la idea de proceso social) y conceptos (por ejemplo, esquemas cognitivos de orientación) que luego se despliegan en otras partes del libro.

La segunda parte se denomina “Discusiones teóricas latinoamericanas, transformaciones conceptuales y proyectos de sociedad subyacentes”. Las expectativas en la década de 1960 eran la modernización, el desarrollo, y esto marcaba la producción de conocimiento. Sin embargo, ya entonces aparecían lúcidos aportes que discutían teóricamente, mostraban límites y proponían conceptos alternativos. El fondo de estas discusiones todavía tiene actualidad (y ya se verá por qué). En ese contexto se abrieron algunas posibilidades de discutir proyectos de sociedad alternativos y, más allá de los límites de entonces, esto no puede subestimarse frente al desconcierto latinoamericano contemporáneo para debatir crítica y creativamente y crear conocimiento con ese presupuesto.

El capítulo 3 de esta parte es una reproducción ajustada y actualizada del capítulo del mismo nombre que aparece en el libro América Latina piensa América Latina, publicado por Clacso y coordinado por Yamandú Acosta, Waldo Ansaldi, Verónica Giordano y Lorena Soler (Falero, 2015a).

El capítulo 4 tiene como base una ponencia –ahora revisada– presentada en México al seminario internacional “Nuevas miradas: tras medio siglo de la publicación «Siete tesis equivocadas sobre América Latina» de Rodolfo Stavenhagen”, 25 y 26 de junio de 2015. El autor escuchó allí atentamente todas las ponencias presentadas. Un año y algo después, a comienzos de noviembre de 2016, Stavenhagen falleció.

El capítulo 5 reproduce y revisa un artículo publicado en un libro anual del Departamento de Sociología (Universidad de la República de Uruguay, Udelar) que proponía una discusión sobre conceptualización de sujetos colectivos. Una versión previa había sido discutida antes en un encuentro en Córdoba. La idea es que, al integrar estos trabajos de esta forma, se abre un diálogo teórico diferente del que pudo darse en forma separada.

Finalmente, la tercera parte se denomina “Transformaciones globales contemporáneas y el referente empresarial como proyecto de sociedad”. Esta parte propone una búsqueda de síntesis conceptuales a partir de aportes teóricos diversos. De este modo se pueden ver alcances de conceptos más abarcadores y conceptos más limitados. Se compone de cuatro capítulos.

El primer capítulo de esta parte –el 6 del libro–, que examina el aporte de Giovanni Arrighi, fue realizado para un libro en Brasil hoy de difícil acceso, Teóricos das relações internacionais, organizado por los investigadores Marcos Costa Lima, Rafael Duarte Villa, Marcelo de Almeida Medeiros y Rossana Rocha Reis (Falero, 2012a). En 2019 se cumplieron diez años de la muerte de Arrighi y es pertinente retomar su aporte, aunque actualizando algunos elementos. Junto con Samir Amin, André Gunder Frank, Immanuel Wallerstein y otros autores de la misma corriente teórica, Arrighi ha generado contribuciones extremadamente interesantes. Los mencionados son de esos “intelectuales atemporales” para pensar el capitalismo global. En el caso de Gunder Frank sobre todo se lo trabaja en los capítulos de la segunda parte, con relación a sus aportes a la teoría social latinoamericana.

La actualidad de esta corriente de sistema-mundo o economía-mundo –en la que existen contribuciones recientes como la de Ho-fung Hung, a la que se hará referencia– también se desarrolla en el capítulo 7, especialmente escrito para este libro. Pero este capítulo introduce principalmente la discusión sobre la etapa actual del capitalismo que prefiere denominarse de revolución informacional. Aquí se abren una serie de discusiones teóricas como la de una inestabilidad intrínseca que se considera una base ineludible para visualizar la situación actual y las tendencias. Y además constituye la base del capítulo siguiente.

El capítulo 8 trata igualmente de caracterizar un cambio social sustantivo. En la perspectiva que recorre el libro esto se examina sobre la base de agentes sociales emergentes que son parte, pero a la vez producen y reproducen formas de visualizar y actuar en sociedad que van delineando figuras arquetípicas (el emprendedor, el CEO, el técnico asesor). Uno de los temas que se maneja es la expansión a la sociedad en su conjunto de parámetros de gestión de la gran empresa privada. Esta expansión es un proyecto de sociedad regresivo que tiene consecuencias no necesariamente identificables (mucho menos medibles) en la construcción de esquemas cognitivos de procesamiento de la realidad social.

El capítulo 9, si bien recupera elementos volcados antes en artículos académicos como la actualidad del concepto de economía de enclaves en América Latina, se reescribió especialmente para llegar a las ideas de diferenciación, segregación y reconexión pensadas como dinámicas territoriales en cuanto expresiones de las mutaciones globales. Se procuran conectar elementos del capítulo anterior con las transformaciones del territorio en América Latina por múltiples razones que van desde el acaparamiento de tierras por el agronegocio a las necesidades de logística para la mencionada economía de enclaves. A partir de allí la idea es abrir algunas discusiones sobre el Estado-nación, la generación de excepciones territoriales y la fragmentación territorial y social.

El recorrido finaliza con unas conclusiones sobre “la teoría social como herramienta para mirar más allá de lo inmediato” donde se retoma la idea general que planeó en el libro. Dado el carácter de acumulación de aperturas teóricas que se irán desplegando, siempre pesará el riesgo de identificar ausencias, como ya fue dicho. Por ejemplo, bien se puede decir que las referencias al pensamiento poscolonial pensado como teoría social deberían haber merecido mayor desarrollo. O que la relación entre lo planteado y las teorías feministas debería tener su lugar llevándola a esta discusión.

La respuesta corta es que este podría ser un libro de ramificaciones interminables. Además, el recorrido propuesto puede tener algo de errante, como se dijo, pero también interesado en cuanto a fortalecer algunas cosas y no otras, particularmente pensando en bases analíticas de proyectos de sociedad. Retomando los dos ejemplos del párrafo anterior con un aire provocativo, cabría señalar entonces que lo que en algún momento fueron aperturas creativas en otros contextos se convierten en límites cognitivos. Es decir, está el riesgo de caer en la mera reiteración que termina agotando mientras puede sofocarse la producción de conocimiento asumiendo nuevos presupuestos. Hecho el descargo, la invitación es a ingresar en la propuesta y en lo posible estimular la reflexión y el diálogo.

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