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I. ¿Qué es un aceite esencial?

Según el autor al que recurramos, encontramos una definición más o menos extensa. La Organización Internacional para la Estandarización del Vocabulario de la Materia Natural nos dice que un aceite esencial es un producto extraído por destilación con agua o vapor de agua, por proceso mecánico de la cáscara de cítricos o por destilación en seco de los materiales naturales. Robert Tisserand, uno de los mayores expertos en aromaterapia, educador, conferenciante y autor del único libro que hasta ahora recoge todo lo referente a las toxicidades de los aceites esenciales, nos dice en su libro El arte de la Aromaterapia: «(…) son olorosos y sumamente volátiles (…) del todo diferentes a los aceites grasos y tiene una consistencia más parecida al agua (…). Su composición química es compleja, pero generalmente contiene alcoholes, ésteres, cetonas, aldehídos y terpenos (…). Se extraen normalmente por destilación».

Según Enrique Sanz Bascuñana son «terapia natural basada en el uso de aceites esenciales, esencias vegetales, hidrolatos, aceites vegetales, absolutos y extractos al CO2 totalmente naturales y que no han sufrido ningún tipo de manipulación, rectificación, adulteración ni dilución previa al uso profesional».

«Los aceites esenciales son sustancias más o menos volátiles con un impacto más o menos oloroso, producido por destilación al vapor o por destilación en seco o por medio de un tratamiento mecánico de una sola especie» (Buchbauer, 1994).

«Los aceites esenciales son mezclas complejas de compuestos volátiles producidos por organismos vivos y aislados solo por medios físicos (prensado y destilación) de una planta o planta entera de origen taxonómico conocido» (Franz y Novak, 2010).

Reuniendo varios enfoques podemos establecer que un aceite esencial es la sustancia biológica volátil compuesta de una base química de carbono, oxígeno e hidrógeno que se extrae de distintas partes de las plantas, árboles y arbustos por medio de diversos métodos de destilación. Esta sustancia es extraída gracias a los órganos secretores que la planta tiene: pelos glandulares, cavidades y canales glandulares. Por lo tanto, los aceites esenciales son un producto de la destilación de las plantas mientras que en la planta tenemos sustancias volátiles. Esta sustancia que lleva en su denominación el sustantivo aceite no cuenta ni con la densidad ni la viscosidad del mismo; llamamos esencia al producto natural extraído de los cítricos mediante procedimientos mecánicos y sin medios hídricos.

La composición química del aceite esencial varía constantemente mientras está en la planta, moviéndose de un lado a otro de ella según el momento del día y la estación del año. También varía su cantidad total, pasando de un 0,01 % a un 10 %. Los factores que modifican la composición del aceite esencial son:

• la radiación solar (cantidad recibida);

• el clima en la zona de cultivo y las técnicas de cultivo;

• la composición del suelo de la zona de cultivo (nutrientes);

• la altitud y la latitud de la zona de cultivo;

• la estación del año en que se recoge la cosecha;

• y el método de extracción empleado, el cual afecta a la calidad final del producto.

¿Dónde se almacenan y cómo se liberan los compuestos volátiles?

No todas las plantas cuentan con suficientes células secretoras como para sintetizar suficientes moléculas aromáticas; por ello, no todas las plantas son proveedoras de compuestos volátiles aromáticos. De trescientas mil especies, unas tres mil son aromáticas, y actualmente de trescientos a cuatrocientos cincuenta aceites esenciales están a la venta. Aquellas que sí cuentan con esta particularidad nos ofrecen su sustancia volátil a través de:

• sumidades florales (romero, tomillo, lavanda, ylang-ylang, rosa);

• semillas o frutos (hinojo, limón, naranja dulce);

• raíces (vetiver, jengibre, angélica);

• hojas (eucalipto, laurel, naranjo amargo, angélica);

• madera (cedro, palo de rosa, palo de Siam, palo santo);

• corteza (canela);

• y oleorresina (copaiba, mirra, incienso, bálsamo de Tolú).

La estructura de las plantas aromáticas está compuesta por:

• células secretoras;

• cavidades y conductos;

• tricomas glandulares o no glandulares;

• y células epidérmicas.

En algunos casos, los volátiles se encuentran dispersos por el tejido vegetal, como en frutas o en algunas maderas (palo santo, palo de rosa, sándalo…). La liberación de los volátiles se emite con la acumulación de la presión del mismo; entonces, el tricoma maduro se rompe espontáneamente y libera su contenido al medio ambiente. El ataque del medio ambiente y la fauna también daña el tricoma y demás estructuras, provocando su rotura.

Otro método de liberación por parte de las flores y plantas es el consciente. Antes del estudio de Widhalm et al. (2015), se creía que la difusión del aroma de las plantas era un acto totalmente pasivo a través de las membranas y la pared celular. En 2017, Adebesin et al. demostraron que las flores pueden emitir volátiles hacia el exterior a voluntad, aprovechando al máximo la presencia de polinizadores.

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