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NO: LLEVÉMONOS LAS MALETAS
ОглавлениеQueridas Mentes Insanas:
Me acabo de marcar un post diciendo que está muy bien eso de utilizar el patriarcado a nuestro favor, ya que ahí está y goza de buena salud, por lo que parece. Que decía yo que basta de cargar maletas si hay señores dispuestos a herniarse por la cosa caballeresca esa. Que a nosotras nos violan, qué menos que ellos carguen maletas.
Bueno, pues no. Me desdigo.
A ver, yo vivo en una burbuja como todas, que vivimos en nuestros micromundos y que nos parece que todo el mundo es así y resulta que no, y te pegas unas hostias antológicas cuando sales de tu rinconcito y ves el percal. Y lo de las maletas y tal está muy bien cuando tú ya has aprendido a llevártelas sola, ya has entendido que no necesitas a un maromo para que te las lleve. Parece obvio, ¿sí? Pues no, de nuevo.
El patriarcado, como todos los sistemas esos que están tan bien aposentados, hace una cosa muy graciosa, que es meternos en el cuerpo una serie de creencias que no pasan por la cabeza sino por otros sitios más moleculares. Con esta cosa tan graciosa resulta que una acaba creyendo, rollo ciencia infusa, que conduce peor que los hombres, que todas las maletas pesan demasiado o que si no tienes un maromo, a tu vida le falta un nosequé muy importante. Eso no lo crees conscientemente, no lo piensas, sino que está ahí metido, incrustado. El malestar ese maldito, el autoboicot constante y todos los autoodios del mundo interiorizados. La misoginia interiorizada, sin ir más lejos, o la confrontación femenina esa de natural que nos hace decirnos a nosotras mismas que preferimos tener amigos hombres porque las mujeres nosequé. Pero a ver, Mentes, ¿cómo que las mujeres nosequé? ¿Qué mujeres, por favor? ¿Cuáles? ¿Y qué hombres? Todo eso es misoginia interiorizada, y es la razón final por la que el patriarcado sigue ahí. Porque no está ahí, sino aquí, caladito padentro, metido en cada poro, cada célula y cada gesto que hacemos. Por eso lo de las maletas está muy bien siempre y cuando tú sepas que puedes llevártelas perfectamente pero que no te da la gana. Eso es la libertad, tener opciones reales. Y ¿qué es una opción real? Pues hagamos un ejercicio de sinceridad con nosotras mismas, cada cual con su ella misma, para saber si realmente sabemos bien sabido que si no hay maromo las maletas nos las llevamos nosotras y tan panchas, oiga. Que, si no hay maromo, no solo no pasa nada, sino que incluso a veces pasan muchas cosas que jamás pasarían estando el señor de turno allá. Y cuando eso lo tenemos claro, lo hemos vivido, lo hemos interiorizado y estamos encantadas de la vida, solo entonces, podemos tomar decisiones reales sobre nuestras maletas, nuestras mochilas, nuestras compañías, nuestras parejas y nuestras formas de vida.
Así que, un pasito para atrás. Que el rollo de poder elegir no sea una mentira más que nos cuela el sistema. Y una vez que todo el proceso está hecho, entonces sí, queridas Insanas, que nos lleven las maletas, que bastante tenemos nosotras con lo nuestro.