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1 EL FEMINISMO LIBERAL
ESTADOUNIDENSE DE POSGUERRA:
BETTY FRIEDAN Y LA REFUNDACIÓN
DEL FEMINISMO LIBERAL Ángeles J. Perona

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Betty Friedan es una figura central del nuevo feminismo norteamericano que surge a mediados del siglo XX, un feminismo que tiene la peculiaridad de ofrecer, al mismo tiempo, rendimientos prácticos y teóricos. Desde el punto de vista de la praxis, se articula como un movimiento organizado de mujeres, que lleva a cabo acciones concertadas con el objetivo de realizar determinados fines políticos previamente decididos; lo cual implica que la acción social de las mujeres participantes no es fruto de la mera espontaneidad, sino que obedece a pautas y procesos de reflexión previos. Por otro lado, este nuevo feminismo tan firmemente articulado cristalizó en una de las más antiguas organizaciones feministas: la NOW (Organización Nacional de Mujeres) que B. Friedan cofundó en 1966.

Friedan no es una filósofa, sin embargo, en su obra avanza problemas y se adentra por primera vez en campos de investigación que serán característicos de la filosofía feminista posterior. El alcance teórico de su obra se encuentra fundamentalmente en dos de sus libros, los cuales responden a dos situaciones distintas de las mujeres norteamericanas o, en muchos aspectos, de las mujeres occidentales. Se trata de La mística de la feminidad (1963) y La segunda fase (1981). También cabe destacar The Fountain of Age1 (publicado en 1993), donde aborda el «mito de la menopausia» en tanto que constituye la causa mayor de las crisis de autoestima sufridas por las mujeres afectadas. A lo largo del texto lo intenta desbaratar al presentarlo como fruto de una interpretación equivocada de un acontecimiento fisiológico que es presentado falsamente como índice de declive absoluto.

Pero, como decíamos, son las dos primeras obras las que encierran mayor novedad e interés teórico. La primera de ellas responde a la fase de postguerra que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Ya había habido antes mucho feminismo y ya se había conseguido uno de los derechos políticos fundamentales por el que luchó el feminismo anterior con el movimiento sufragista a la cabeza: el voto. Pero, tras el auge del sufragismo, el feminismo en EEUU sufrió un proceso de declive que se inició en los años 20 y continuó hasta las fechas en las que escribió Friedan; al mismo tiempo, en este mismo período histórico aparecieron, de la mano de las nuevas condiciones sociales e históricas, nuevos problemas en la vida de las mujeres. Todos esos problemas son remitidos por B. Friedan en su primer libro a uno: el problema de la identidad femenina, que nace de la preponderancia de un estereotipo de mujer que no satisface a las mujeres reales por mucho que lo intentan.

En cuanto al otro libro citado, La segunda fase, se puede decir a modo de presentación que responde a otros problemas nacidos de la misma teoría (y práctica) feminista elaborada anteriormente por la propia Friedan (entre otras teóricas). Su contexto histórico es el de la reacción política que caracteriza a los años de ascenso al poder del presidente conservador R. Reagan. A juicio de la autora, los problemas de las mujeres surgen ahora al constatar que, aunque ya pueden acceder a puestos de trabajo públicos, sin embargo ello no va acompañado ni de la igualdad en el ámbito público, ni de la igualdad en el privado (por emplear la división que la propia Friedan utiliza); el problema característico de esta etapa histórica es el de la doble jornada y la imagen de mujer que le corresponde: la superwoman.

En ambos casos se trata de libros muy influyentes y polémicos, libros todavía vigentes y de los que se sigue alimentando la reflexión feminista. A continuación vamos a adentrarnos en ellos con algo más de detalle no sin antes resaltar un par de datos importantes para una lectura fructífera de los escritos de Friedan. En primer lugar, esta autora tiene formación de psicóloga social y es esa la perspectiva que adopta en la elaboración de su teoría y en el enfoque de sus investigaciones (a este respecto el rasgo que más resalta es la profusión de datos que emplea). Su visión de las mujeres como seres psíquicos que configuran su identidad individual al hilo de sus relaciones sociales, resulta muy interesante para la filosofía. En segundo lugar, la obra global de B. Friedan constituye un ejemplo reconocido de feminismo liberal, entendiendo por tal aquél que pone el énfasis en la idea de que la subordinación de las mujeres hunde sus raíces en una serie de restricciones legales y consuetudinarias que impiden la entrada y/o el éxito de las mujeres en el espacio público. Ante ello defiende dos opciones distintas (según se trate del primer o del segundo libro) ambas de índole reformista.

En su momento Z. Einsenstein sostuvo2 que el feminismo liberal estaba condenado a un futuro radical, es decir, a abandonar los postulados liberales más duros por los del feminismo radical, de raigambre socialista; de lo contrario no alcanzaría sus objetivos. Como veremos a continuación el decurso del pensamiento de B. Friedan, representante por antonomasia del feminismo liberal, da la razón a Z. Einsenstein, pues transita desde un liberalismo escuetamente formalista a lo que ha venido en llamarse social-liberalismo.

Teoría feminista 2: De la ilustración a la globalización

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