Читать книгу Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426) - Cicéron - Страница 15

166 (VIII 16) (Finca de Formias, 4 de marzo del 49)

Оглавление

Cicerón saluda a Ático.

Lo tengo todo preparado excepto el camino oculto y seguro hacia el mar Adriático; pues el de aquí no podemos utilizarlo en esta época del año. Pero, ¿por dónde puedo llegar adonde mira mi espíritu y la situación me llama? Hay que partir rápidamente, no sea que me vea dificultado e inmovilizado por alguna cosa. La verdad es que no me arrastra el que parece; ya antes lo tenía por el hombre ‘menos político’ de todos, pero ahora también por el ‘menos apto como general’. No me arrastra él, pues, sino los murmullos de la gente que me cuenta en su carta Filótimo: dice que los optimates me despedazan. ¿Qué optimates, dioses buenos?; ¡cómo acuden ahora corriendo; cómo incluso se venden a César! También los municipios lo divinizan y no disimulan como cuando hacían votos por la salud del otro 46 .

Pero, en definitiva, todo el mal que este Pisístrato 47 no [2] ha hecho es tan digno de agradecer como si hubiese impedido a otro hacerlo: se le espera propicio; al otro le creen encolerizado. ¿Qué ‘cortejos de bienvenida’, qué honores piensas que se le ofrecen desde las ciudades? «Tienen miedo», dirás. Eso creo, pero, por Hércules, más del otro. Disfrutan con la insidiosa clemencia de éste; les asusta la cólera de aquél. Los jueces de los trescientos sesenta 48 , que estaban singularmente encantados con nuestro Gneo, de los cuales cada día veo a alguno, se horrorizan ante no sé qué

Lucerias suyas 49 . Así me pregunto qué son esos optimates que me rechazan cuando ellos mismos permanecen en casa. Sin embargo, sean quienes sean,

‘temo a los troyanos’ 50 ,

aun cuando veo con qué esperanzas marcho y me uno a un hombre más dispuesto a arrasar Italia que a vencer y en quien voy a encontrar un amo. Por cierto, cuando escribo esto, el 4, espero ya alguna noticia de Brundisio. ¿Cómo alguna?; su forma vergonzosa de escapar de allí, y por dónde se moverá éste, vencedor, y en qué dirección. Cuando me entere, si él viene por la Vía Apia, yo, pienso, a Arpino 51 .

Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426)

Подняться наверх