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162A (VIII 12A) (Luceria, quizá 18 de febrero del 49)

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El procónsul Gneo Magno saluda a los cónsules Gayo Marcelo y Lucio Léntulo.

Yo, porque creo que dispersos no podemos ser útiles a la república ni cuidar nuestra seguridad, he escrito precisamente una carta a Lucio Domicio, primero para que venga a nuestro encuentro con todas sus fuerzas; si duda respecto a sí mismo, que nos mande las diecinueve cohortes que habían emprendido el camino desde Piceno en mi busca 11 . Ha ocurrido lo que yo temía: que Domicio está copado y él no es lo suficientemente fuerte para establecer un campamento 12 , por tener distribuidas en tres ciudades mis diecinueve cohortes y las doce suyas (pues las colocó, parte en Alba, parte en Sulmona 13 ), ni puede librarse, si quisiera.

Ahora, sabedlo, soy presa de la mayor ansiedad. Pues [2] estoy deseando librar del peligro de asedio a tantos y tan valiosos hombres, mas no puedo ir en su ayuda porque no creo que quepa confiar a estas dos legiones un traslado hasta allí; al margen de que sólo he podido reunir de ellas catorce cohortes, porque mandé una guarnición a Brundisio y pensé que tampoco debía dejar sin guarnición a Canusio durante mi ausencia.

Había encargado a Décimo Lelio 14 , pues esperaba tener [3] a nuestra disposición más tropas, que, si tal era vuestro parecer, uno cualquiera de vosotros viniera a mi encuentro y el otro marchara a Sicilia con las fuerzas que habéis reunido en Capua y sus alrededores más los soldados que reclutó Fausto, y que Domicio se incorporara allí con sus doce cohortes; que todo el resto de las tropas fuera concentrado en Brundisio y desde ahí transportado en barcos a Dirraquio. Pero ahora, como en las circunstancias presentes me es tan imposible como a vosotros ir en ayuda de Domicio, (aun cuando él pueda) 15 escapar a través de las montañas, no debo permitir que el enemigo se acerque a estas catorce cohortes, de las que no estoy muy seguro, o pueda alcanzarme en ruta.

Por tanto he decidido (y veo que lo mismo opinan 16 [4] Marco Marcelo y los demás de nuestro orden que están aquí) conducir a Brundisio estas tropas que tengo conmigo. Os exhorto a que reunáis cuantos soldados podáis reunir y vengáis lo antes posible igualmente a Brundisio. Las armas que me ibais a mandar debéis usarlas, pienso, para armar a los soldados que tenéis con vosotros. Las que sobren, si las lleváis a Brundisio en bestias de carga, haríais un considerable servicio a la república. Quisiera que informéis sobre este asunto a los nuestros. Yo he mandado a los pretores Publio Lupo y Gayo Coponio 17 para que se unan a vosotros y os lleven los soldados que tengan.

Cartas II. Cartas a Ático (Cartas 162-426)

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