Читать книгу Cuando el carácter se vuelve difícil con la edad - Claudine Badej-Rodriguez - Страница 10

Capítulo 1
El momento de la jubilación
¡Cuidado! Periodo de riesgo

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Algunas veces, ese malestar que conlleva la jubilación sólo se expresa mediante síntomas físicos; estos pueden tomar la forma de una retahíla de pequeños achaques, con su comitiva de lamentos, pero también pueden revelarse como enfermedades mucho más graves (cáncer, enfermedades cardiovasculares…), que se desarrollan insidiosamente. Está estadísticamente probado que en la actualidad hay un aumento real de las enfermedades en los dos años que siguen a la jubilación. Hay quienes se enfrascan impetuosamente en actividades, como si nada hubiese cambiado: para ellos, basta con continuar como antes, sólo que con un poco más de tiempo para sus aficiones. Pueden aparentar que todo transcurre sin problemas, pero tras las apariencias a veces se esconde otra realidad, a menudo inconsciente. La jubilación supone un cambio demasiado importante como para que pueda asimilarse con ligereza e indiferencia, y no puede trampearse durante mucho tiempo con las emociones: es probable que quienes quitan importancia al cambio que viven tengan una cita, más tarde o más temprano, con su mentira. La enfermedad y las quejas físicas son entonces sostenidas por una misma necesidad inconsciente de encontrar una razón para sufrir: como no se llega a superar ni a expresar el sufrimiento psicológico, se cae enfermo. La enfermedad expresa lo que no puede decirse: «Prefiero estar enfermo que asumir todas estas pérdidas; cambio mi papel de trabajador por el de enfermo. ¡Por lo menos, sigo siendo alguien!». Para reducir estos riesgos, hace falta una auténtica preparación para la jubilación, y algunas empresas ya contemplan esto para sus empleados. Esta preparación es interesante si su objetivo no sólo es hacer que los futuros jubilados reflexionen sobre lo que van a hacer en su tiempo libre, sino también ayudarlos a la construcción de un proyecto de vida. La preparación para la jubilación consiste en encontrar un propio modelo de funcionamiento que sustituya a todo aquello que nos ha estructurado durante muchos años; supone también aprender a llamar a las emociones, compartir las inquietudes con los demás, poner al día los valores que siempre se habían querido desarrollar y, con todo esto, sentirse menos solo antes de abordar ese salto en la vida. Para la mayoría, tras unos meses de incertidumbre, la ganancia en tiempo y en libertad bastará a menudo para compensar las pérdidas. A otros les costará un poco más encontrar los beneficios.

Cuando el carácter se vuelve difícil con la edad

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