Читать книгу Cuando el carácter se vuelve difícil con la edad - Claudine Badej-Rodriguez - Страница 11

Capítulo 1
El momento de la jubilación
¡Magnífico! ¡Se ocuparán de los niños!

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Cuando nuestros padres se jubilan, podemos vernos tentados a aprovecharnos de ello, en el buen sentido de la palabra. Ahora que tienen tiempo, pueden cuidar de los niños, acompañar a nuestro hijo adolescente a su clase de hip-hop los miércoles, cortar el césped y llenarnos la despensa. Después de todo, andamos agobiados, y ellos pueden ayudarnos, ¿no?

Si bien algunos padres pueden estar encantados de ejercer de forma regular su papel de abuelos, es posible que otros se muestren algo más reacios y no quieran encerrarse en esa función de «mamá mermelada» y «papá jardinero». Tal vez deseen disfrutar de ese nuevo tiempo libre a su manera, aunque de vez en cuando les guste llevar a nuestros hijos al cine o ayudarnos en algo. Encerrarlos únicamente en la categoría de abuelos significa olvidarnos de que son antes que nada un hombre y una mujer, con sus propios deseos y proyectos. Si transmitimos a nuestros padres que de ahora en adelante deben representar sobre todo su papel de abuelo y abuela, que es su deber, es posible que se lo tomen a mal y que se vuelvan algo desagradables. Si creemos que hemos enfocado las cosas de esta forma, debemos arreglarlo con el siguiente planteamiento: ¿les gusta ayudarnos? ¿tienen ganas de hacerlo o se muestran contrariados? Para conservar una buena relación con nuestros padres a veces es mejor continuar con las soluciones que se habían acordado antes de que se jubilaran.

Cuando el carácter se vuelve difícil con la edad

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