Читать книгу Cuando el carácter se vuelve difícil con la edad - Claudine Badej-Rodriguez - Страница 13

Capítulo 1
El momento de la jubilación
¡Lo sentimos! ¡Estamos en las Bahamas!

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Por el contrario, algunos padres no paran. El último mes recorrían el Atlas; esta semana se van a las Bahamas. Y cuando regresen al redil será para lavar la ropa del viaje entre dos torneos de mus… ¡Y a nosotros, que esperábamos que nos ayudasen con los niños, nos cuesta disimular nuestra amargura! Seguramente estamos contentos de que se diviertan y disfruten su jubilación, pero, en el fondo, nos cuesta un poco aceptar su falta de disponibilidad. Siempre vamos justos de tiempo, nos cuesta hacernos cargo de todo, nos vemos siempre en un problema cuando uno de nuestros hijos se pone enfermo, estamos estresados… Y ellos no hacen más que hablarnos de su fantástica excursión. Incluso podemos llegar a pensar que, si nos dedican tan poco tiempo, es porque no nos quieren demasiado… Entonces, nos vienen a la memoria viejos recuerdos: el día en que nuestro padre se olvidó de venir a buscarnos al colegio, el espectáculo de baile al que nuestra madre no pudo asistir porque no encontró tiempo… Las emociones afloran, y el niño que duerme en nuestro interior se rebela. El tiempo que los demás nos dedican está simbólicamente asociado al afecto que nos profesan. Entonces, en nuestro interior, nos enfadamos con nuestros padres, a los que encontramos muy egoístas. Pero quizás es el momento de decirnos que no podemos forzarlos para que nos den lo que no tienen ganas de darnos, y que lo importante es que vivan la jubilación de la manera más satisfactoria para ellos. Hay ayudas acordadas de mala gana que son peor remedio que el hecho de organizarse solos… ¡como al fin y al cabo lo habíamos hecho hasta ahora! También puede ser que nuestros padres se encuentren en la fase eufórica de su jubilación, en la que quieren disfrutar de todo lo que no han podido hasta ese momento.

Cuando el carácter se vuelve difícil con la edad

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