Читать книгу Anatomía funcional del Yoga - David Keill - Страница 14

Fascia

Оглавление

En el cuerpo hay tres divisiones principales de fascia. La fascia superficial se encuentra justo debajo de la piel y contiene las células adiposas que ayudan a mantener la temperatura corporal en la superficie. La fascia visceral rodea y suspende los órganos, no solo en el estómago, sino también en el corazón y los pulmones.

El tercer tipo es el que más nos interesa: la fascia profunda, que rodea todos los músculos. El sistema fascial es como un guante o calcetín para el cuerpo que no solo se encuentra en la superficie, sino que también envuelve estructuras más profundas como músculos, arterias, venas y huesos. Cada una de estas estructuras tiene su propia capa de tejido conectivo. Los músculos, las arterias, las venas y los huesos están unidos entre sí a través de más tejido conectivo. La tela de araña es una excelente analogía. Todas estas fijaciones crean una red de tejido que rodea una estructura y, a continuación, continúa su recorrido para envolver otra estructura, y luego otra, y así sucesivamente. De hecho, todo el cuerpo está conectado por esta red ubicua de tejido conectivo. Hay una inmensa cantidad de tejido conectivo totalmente integrado en nuestros músculos. Rodea los músculos a nivel celular, fascicular (conjunto de células) y en general por todo el vientre muscular.


Figura 1.3: Vaina fascial.

Recuerda que para mantener un punto de vista integrado, usamos términos distintos, músculo y fascia, para describir dos partes de una sola unidad. Pensar en ellos como entes diferentes no es realista ni beneficioso para la correcta comprensión del cuerpo de una forma realmente integrada. Es como un sándwich de mantequilla de cacahuete y mermelada. Tienes la mantequilla en un trozo del pan y la mermelada en el otro, pero una vez que unes ambas partes, tienes un sándwich. Puedes hablar de la mantequilla de cacahuete y la mermelada como partes independientes del sándwich, pero es imposible separarlas. De igual forma, hablar de un músculo o fascia como dos cosas que pueden separarse no sería realista. Por lo tanto, podemos utilizar un lenguaje más sofisticado y referirnos a los músculos como miofascia. «Mio» hace referencia al músculo y, claro, el resto es obvio: fascia.

La integración no acaba aquí. Dado que los tendones, los ligamentos y los tejidos que envuelven los huesos son todos ellos tejido conectivo, la interacción y la integración son fantásticas. No existe un final obvio para un tendón, ya que se entrelaza con la capa de tejido conectivo que rodea el hueso. Pero tampoco hay ningún punto de inicio o final obvio para los ligamentos, ya que se entretejen con el tejido óseo. Cuando ves una imagen de una rodilla con todos sus tendones, ligamentos y su cápsula articular, se te hace difícil ver divisiones obvias entre estructuras. Todas estas combinaciones de tejido conectivo posibilitan la maravillosa gama de movimientos que podemos ver no solo en yoga, sino también en otras disciplinas como la danza, el ciclismo o el esquí.

Cuando el tejido conectivo está más suelto, los huesos y la postura pasan a una posición más óptima. Al liberarse de patrones de tensión largamente mantenidos, el cuerpo y la mente están más cómodos. El yoga es una gran forma de manipular estos tejidos. Al utilizar la fuerza de algunos músculos para alargar otros, o al usar el suelo o la gravedad como resistencia, podemos estirar de forma activa los tejidos conectivos. Como resultado, podemos realinear nuestro propio esqueleto.

Anatomía funcional del Yoga

Подняться наверх