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Contracción muscular

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Profundicemos un poco más en la función del músculo y pasemos a la contracción propiamente dicha. Cuando un músculo se contrae, no se necesitan todas las células de dicho músculo. El cuerpo determina cuántas células deben usarse en función de las experiencias pasadas y la información propioceptiva actual recopilada por el sistema nervioso. Esta información tiene en cuenta aspectos como el peso, la resistencia y la fortaleza de los tejidos. No sería nada eficaz si se necesitaran todas las células para levantar objetos, fuera cual fuera su peso. Cuando la célula de un músculo se contrae, solo se contrae hasta que se utiliza toda su energía o adenosín trifosfato (ATP). Por eso, el cuerpo utiliza menos células del bíceps para levantar un lápiz que para levantar 10 kilogramos.

Ya hagas repeticiones con pesas de 10 kilogramos o te limites a sostenerlas de forma estática, acabarás agotando todas las células del músculo involucrado. En ese punto, habrás agotado toda la energía (ATP) de ese músculo. Antes de llegar a esa situación, la mente/cuerpo ya sabe que tiene que pasar la responsabilidad de una célula a la siguiente en función de qué células todavía tengan energía para invertir en la tarea entre manos. De esta forma, se produce un cambio constante de las células en contracción dentro del músculo. La célula se contrae y utiliza todo su ATP mientras que la siguiente célula muscular ya se está preparando para contraerse. Este proceso continúa mientras la célula muscular descansa un instante para recuperar su nivel de ATP.

Por lo general, no solemos ser conscientes de cómo sucede este cambio, pero si sujetas algo el tiempo suficiente, verás cómo el músculo en cuestión empieza a temblar. Este es el espacio observable entre la contracción de una célula (utilizando su ATP al máximo) y la contracción de la siguiente para relevarla en la tarea. Los músculos pueden temblar por otra razón que vemos con bastante frecuencia en las clases de yoga: la tensión. Esta tensión se produce cuando un músculo intenta llevarnos en una dirección, digamos el cuádriceps y otros flexores de la cadera en una posición sentada con inclinación hacia delante, mientras que los músculos opuestos, en este caso los isquiotibiales, se resisten al trabajo del cuádriceps. Esta lucha de tensión entre los dos provoca el temblor de los músculos.

Anatomía funcional del Yoga

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