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Martin

de Arthur. El brazo armado del movimiento laboral y sindical… Esos somos nosotros. Han traído a tres mil policías de todo el país. Crr, crr. Los han metido en campos militares. Pero no pueden detenernos. Hoy, no… No votaremos. No nos venderemos… Es el momento de ver quién es quién. Pancartas. Carteles. Chaquetas. Chapas… Victoria para los mineros. Pete y yo nos subimos encima de un par de cubos de basura gigantes para poder verlos llegar. Para saber cuándo es Ottey o uno de ellos. Empiezan a volar por los aires latas y fruta. Agarran a Ray por el cuello. Agitan los puños delante de su cara. Herry lo aparta… Esquirol. Esquirol. Esquirol. Esquirol. Esquirol. Esquirol. Esquiroles… Consignas y sirenas. Helicópteros. Entonces llega la noticia de arriba: la propuesta de votación de Leicestershire es improcedente. Un congreso de delegados especiales el próximo jueves… El Rey Arturo sale a los escalones. Saluda a todos. Los chicos se vuelven locos. Le pasan un megáfono. No oigo nada de lo que dice… Calma. Calma. Calma. Calma… Consignas. No más sirenas. Hoy, no… No votaremos. No nos venderemos… La Guardia Roja de Arthur. Esa soy yo. Siempre te apoyaré. Día 41. Es la primera vez que nos sentamos a comer juntos en una semana. ¿Lo sabes? Lo siento, tesoro, digo. Ojalá las cosas no fueran así. Pero ya sabes… No, no sé, dice Cath. Dejo el cuchillo y el tenedor, he perdido el apetito. Lo que sé es que vives en las nubes, dice ella. Eso sí que lo sé. Por favor, Cath… En las nubes, todos vosotros. Todos vosotros, joder. Mira… ¿Crees que ella se va a rendir? Han estado planeándolo durante años, tú mismo lo dijiste. Durante años, Martin. Podemos ganar, digo. Como Arthur dice, si mostramos la misma determinación, podemos… Deberías oírte, Martin. ¿Arthur? Pero si no conoces a ese tío. Pareces una chica tonta que se enamora de una puñetera estrella del pop o algo por el estilo. Dejo el plato. Me levanto. Voy al sofá. Pongo la televisión… Joder, otra vez Torvill y Dean. Cath se pone delante del sofá. Apaga la televisión. Te lo advierto, dice. No pienso quedarme a ver cómo lo tiras todo por la borda. Con una vez tuve suficiente, muchas gracias. Me levanto. Entro en la cocina. Abro la puerta trasera. Salgo al jardín. Me quedo debajo de la lluvia donde iba a estar la terraza. Me fumo un cigarrillo. Nosotros avivamos vuestros miedos con nuestras alas de cuervo… Abro los ojos. Oigo que suena el teléfono. Vuelvo dentro. Lo cojo. Clic, clic. Es Pete. La puerta principal se cierra de golpe. Día 44. Sheffield… todo el día. Aun así merece la pena, joder. Conseguimos resultados. Parece que por fin llegamos a alguna parte. Parece una victoria… Mayoría simple. Sin votación… Sesenta y nueve contra cincuenta y uno. Nottinghamshire ha dicho que están oficialmente en huelga… que los que no lo estén son oficialmente esquiroles. El Rey Arturo se hace cargo personalmente de la situación. Coge el toro por los cuernos. Lucha hasta el final. Hasta la victoria. Como antes. Es el momento de celebrarlo. Tampoco vamos a dejar que ella nos agüe la fiesta. Paramos en Sheffield para beber. Pierdo el autocar de vuelta. En el pub de al lado de la estación hay una trifulca enorme. Cabrones esquiroles. Las sillas vuelan por los aires. Vasos. La policía irrumpe en el local. Crr, crr. Se esconden debajo de la mesa de billar como en una puta peli. Vuelvo en taxi a Thurcroft con Pete y Tom el Grande. Seguimos bebiendo… todo a cuenta de Pete. El centro de servicios sociales. El Hotel. El club. El Hotel. El centro de servicios sociales. El club. Vuelvo a casa andando otra vez. Así me despejo la cabeza. Ella ha puesto algo contra la puerta del dormitorio. Mis cosas están en el cuarto de invitados. El folleto de la agencia de viajes roto en un millón de pedazos en el suelo. Debe de haber anulado las vacaciones. Me siento en la alfombra con la espalda contra la pared. La cabeza sobre las rodillas. Mañana es Viernes Santo. Día 46. Los chicos tienen un cabreo de la hostia. La llamada Triple Alianza no ha servido de nada. Nadie quiere ver que a otros les quitan el trabajo. Pero por lo que a nosotros respecta, nos están tomando el pelo. La istc ha suplicado… Ha suplicado, coño. Se había acordado enviar a Scunthorpe quince mil toneladas a la semana para mantener los hornos en buen estado. Transportadas por tren. Cargadas exclusivamente por camioneros de la British Steel. De Cortonwood, Bullcliffe Wood, Dinnington y nuestra mina… Para echarles una mano. Ese era el trato… No trabajar a más del cincuenta por ciento. Menuda puta mierda. Le decimos a Pete que le diga a Barnsley que no queremos que acepten… Cabrones. Pero han hecho el trato. A todo el mundo le toca los cojones. Día 47. Domingo de Pascua. Vuelvo a llamar a la puerta del dormitorio. Tenemos que hablar, cariño, digo… Lárgate. Vamos, Cath. No podemos seguir así… Lárgate. Por favor, cariño… ¡Lárgate!, grita ella. No puedes encerrarte ahí todo el día. Vamos… ¡Lárgate, […]

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