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XI. El proyecto científico
ОглавлениеEl primero de los factores que han constituido la transformación del concepto ciencia de su acepción decimonónica a la que posee la filosofía contemporánea, es la ruptura con su carácter metafísico para transformarse simplemente en concepto epistemológico. «Ciencia» deja de identificarse con destino superior de la humanidad.
El segundo es la comprensión del quehacer científico formando parte de un marco existencial más amplio y por tanto su coparticipación con los intereses que mueven al ser humano. Esto en un doble sentido: epistemológicamente, los intereses del conocimiento; sociológicamente, los intereses materiales que orientan el quehacer de los científicos.
El tercero es que no se pretende ya más que la actividad científica sea dadora de sentido, sino que solamente procedimiento de investigación y búsqueda de conocimientos útiles.
El cuarto es la desidentificación entre «ciencia» y «verdad»; la identificación en cambio de lo científico con lo refutable a partir de lo empírico.
El quinto es que ni el concepto ni el quehacer científico se oponen a ilusión o prejuicio o superstición o ideología sino más bien se diferencian de filosofía, humanidades, disciplinas formales, literatura.
Pero estoy únicamente entregando elementos marcantes; ello no quiere decir que todas las ramas científicas hayan logrado, ni puedan lograr, el mismo nivel de constitución. Tampoco quiere decir que no exista un determinado enaltecimiento de la ciencia como el mejor método para adquirir conocimientos y que no se crea, muy a menudo, que las sociedades del futuro basarán sus decisiones sólo en consideraciones de carácter científico y más aún que su organización misma será una suerte de metáfora de lo que es la metodología científica.
Eduardo Devés, 1986.
1 Augusto Salazar Bondy, Qué es y cómo funciona la concientización (Lima: Causachun, 1975), 86.
2 Jean Ladriere, El reto de la racionalidad, (Salamanca: Sígueme), 23.
3 Esto es particularmente relevante para la historiografía política. Muchos rechazan el positivismo pues se abordan temas donde lo empírico ciertamente no es todo, pero, por otra parte, los investigadores dan a sus conclusiones valor de dogmas, pues son frecuentemente coherentes con sus intereses de grupo o partido.