Читать книгу Manual de historia de las ideas políticas - Tomo IV - Enrique Ferrer Corredor - Страница 23
2. LAS LEYES
ОглавлениеSobre las leyes de los Estados Unidos, Tocqueville estima que no son aplicables a todos los Estados democráticos y que entre ellas hay algunas peligrosas. Sin embargo, afirma que “no se podría negar que la legislación de los norteamericanos, tomada en su conjunto, está bien adaptada al genio del pueblo que debe regir y a la naturaleza del país” (Tocqueville, 1957, p. 303).
Para entender el origen y la efectividad de las leyes en Norteamérica hay que remontarse a los primeros colonos y entender cómo se concibieron las primeras leyes en las nacientes colonias. Tocqueville pone como ejemplo las leyes penales de Connecticut que castigaban con pena de muerte delitos como la herejía, la blasfemia, la hechicería, el adulterio, la violación y el ultraje de los hijos a los padres; todo esto claramente influido por lo que los puritanos consideraban pecados. Así mismo se castigaba con severidad la pereza y la embriaguez, hasta se imponía a los hosteleros topes máximos de venta de vino a los clientes. Sin duda, lo que impresiona no son los castigos o el rigor de las normas, lo que
[n]o hay que perder de vista, [es] que esas leyes extrañas o tiránicas no eran impuestas; (…) solían ser votadas por el libre concurso de los mismos interesados, y (…) las costumbres eran más austeras y puritanas que las leyes (Tocqueville, 1957, p. 61).
De lo anterior se desprende una relación bidireccional y coherente entre el individuo y el Estado que reduce las posibilidades de que se configure lo que Antanas Mockus llama el divorcio entre la ley, la moral y la cultura (Mockus, s.f.). Punto importante en la teoría de la democracia de Tocqueville: el sistema democrático funciona mejor cuando los individuos se comportan de una manera tal que las leyes hasta cierto punto no resultan necesarias, ya que el comportamiento de los individuos surge de una profunda convicción moral que se traduce en consenso social y luego se codifica en leyes. En el caso de los Estados Unidos, el comportamiento de los individuos es más estricto y apegado a las convicciones morales que la misma ley. Esto redunda en un desgaste menor para el aparato policivo y judicial del Estado, que puede dedicar la mayor parte de sus esfuerzos y recursos a administrar la cosa pública, e interviene en las relaciones entre los individuos solo cuando es estrictamente necesario o cuando la gravedad del caso lo amerita.