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El movimiento descendente
ОглавлениеLa figura 3.15 muestra cómo el movimiento descendente del batido de delfín puede propulsar al nadador hacia delante. La pequeña flecha negra, que indica la dirección del movimiento, muestra que los pies se desplazan hacia abajo y ligeramente hacia atrás durante la primera parte del movimiento descendente. Las piernas se flexionan durante la primera mitad y luego se extienden durante la segunda mitad del movimiento. El movimiento descendente termina con las piernas completamente extendidas y con los pies justo debajo del tronco. Estos mecanismos del batido de delfín deben ser igualmente efectivos durante el movimiento descendente del estilo libre.
Figura 3.15. La propulsión durante el batido de delfín.
Las flechas grandes detrás de las piernas del nadador indican cómo los nadadores pueden empujar hacia atrás contra el agua con los pies y las piernas mientras los desplazan hacia abajo y hacia atrás durante la primera mitad del movimiento descendente. Sin embargo, las piernas perderán su inclinación y dirección hacia atrás al acercarse a la extensión, por lo que el efecto principal durante la segunda mitad del movimiento descendente es un empuje hacia abajo contra el agua. Este empuje hacia abajo probablemente no es propulsor en el batido de estilo libre. Su función principal es probablemente mantener las caderas en la superficie del agua. Sin embargo, la segunda mitad del movimiento descendente puede ser propulsora en el batido de delfín. Puede producir una ondulación corporal inversa que propulsa al nadador hacia delante. Explicaré esto con más detalle en el capítulo 5.
Los pies propulsarán a los nadadores hacia delante más eficazmente durante la primera mitad del movimiento descendente si tienen una buena flexión plantar. El dibujo de la figura 3.16a muestra por qué la habilidad para extender los tobillos (con los dedos en punta) con un largo recorrido es una ventaja en el batido de estilo libre y de delfín. El nadador representado en esta figura puede mantener una orientación hacia atrás con los pies durante una mayor parte del movimiento descendente a causa de su habilidad para extender los pies desde los tobillos más de lo normal. Por consiguiente, debe poder generar fuerza propulsora durante una mayor parte del movimiento descendente.
En cambio, el nadador ilustrado en la figura 3.16b tiene menos habilidad para extender sus pies desde los tobillos. Por consiguiente sus pies pierden muy pronto la orientación hacia atrás en el movimiento descendente. Dado que están mirando hacia abajo, los pies no aumentarán la propulsión, sin embargo, sí ayudarán a las piernas a mantener las caderas en la superficie del agua.
Figura 3.16. La importancia de la extensión del tobillo para el batido.