Читать книгу Vida campesina en el Magdalena Grande - Eliana Milena Toncel Mozo, Fabio Silva Vallejo - Страница 23

Las buenas prácticas

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Los campesinos de estos tres corregimientos eran vistos por las ONG ambientalistas, entidades gubernamentales y antropólogos como los destructores del medio ambiente que, en su afán por colonizar territorios, destruyen los bosques. A los campesinos no solo se los vio como depredadores ecológicos, sino que también se los vio como narcotraficantes, guerrilleros y paramilitares. Esta asociación comienza cuando se dan los cultivos de marihuana y coca en la Sierra Nevada de Santa Marta. En el imaginario de las personas de Santa Marta o Ciénaga todas aquellas personas que vivían en la Sierra Nevada eran bandidos o pertenecían a algún grupo al margen de la ley. Ahora esa imagen está cambiando: los campesinos se han insertado en diversos proyectos dedicados a la sostenibilidad ambiental en producción orgánica que están siendo ejecutados por entidades ambientales y comercializadoras de café. Lo otro es que estas entidades están incentivando a los campesinos a que se vinculen al turismo ecológico, pero con turistas que estén interesados en las formas de producción del café.

Por años, los campesinos de la Sierra Nevada de Santa Marta han tenido prácticas tradicionales para cultivar el café; estas prácticas están ligadas a la conservación ambiental en sus fincas cafeteras. Una de las prácticas tradicionales que han mantenido los cultivos de café es la siembra de árboles en las plantaciones para generar sombrío en las plantas de café y lograr así que estas no se vean afectadas por el sol. Los campesinos también dejan una zona de bosque para la conservación de los nacimientos de agua y destinan unas áreas para la siembra de cultivos para el consumo familiar. El bosque les proporciona madera para el consumo de la cocina. En cuanto a la siembra de árboles en los cultivos de café se hace con un doble propósito: por un lado, las hojas de los árboles son materia orgánica para el cultivo de café porque mejoran la calidad del suelo; por otro lado, los árboles sirven para producir madera y si son árboles frutales como el guamo y el aguacate le van a dar otra entrada económica a la familia. Cuando siembran de sombrío plátano o bananos estos sirven de consumo para la familia o los venden en los cascos urbanos de los corregimientos. Lo cierto es que los campesinos utilizan el sombrío en sus plantaciones de café para regular el efecto del sol:

El sombrío es calidad, el sombrío es protección de suelo, es lo más recomendable del sombrío es el guamo, porque el guamo es un árbol de que crece muy rápido, se eleva; a él hay que hacerle tratamiento de crecimiento y se le hace el tratamiento y él se eleva, pero no es por eso, el guamo es porque diariamente él está botando mucha materia, bota la hoja, bota la guama y se descompone muy rápido entonces eso ayuda al mejoramiento de los suelos, donde hay buenos suelos hay buena producción de café, si no tenemos sombrío la producción del café es muy baja (Negrete, 2020, p. 15).

Los campesinos siembran, primero, los árboles que le van a dar sombrío a las plantas de café. Los árboles se fertilizan, se podan y se les retira la maleza durante el proceso de crecimiento. Cuando los árboles están grandes se procede a sembrar las plantas de café y a estas no se les suministran insumos químicos. La tradición de no usar insumos químicos en las plantaciones de café ha hecho que muchos de estos campesinos reduzcan los costos de producción al eliminar los agroquímicos como los plaguicidas, fungicidas y herbicidas. La institución que regula que los campesinos hagan buenas prácticas en sus cultivos de café es el Comité Cafetero; este ha destinado a sus técnicos expertos en caficultura para que los campesinos tecnifiquen sus cultivos de café. Para esto, los campesinos tienen que estar de acuerdo con las sugerencias que haga Cenicafé sobre las semillas que se van a sembrar, el control de broca, roya, maleza e insectos y, por último, las medidas en que se tiene que sembrar el café:

Habían cafés que se sembraban regaos en almacigo, y pero entonces la gente fue cambiando, porque surqueado era mejor para trabajarlo o mejor para cogerlo, para controlarlo y empezaron a tratarlo surqueada mente, luego llegó el comité y ya colocó las medidas de siembra de café. Hoy existen muchas clases de medidas de intensidad de siembra de café (Negrete, 2020, p. 16).

Los campesinos de estos tres corregimientos han optado por no fertilizar las plantas con químicos. Aunque esto acelera la producción en las plantas, también es un efecto negativo para el suelo dado que este perderá sus nutrientes naturales. Para algunos campesinos, suministrarles fertilizantes a las plantas de café acelera el proceso de crecimiento de la planta, pero a su vez acorta los años de productividad. En sus experiencias cuentan que la utilización de químicos hace que las plantas se trastornen y pierdan sus hojas; por lo tanto, esto produce pérdidas cuantiosas a los campesinos. Estos trastornos, por lo general, se dan en plantas jóvenes; lo que recomiendan los técnicos —extensionista del Comité de Cafeteros— a los campesinos es hacer una nueva resiembra de plantas. Para evitar estos casos y no generar pérdidas económicas, los campesinos han optado por no fertilizar con químicos, lo que alarga la vida de producción de la planta hasta quince años:

Ah sí, eso es el proceso del químico… el proceso del químico eso es como cuando aceleran la mata digamos así… no quiero comparar pues la naturaleza con la mujer, pero es casi igual. Es como cuando la mujer se deja coger macho digámoslo así muy joven el proceso de vida es muy lento… Entonces eso pasa con la planta, si la planta aquí en esta Sierra se acelera… una planta de café de ellos el proceso de vida son cinco años porque se acelera con lo[s] químicos, entonces ella se crece rapidísimo produce bastante, pero así mismo como se le echa así mismo queda muy aporreada y se palotea, lo que llamamos palotear es que queda sin hojas muy poca hoja (Ortiz, 2017, p. 16).

Algunos de estos campesinos planifican la siembra, la poda y la cosecha de café o cualquier otro cultivo de acuerdo a las fases de la luna. Las fases de la luna también le indican al campesino la época en que comenzarán las lluvias y la sequía. La otra práctica tradicional que todavía tienen algunos campesinos es la de hacer quemas para preparar el terreno para los cultivos que van a abastecer a la familia mientras se da la cosecha de café. Esta práctica de quemar el rastrojo ha hecho que los campesinos se enfrenten a las instituciones ambientales porque las quemas a veces se salen de control, generando incendios de grandes proporciones. Los incendios provocados por las quemas ponen en peligro la fauna y flora y hasta la vida de las comunidades campesinas e indígenas que habitan en el macizo montañoso. Aun cuando estas quemas generan desastres ambientales cuando se salen de control, los campesinos las siguen practicando para preparar el terreno para cultivar. Los campesinos sostienen que si no se hacen las quemas la tierra no producirá lo suficiente y se morirían de hambre:

Aquí siempre se trabajaba con la luna, aquí siempre con los cambios de luna. Aquí siempre se preparaban las tierras en el mes de enero… hasta en diciembre porque llovía mucho, ya después la gente siempre hacía su guardarraya, quemaba su pedazo de tierra. Anteriormente uno tumbaba una tierra, un ejemplo tumbaba tres o cuatro hectáreas de tierra, y nosotros le teníamos que hacer el guardarraya para que las candelas no se nos pasaran. Nosotros cuidábamos mucho las aguas, sobre todo nosotros allá en las tierras [...] dejábamos un trayecto más o menos casi de 100 metros de la quebrada a donde teníamos la siembra, incluso es hora y las únicas tierras de esos lados en “La Unión”, tenemos más de 20 hectáreas de montaña que nosotros no las tocamos, eso fue intocable (Ortiz, 2017, p. 15).

Para evitar que los campesinos sigan utilizando las quemas para cultivar la tierra, las instituciones encargadas de preservar la Sierra Nevada de Santa Marta les están enseñando otras prácticas de sembrar la tierra sin utilizar las quemas. Muchos de estos campesinos quieren tener experiencias de intercambios para olvidar la práctica de la quema y así quitarse el estigma de “depredadores ambientales”.

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