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11. A MODO DE EPÍLOGO

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El socialismo almeriense entra en una nueva etapa a partir de 1904. Había logrado recuperar la dirección de la Federación y dirigir el nuevo Centro Obrero, pero ya no estaban solos en la política obrera. Los republicanos habían conseguido en estos años un hueco entre los trabajadores y los anarquistas que, a pesar de ser pocos, tenían a través de El Radical una tribuna permanente que estuvo vetada durante unos años a los socialistas. En este clima de poco entendimiento y de confrontación con los republicanos era lógico que la Agrupación Socialista de Almería, siguiendo a Pablo Iglesias, se pronunciara en contra de la coalición y alianza con los republicanos cuando fue sometida a votación la propuesta de la Agrupación Socialista Madrileña favorable a la alianza republicano-socialista96. No obstante, en el socialismo almeriense surgieron voces de destacados militantes como Tomás Alonso haciendo público su voto favorable a la alianza con los republicanos. Se situaba en la perspectiva de la política práctica que tanta falta hacía al socialismo almeriense para terminar de despegar.

Sus hombres, sus propagandistas volvían a ser Antonio Marín Durán, Francisco Vicente Rivas, Antonio Hernández, barbero de la Almedina, Miguel Cruz Maldonado, Tomás Alonso que, a pesar de sus divergencias en relación con la política de alianzas y seguir defendiendo en minoría la coalición con los republicanos, continuaba trabajando en la Federación pues el socialismo seguía siendo su «delicioso sueño, la bella Dulcinea de sus amores», Pedro Ortuño a quien se le encargó la tarea de hacer provincial la Federación, Bernardo del Águila, presidente y fundador de La Aurora, etc. A ellos se unió una nueva generación encabezada por Daniel Moya, José Cabrerizo, los jóvenes socialistas José Vizcaíno Gómez y Juan Segura Verdegay, y los socialistas de Gérgal Cornelio Callejón y Gregorio Carreño.

Sus nombres se unirán a los viejos y nuevos espacios de encuentro societario y de lucha obrera y política. A las huelgas del Puerto de Almería, de barrileros, panaderos y metalúrgicos de la capital que siguieron protagonizando el conflicto social, ahora se vincularán las de La Unión Ferroviaria y sobre todo las huelgas de las cuencas mineras de Gérgal y Serón en plena expansión por la explotación de la minería del hierro.

La nueva etapa abrió espacios políticos de coincidencia entre republicanos y socialistas como la protesta contra la guerra de Marruecos o la crítica al Gobierno de Maura que mejoraron las relaciones de ambas fuerzas políticas en Almería. Los acontecimientos de la Semana Trágica de Barcelona terminaron por dar un giro estratégico a la actitud oficial socialista e hicieron posible la Conjunción con los republicanos en 1909, emprendiéndose un proyecto que buscaba la modernización de España y las mejoras en la vida de los obreros.

El socialismo y la cuestión obrera

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