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INTRODUCCIÓN
ОглавлениеFERNANDO MARTÍNEZ LÓPEZ*
RAFAEL QUIROSA-CHEYROUZE Y MUÑOZ**
La celebración del 125 aniversario de la constitución de varias decenas de agrupaciones socialistas en diversas provincias españolas está constituyendo una magnífica oportunidad para reflexionar sobre el papel que ha desempeñado el Partido Socialista Obrero Español en la historia de España y en las profundas transformaciones que ha experimentado nuestra sociedad gracias a su impulso desde hace ya casi 140 años de su fundación en 1879.
Los primeros pasos del socialismo español fueron muy lentos, podríamos decir que «a paso de carreta». Apenas se lograron constituir 31 agrupaciones en la primera década de su andadura, encabezadas por Madrid, Barcelona, Valencia, Guadalajara, Bilbao y San Martín de Provenzals. No cabe la menor duda de que la aparición del semanario El Socialista en 1886 supuso un cierto impulso organizativo. El periódico dio a conocer las ideas sociales y políticas que defendía el partido obrero entre los trabajadores manuales e intelectuales y animó a sus seguidores a organizarse en sus filas. No fue fácil echar a andar. Había un competidor muy potente en el anarquismo que había polarizado las adhesiones de los obreros y de los trabajadores de las artes y los oficios desde la llegada a España de las ideas de la I Internacional. Unos planteamientos que se hicieron hegemónicos en el obrerismo consciente durante bastante tiempo tras la difusión de las primeras ideas internacionalistas en España por Giuseppe Fanelli, seguidor de la «Alianza Internacional de la Democracia Socialista», fundada por Mijail Bakunin.
Las movilizaciones del 1 de mayo en pro de la conquista de la jornada de ocho horas y la celebración del día del trabajo en la década de los noventa del siglo XIX supusieron un salto en el proceso organizativo del PSOE. Entre el II y el IV Congreso (1890-1894) se asistió a un incremento notable de las agrupaciones socialistas, alcanzando el número de 36 representadas en el III Congreso, gran parte de las cuales están celebrando por estas fechas su 125 aniversario. Entre ellas la Agrupación Socialista de Almería, cuyo aniversario de constitución se ha conmemorado recientemente con unas jornadas dedicadas al análisis de la historia del socialismo almeriense a la par que se han realizado unas reflexiones sobre el presente y el futuro de la socialdemocracia y las aportaciones del socialismo a las transformaciones de la sociedad almeriense.
Este libro recoge la historia del socialismo almeriense y más concretamente la historia de la primera Agrupación Socialista de Almería desde sus orígenes hasta la transición de la dictadura franquista a la democracia. Abarca un largo período que se inicia en 1880 con la constitución en la ciudad de Almería de las primeras sociedades de resistencia vinculadas al socialismo y concluye en 1982 con la llegada de los socialistas al Gobierno. Se trata de una obra colectiva en la que hemos participado investigadores y profesores de la Universidad de Almería, especialistas en movimientos sociales, historia política y medios de comunicación social, pertenecientes a los grupos de investigación Sur Clío y Estudios del Tiempo Presente, dirigidos por los editores de esta obra.
Los diferentes capítulos son fruto de investigaciones objeto de tesis doctorales o de proyectos de investigación universitarios. En ellos Fernando Martínez aborda el contexto social y político de la Almería de los años ochenta del siglo XIX en los que geminan las ideas socialistas entre los gremios de barrileros, panaderos, carpinteros, albañiles, trabajadores del puerto y tipógrafos. Trata especialmente la constitución de la Agrupación Socialista con la primera visita de Pablo Iglesias a la ciudad de Almería en 1892, sus primeros dirigentes y el auge que logran la sociedades obreras de resistencia a fines del XIX, destacando la creación de una potente Federación Local de Sociedades Obreras que hace irrumpir a la clase obrera como identidad colectiva en la ciudad de Almería con sus ideales de emancipación, su lenguaje de clase, sus mitos, rituales y símbolos.
Durante las dos primeras décadas del siglo XX el socialismo almeriense, con sus altibajos, logró asentarse e irradiar por la provincia de Almería. El capítulo 2, elaborado por Maribel Ruiz García, analiza la trayectoria de la Agrupación desde los inicios el siglo XX hasta la Dictadura de Primo de Rivera, recogiendo las nuevas visitas de Pablo Iglesias, la conjunción republicano-socialista, los primeros concejales socialistas, el movimiento societario, el auge huelguístico impulsado por las sociedades obreras dirigidas por los socialistas, la emergencia de nuevos líderes obreros y sobre todo la expansión del socialismo por los pueblos cercanos de la capital y las cuencas mineras de la provincia.
Entre septiembre de 1923 y enero de 1930, el socialismo español se situó en la encrucijada del rechazo al régimen dictatorial del general Primo de Rivera o el pragmatismo colaboracionista abanderado por Largo Caballero. De este modo el capítulo 3, elaborado por Pedro Martínez Gómez, sitúa cómo el pragmatismo adoptado por el socialismo almeriense supuso la hegemonía de la UGT en el seno del movimiento obrero, al copar las vocalías obreras de los Comités Paritarios, y un refuerzo significativo del PSOE en el que las figuras de Moisés Sánchez Galí y Cayetano Torres Mullor se convirtieron en sus principales referentes con una presencia muy activa en los congresos nacionales socialistas.
La II República fue una etapa muy destacada en el desarrollo del socialismo español, tanto por el nuevo marco de libertades establecido como por el acceso al poder institucional para representantes del PSOE. Así, en el capítulo redactado por Rafael Quirosa-Cheyrouze se estudia la dinámica política experimentada por la Agrupación Socialista de Almería en este período, destacando la identidad de sus dirigentes, los debates internos, la participación en las instituciones y los apoyos populares que recibieron en las convocatorias electorales a las que se presentaron.
La guerra civil y sus dramáticas consecuencias también forman parte de la historia del Partido Socialista. Para este libro, en el capítulo 5, Rafael Quirosa-Cheyrouze y Mónica Fernández Amador han efectuado un recorrido por la evolución de la Agrupación de la capital en los años del conflicto bélico, señalando el crecimiento en el número de afiliados, los relevos en los puestos orgánicos, la presencia en cargos institucionales o las posiciones mantenidas en el seno del Frente Popular. Asimismo, se ha estudiado el destino de los dirigentes tras el final de la contienda, tanto en el exilio como en las sentencias dictadas por los tribunales franquistas en el contexto de la represión aplicada a los vencidos.
Los primeros socialistas almerienses, considerados como auténticos «apóstoles» de las ideas de emancipación, procedían del mundo de las artes y los oficios. Pronto captaron a obreros «intelectuales» que les ayudaron a dar nuevos impulsos a la organización. Precisamente el capítulo 6, redactado por Gemma Pradal, está dedicado a la trayectoria política de Gabriel Pradal Gómez, arquitecto y referente del socialismo almeriense durante la II República, la Guerra Civil y el exilio en Francia. Fue diputado en Cortes por la provincia de Almería durante el primer bienio republicano y volvió a ser elegido en las elecciones de febrero de 1936 en la candidatura del Frente Popular, destacando en el exilio por ser el director de El Socialista.
La evolución de la Agrupación Socialista de Almería durante la transición a la democracia es analizada en el capítulo firmado por Mónica Fernández Amador. La autora parte de la reorganización llevada a cabo a principios de los años setenta por los supervivientes de la época republicana y recorre el difícil proceso de crecimiento y consolidación del PSOE en la ciudad, marcado por una sucesión de crisis orgánicas que, sin embargo, no mermaron su capacidad de convertirse en apenas un lustro en el partido más hegemónico y con mayor respaldo popular en las urnas.
El libro se cierra con unos anexos, elaborados por Juan Francisco Colomina Sánchez, en donde se recogen los nombres de los dirigentes del socialismo almeriense desde su fundación hasta la Transición. El primero de ellos está dedicado a las Comisiones Ejecutivas de la Agrupación Socialista de Almería entre 1892 y 1982; el segundo a las Comisiones Ejecutivas de la Federación Provincial de Agrupaciones Socialistas entre 1932 y 1937; el tercero aporta las Comisiones Ejecutivas de las Juventudes Socialistas desde su creación en 1904 hasta 1936; el cuarto reproduce los reglamentos de funcionamiento de la Agrupación Socialista de Almería de 1900 y de 1932; y en el quinto ven la luz por primera vez ante el público dos cartas inéditas de Pablo Iglesias al primer presidente del socialismo almeriense, Francisco Godoy Calvo.
Muchas gracias y enhorabuena a los autores y autoras de los capítulos de este libro por sus valiosas aportaciones, y a Adrian Florin Tudorica por su colaboración en la elaboración de esta obra.
Por último, queremos agradecer desde estas páginas las reflexiones que hicieron en las jornadas Cristina Narbona, presidenta del PSOE, y José Félix Tezanos, secretario de área de Estudios y Programas de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, sobre el presente y el futuro de la socialdemocracia europea y española. No se puede entender la modernización de España sin la gran contribución del PSOE al establecimiento del Estado de Bienestar en nuestro país. En este caso, las mesas redondas sobre las aportaciones del socialismo a las transformaciones económicas y sociales de la sociedad almeriense desde la llegada de la democracia pusieron de relieve el gran salto adelante dado por la ciudad de Almería y la provincia gracias a las políticas públicas desarrolladas desde el Gobierno de España, la Junta de Andalucía y los ayuntamientos presididos por los socialistas. Gracias por sus reflexiones a Tomás Azorín, José Antonio Amate, Consuelo Rumí, Emilio Martínez, Martirio Tesoro y María del Carmen Ortiz.
Almería