Читать книгу La fuga de la Ciudad Eterna - Fernando Silva - Страница 12
ОглавлениеINTERRUPTUS I
Seguiré, yo la pequeña, advirtiendo lo inevitable. Es el 6 de diciembre, el año: 2001. Nuevas palabras, surgidas de la nada, al calor del verano que se aproxima, que estallará, llevándose al país por delante. Nuevos concepto que de golpe, bruscamente, se arraigan a nuestro lenguaje más cotidiano: riesgo país, reservas en baja, servicios de deuda externa, corralito, cacerolazos, aún débiles, pero ya furiosos. La Argentina, los argentinos, aprendiendo un nuevo léxico, ¿quién dijo que las crisis son negativas? Las crisis enriquecen nuestro vocabulario, le agregan sustancia, lo nutren de nuevas terminologías, muy técnicas, y muy de mierda también.
El desempleo crece, la pobreza se expande, los desesperados comienzan a hacer oír sus gritos, una década llevan siendo empobrecidos por el poder idiotizante, represor, gatillofacilista, corrupto, obsceno. Docentes en carpas blancas que nadie quiere ver, que el poder invisibiliza, paros y huelgas, violencia contenida, producto de una violencia mayor, motor originario de todas las violencias. Violencia contenida que comienza a desatar las cadenas que la inmovilizan. La primavera se despedirá con furia, nacerá un verano con calor y con muertos, el milagro de las estaciones, una variedad curiosa del cambio climático.
El país se prepara para morir, de muerte lenta ya viene pereciendo hace rato, agoniza en el medio de la impudicia. Y mientras tanto, en la CABA, en el barrio del General Entrerriano, dos chiquitos viven su primer enamoramiento, es un amor infantil, inocente, puro, lleno de amor.