Читать книгу La fuga de la Ciudad Eterna - Fernando Silva - Страница 5

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Las ciudades grandes no tienen tiempo para

mirar el cielo. El hombre de las ciudades se

hace cruel. Caza mariposas de chico. De grande

no. Las pisa. No las ve. No lo conmueven.

Enrique Santos Discépolo.

La fuga de la Ciudad Eterna

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