Читать книгу Las religiones políticas. Sobre la secularización de la fe y la sacralización del mundo - Francisco de Borja Gallego Pérez de Sevilla - Страница 26

Si el poder aparece como un objeto de discurso independiente, es porque también se ha separado de toda causalidad final, apareciendo como un fin en sí mismo. Al evacuar las restricciones morales y su sujeción a un orden natural extrínseco, el poder del arco jurídico-político moderno se auto-legitima por medio de su propia ratio o razón de ser, que, en términos generales, descansa en la violencia de su aplicación normativa, sustentada bien por un derecho natural propio de una forma subjetivizada del voluntarismo –que siempre conduce, en esencia, a un acto de poder–, o bien en un derecho de fundamento contractualista. Así, en cualquiera de estas dos formas de derecho “no ontológico” y “no analógico”, “hay una común alienación del poder, de ese nuevo objeto de discurso que brota de un mundo social y político hecho de individuos”132. Una alienación que siempre es tributaria de la voluntad de Dios, con independencia de que se produzca una cesión parcial o total de soberanía por parte de Éste hacia los hombres, porque, al final, como resultado de ese movimiento vertical de transferencia o irradiación, lo que se produce es un acto de sacralización, Esto permite que aquel poder que fue concedido sea tan absoluto en manos de los hombres como en la de Dios, lo que nos lleva al último apartado de esta exposición de aspectos filosóficos de la Modernidad.