Читать книгу El libro de escribir - Gabriela Bejerman - Страница 18

Esta consigna es acerca del ritual de irse a dormir. Tuve un novio que nunca quería irse a la cama. Venía cuando yo ya estaba durmiendo y me despertaba con un falso intento de sigilo. Su vida consistía en postergar el momento de bajar. Otras personas nos relamemos al meternos en un pijama y decir la frase de mi mamá, “mañana será otro día”, dejando a medio hacer todas las cosas que el día nos obliga a abandonar.

Cómo es terminar el día, cómo es dormirte. Cuáles son las cosas que hacés, esa secuencia para entrar en la oscura soledad reparadora. ¿Te cuesta? ¿Leer es un chupete? ¿Qué memorias te trae el momento de dormir? Cuando me convertí en madre, me volvieron los recuerdos de mí en la cama pidiéndole a mi mamá que no se fuera, y el osito celeste musical cuya melodía era demasiado corta para mi lentitud al entregarme. Qué fantasmas tiene irse a dormir, cómo es dormirse de a poquito.

Imaginá cómo sería narrar la última entrega, cuando sobreviene al fin la disolución en la inconsciencia. Imaginá tu mente ahí, tu cuerpo. Ponele palabras a ese macerarse en el sabor de irse al otro lado, al lugar donde ser soñando.