Читать книгу El libro de escribir - Gabriela Bejerman - Страница 27
Bom passeio
ОглавлениеEn Brasil existe esta expresión. En Uruguay dicen “que pases bien”. Otra hermosa forma de despedirse y animarte a pasarla bien, como paseando. Podría buscar la etimología de paseo, no me falta curiosidad. Pero prefiero bucear en vez de guglear, bucear en pasear. Pienso en un bulevar con altos árboles, flameando en un vientito amoroso que nos despeja los malos pensamientos de un culo aplastado. Salir a dar una vuelta o preparar la canasta para unas horitas de habitar un pedazo de mundo como si fuera nuestro hogar. ¿Por qué tanto empujón necesito para finalmente dejar atrás toda la casa, todas las cosas y ser un cuerpito que avanza o yira hasta olvidarse de los motivos por los que no podía salir?
Una amiga propuso escribir un diario de los paseos. Podríamos pensar en un diario escrito en estaciones, notitas tomadas en pausas breves a lo largo de una caminata por el barrio, mientras esperamos que otros pidan sus listas de verduras, y nos dejamos contemplar por relucientes berenjenas o por mascotas simpaticonas.
Seguimos viaje y nos detenemos en vericuetos de antiguas rejas, en baldosas que hacen su geometría. De pronto ya somos movimiento sin el peso de una dirección. ¿A dónde nos lleva este paseo? ¿Doblamos por acá? Un diario del paseo también podría ser un ejercicio diario, obligarnos a caminar un buen rato y llevarnos el cuaderno; aunque viaje mudito en un bolso, nos empuja con su blancura a ver todo como si fuéramos a escribirlo. Al regreso, otra vez nos sentamos para un merecido descanso en que las palabras sigan caminando por la página, firuletes rebosantes de la danza del día, la danza de la calle o del parque, la danza de espiar a la gente, de dejar nuestro cuerpo a la deriva de su antojo. ¿Qué viste? ¿Qué ocurrió adentro de esa cabezota terca cuando te animaste a salir de paseo? ¿Algo te habló? ¿Qué aire te despejó de esa bufanda mordaza? Bom passeio!