Читать книгу El libro de escribir - Gabriela Bejerman - Страница 31

En una época ustedes se veían mucho, eran culo y calzón, tal para cual. Vos no podías imaginarte ser sin. Calcos, dobles. ¿Y qué pasó entonces, cómo es que ya no es parte de tu vida?

Hay varias reglas para que funcione esta consigna: la persona en cuestión no debe ser alguien reciente ni central, como por ejemplo una ex pareja de la que todavía te estés divorciando. Tampoco es esa amiga o amigo con quien seguís en contacto porque alguien no se resigna a que semejante vínculo se haya descosido tanto. Tiene que ser alguien que ya se haya ido de tu camino, o a quien hayas rajado. Amistad adolescente, compañera de trabajo que cobró relevancia en tus afectos, noviecitos…

El texto incluye un retrato de esta persona, vas a recordar cómo la veías en aquellos días de unión. Quizá había una admiración cegadora. Quizá una incondicionalidad traicionada. Cómo era el vínculo. En qué lugar te ponías. En qué lugar se ponía. En qué lugar la ponías. En qué lugar te ponía (la palabra ponía ya se me volvió una cosa, algo redondo y empalagoso, una peonía). Recuperá data: códigos. Acaso pertenecían a un grupo con reglas, un lenguaje propio, expresiones, palabras que reflejaban una manera de relacionarse y de ver el mundo. Qué hábitos compartían. Qué hacían los viernes. Cómo se vestían. Qué se regalaban. Qué cosas se daban. Podés incluir algunas anécdotas ilustrativas, jugosas escenas claras (o componer una juntando muchas). Podés exponer aspectos que la persona no suponía que desde afuera se notaran bien: miserias, egoísmos, sutilezas infectas, metidas de pata… No tenemos que elegir necesariamente a alguien que hemos llegado a detestar, no siempre es el caso. Quizá se trate solo de algo que se enfrió.

¿Cómo fue que se alejaron? ¿Hubo una pelea, muchas cositas que se fueron sumando, un distanciamiento progresivo, alguien dijo basta? ¿Cuál vendría a ser la última escena? Hay que montar un final.

Quizá te resulte útil escribir este texto en segunda persona, para dar filo al tono. Buena oportunidad para decir eso que no dijiste, o decirlo mejor. Buena oportunidad de deshacernos de algo atragantado, de algo que todavía arrastramos. Para iluminar con la claridad del presente el embrollo que en tiempo real era imposible entender. Y también, de reírse de un viejo peinado repetido en muchas fotos, que en su momento fue la gloria y ahora es simplemente ridículo.