Читать книгу Maria Montessori, una historia actual - Grazia Honegger Fresco - Страница 27
LA LIGA NACIONAL PARA LA PROTECCIÓN DE LOS NIÑOS DEFICIENTES
ОглавлениеA lo largo de los diez años que preceden a la experiencia de San Lorenzo –entre 1897 y 1907– la vemos participar de forma entusiasta, junto con Montesano, en la Liga que por fin Bonfigli había conseguido organizar entre 1898 y 1899 como consecuencia operativa de las batallas mantenidas en el Parlamento.12 La Liga –de la que forman parte señoras de la aristocracia como las hermanas Giacinte y Teresa Marescotti, así como otras feministas; la periodista Olga Ossani Lodi, conocida como Febea; diputados; juristas; docentes universitarios ajenos al mundo de la medicina, entre los cuales se encuentra Giovanni Pascoli, y políticos como el príncipe Ruspoli, alcalde de Roma– tiene como objetivo favorecer la creación de institutos médico-pedagógicos y de clases para los niños menos graves a lo largo de Italia. Maria Montessori y Giuseppe Montesano están en la Liga en calidad de consejeros y asistentes de Bonfigli.
Urge organizar conferencias en varias ciudades italianas sobre la cuestión de los niños con dificultades. Nadie es considerado más adecuado que Maria para esta labor: la precede la fama del éxito obtenido en Berlín y la simpatía que cosecha entre las señoras de familias ricas y poderosas que desean comprometerse en la acción a favor de los niños más desafortunados, con una postura a medio camino entre la beneficencia y la conciencia de justicia y de responsabilidad social. De ese modo, Maria Montessori recorre Italia para dar a conocer la Liga y los proyectos relacionados con esta.13
En 1898, Bonfigli y Baccelli le confían el cometido de participar en el Primer Congreso Pedagógico Nacional, que tiene lugar a comienzos de septiembre en Turín, con la finalidad de abordar el tema de la situación pedagógica en las escuelas y discutir también en aquel foro el problema de los oligofrénicos. Algunos meses después escribirá:
Yo, empujada por una pasión nueva, como la que me hacía intuir la misión y la transformación de una selecta clase social, orientada hacia una redención grandiosa: la clase de los educadores, participé en el congreso. Entonces era una intrusa porque la feliz unión entre la medicina y la pedagogía seguía siendo en ese momento, en el pensamiento de la época, insospechada.14
Estamos en plena belle époque: una foto de estos años la muestra en una postura de tres cuartos, elegante y sobria, con un bello peinado alto, el vestido bordado y el escote cuadrado, con mangas largas abullonadas en la parte superior, la cintura fina y un pequeño libro en la mano derecha. Puede que se trate de una foto para celebrar la licenciatura y la primera docencia. De ese modo, el público empieza a conocerla en las conferencias y en los congresos dedicados a la pedagogía en los que participa.
Maria Montessori recién licenciada. Según la indicación que se lee en la parte inferior, se trata de una copia impresa por Adolf Eckstein Verlag, Berlín-Charlottenburgo, realizada por el fotógrafo Michele Schemboche en Roma.
El 10 de septiembre, a punto de finalizar el congreso, Isabel de Austria –la célebre Sisí– es asesinada en Ginebra por el anarquista italiano Luigi Lucherini. El hecho desencadena violentas acusaciones de la prensa contra la escuela italiana.15 Maria se pronuncia sobre el tema con una intervención incisiva, en la que denuncia el hecho de que demasiados individuos pasen por la escuela sin recibir educación alguna:
Jóvenes que, mediante castigos y persecuciones, acabarán siendo expulsados sin haber aprendido nunca […] La reforma que se impone es la de la escuela y la pedagogía, que nos conduzca a proteger en su desarrollo a todos los jóvenes, incluidos aquellos que se muestran refractarios al ambiente social. Así coloqué la primera piedra relativa a la educación de los jóvenes deficientes y a la organización de sus escuelas especiales.16