Читать книгу El síndrome del trabajador quemado (o burnout): dimensión jurídica laboral, preventiva y de seguridad social.(DÚO e-Pub) (No Activiti) - Guillermo García González - Страница 9

2. Variables personales

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Las variables personales son factores que influyen en la valoración de las demandas laborales y de los recursos de los que se dispone para afrontarlas41. Pueden constituir, en este sentido, recursos personales que favorezcan una gestión efectiva del estrés, o, por el contrario, favorecer el desgaste emocional y el desarrollo de burnout. Todas estas variables forman parte de los antecedentes individuales o personales. Entre los antecedentes personales más relevantes en relación con el burnout cabe subrayar la autoeficacia, la resiliencia y el estilo y estrategias de afrontamiento.

La autoeficacia se entiende como la autoconfianza para asumir retos y esforzarse en afrontarlos con éxito. Cabe definir a la autoeficacia percibida como “las creencias del individuo en relación con sus capacidades personales para organizar y emprender las acciones requeridas para producir resultados esperados”42. Estas creencias son específicas para cada área, como puede ser el área laboral, influyendo en cómo uno piensa, siente, en su motivación y en sus acciones.

La autoeficacia percibida se relaciona con el esfuerzo que se realiza para superar dificultades, constituyendo un factor personal que modula la percepción y gestión de las demandas laborales estresantes. Así, las creencias de autoeficacia “constituyen un factor decisivo en el logro de metas y tareas de un individuo. Si las personas creen que no tienen poder para producir resultados, no harán el intento para hacer que esto suceda”43. De este modo, ante situaciones estresantes, si el trabajador cree que tiene recursos para afrontarlas eficazmente, la percepción de los estresores no es tan negativa44. Si, por el contrario, el trabajador cree que no puede ejercer control sobre estos agentes estresantes, los mismos le generarán angustia y afectaran su normal funcionamiento, favoreciendo el desarrollo del síndrome de estar quemado45.

La autoeficacia, de acuerdo con la teoría social cognitiva de Bandura, se nutre y fortalece por la acción de cuatro factores: las experiencias de dominio o control, la experiencia vicaria, la persuasión social y los estados emocionales y fisiológicos o somáticos46.

Respecto a la resiliencia, es un concepto que nace en el ámbito de la psicopatología para trasladarse posteriormente al área de la psicología del trabajo. Hace referencia a la capacidad para recuperarse de manera positiva de las situaciones claramente adversas. En el ámbito organizacional se define la resiliencia como “la capacidad psicológica positiva para recuperarse de la adversidad, incertidumbre, conflicto, fallo e incluso de cambios positivos, del progreso y del aumento de responsabilidad”47. La persona resiliente no es inmune al estrés, sino que tiene habilidad para recuperarse de acontecimientos negativos o estresantes.

Inicialmente se consideraba la resiliencia como una capacidad que solo poseían algunas personas privilegiadas. Sin embargo, en la actualidad se entiende como una capacidad ordinaria que todas las personas tienen.

En el ámbito laboral, la resiliencia se ha relacionado con la satisfacción, el compromiso y la felicidad48.

La resiliencia y la autoeficacia, junto con otros dos factores, la esperanza y el optimismo, aúnan sinergias en un suprafactor de orden superior cuyos efectos motivacionales tienen mayor impacto sobre el desempeño y satisfacción laboral que cada uno de ellos por separado. En este sentido, se ha señalado que “si los empleados resilientes son también eficaces y esperanzados, tendrán más confianza para persistir y hacer esfuerzos extraordinarios, eligiendo al mismo tiempo vías alternativas para recuperar el nivel homeostático”49.

Por último, procede examinar en este punto el tercero de los antecedentes personales apuntado, el estilo y estrategias de afrontamiento. El recurso personal directamente implicado en la gestión y manejo de estrés lo constituyen las estrategias de afrontamiento entendidas como “los pensamientos y comportamientos que las personas utilizan para manejar las demandas externas e internas de eventos estresantes”50. Las demandas se evalúan como algo que sobrepasa o supera los recursos personales, ante las que el trabajador va a utilizar un estilo y estrategias de afrontamiento que pueden o no ser eficaces. Estos esfuerzos conductuales y cognitivos desempeñan un importante papel mediador entre los estresores laborales y la salud y, en consecuencia, entre los estresores laborales y el desarrollo del burnout51.

Las dos formas básicas y más generales de afrontamiento o estilos de afrontamiento son el afrontamiento racional y el emocional, que se desarrollan en distintos tipos de estrategias concretas52.

El afrontamiento racional o focalizado en el problema es un estilo de afrontamiento que se centra en la planificación y uso de estrategias dirigidas a gestionar el problema que genera malestar. Las estrategias propias de este estilo de afrontamiento son la búsqueda de apoyo social, la reevaluación positiva y la focalización en la solución del problema. Se caracteriza este estilo de afrontamiento por la recopilación de información y la toma de decisiones para resolver el problema53.

Por su parte, el afrontamiento centrado en la emoción aglutina las fórmulas orientadas a regular la respuesta emocional negativa ante el factor estresor. Las dos principales estrategias empleadas son la expresión emocional abierta y la autofocalización negativa (autoinculpación, el sentimiento de indefensión o la resignación). Junto con ellas, resulta posible incluir dos tipos de estrategias adicionales como son la evitación del problema y el apoyo en las creencias religiosas.

Tabla 2

Estilo y estrategias de afrontamiento

Estrategias de afrontamientoExpresado por
AFRONTAMIENTO RACIONALBúsqueda de apoyo socialExpresa los sentimientos a familiares o amigos.Pide información a familiares o amigos.Pide orientación sobre el camino a seguir.
Focalizado en la solución del problemaAnaliza las causas del problema.Establece un plan de acción.Pone en acción soluciones concretas.
Reevaluación positivaVe los aspectos positivos.Comprende que hay cosas más importantes.Piensa que el problema pudo haber sido peor.
AFRONTAMIENTO EMOCIONALExpresión emocional abiertaLucha y se desahoga emocionalmente.Descarga el mal humor en los demás.Se comporta hostilmente.
Autofocalización negativaSe autoinculpa.Siente que es incapaz de resolver la situación.Se resigna.
EvitaciónSe concentra en otras cosas.No piensa en el problema.Se vuelca en el trabajo u otras actividades.
ReligiónPide ayuda espiritual.Confía en Dios para remediar el problema.Reza.

Nota: Tomado de GARCÍA GONZÁLEZ, M.ª L., Proceso de riesgos psicosociales en mujeres que trabajan con tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito docente: un estudio mixto, Elche, Universidad Miguel Hernández, 2017, p. 63. Disponible en: https://bit.ly/3mkgL8f (fecha de consulta 12 de noviembre de 2020).

Estas estrategias, si son efectivas, constituyen un poderoso recurso para prevenir el burnout, ya que facilitan la gestión exitosa de las demandas laborales. Por el contrario, estrategias negativas de tipo evitativo, por ejemplo, se asocian con la aparición y desarrollo del burnout.

Respecto a las variables personales descritas, diversas investigaciones han encontrado correlación entre estos antecedentes del sistema personal de los miembros de la organización con la aparición y desarrollo del síndrome de estar quemado. Así, se ha relacionado el burnout con las estrategias de afrontamiento54, con bajos niveles de autoeficacia55, o con la resiliencia56.

El síndrome del trabajador quemado (o burnout): dimensión jurídica laboral, preventiva y de seguridad social.(DÚO e-Pub) (No Activiti)

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