Читать книгу El niño problema - Guillermo Javier Nogueira - Страница 15
El hacer, ejecutar, decidir
ОглавлениеDebemos pensar que estamos constantemente haciendo aprendizajes que nuestro cerebro eficientemente guarda automatizados como esquemas disponibles para su ejecución inmediata ante circunstancias iguales o parecidas. Dichas circunstancias serán el gatillo o detonante de las ejecuciones, escogidas entre varias posibles, teniendo en cuenta anticipadamente sus consecuencias. Es un proceso rápido y eficaz que ha dado en llamarse funciones ejecutivas. Según Elkhonon Goldberg, pueden ser metaforizadas en la figura del “director de la orquesta”, con la que Joaquín Fuster discrepa, ya que considera al lóbulo frontal, supuesto locus del director de la orquesta, como una parte más de una extensa red de circuitos que involucran a la mayor parte del cerebro y que funcionan de manera recursiva. Lo importante serían las relaciones y la ubicación en este encadenamiento, que en realidad no sería conducido por un “director”, lo que no significa que no tenga dirección, entendida esta como la orientación hacia un objetivo.
Ejecuciones automáticas y sin esfuerzo muchas veces y “pensadas” con esfuerzo en otras las colocarían dentro de los planos consciente o inconsciente. Por ejemplo, las palabras guardadas provenientes de otro, pueden surgir sin que lo “pensemos” o busquemos, y así seríamos hablados por otro, como dice Jacques Lacan. La corrección y eficacia de estos modos operativos varía según el sujeto y las circunstancias. Vale la pena tener en cuenta su funcionamiento probabilístico que nunca llega al 100% correcto o errado, lo que deja lugar para las variaciones y la creatividad, lejos del determinismo mecanicista.
El descubrimiento de las neuronas espejo y las neuronas canónicas abren una enorme ventana que recién comienza a explorarse. Por ella se cuelan las ideas de aprendizaje consciente e inconsciente posibilitando nuestros vínculos sociales, junto a otras como el reconocimiento de la intencionalidad como valor fundamental de las conductas humanas.
Estos avances en el conocimiento de la génesis de nuestras conductas pueden resultar preocupantes. Es que nuestro narcisismo se incomoda al descubrir que aquello que nos hace presumir de ser conductores libres, creadores y poseedores de la capacidad de elegir podría no ser tan así. Este desconcierto y frustración frecuentemente se expresa como psicofobia, tal como dice la filósofa Kathinka Evers. La búsqueda de certezas y coherencia, claves del funcionamiento cerebral tan necesarias para nuestra existencia, se ve amenazada y de ahí esta reacción.