Читать книгу Prosas y poemas a mi estilo - Horacio García - Страница 10

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Hoy me levanté pensativo, con ganas de reflexionar, si te interesa, si tenés ganas, acompañame, sabés, solemos creer que nos identifican como persona el aspecto físico, nuestra fe, el conocimiento acumulado, lo que expresamos con la palabra, el convencimiento o la evaluación propios, pero, en realidad, solo son nuestras acciones cotidianas las que lo hacen, las reacciones ante distintas situaciones nos muestran cómo en verdad somos. Muchas veces la filosofía hace enunciados, generalmente a través de personas con prestigio, psicólogos, licenciados y libros que enmarcan conceptos de manera general, por supuesto que todo lo que ayude a la evolución del ser humano siempre es bienvenido, pero cada uno es un ser individual, con voluntad propia y debe encontrar su propio camino. Es indistinta la creencia que se profese, los dogmas o prácticas, ya sean religiosos o metafísicos, lo importante es qué hacemos con ese conocimiento y ahí reside la decisión y el libre albedrío del ser humano. Cuando uno se plantea un camino de espiritualidad, no quiere decir ser un monje o un santo, sino intentar ser una buena persona, de qué vale ir todos los domingos a misa, el facilismo de dejar toda responsabilidad en la voluntad de un ser supremo, escuchar una prédica, meditar o decir tres veces gracias, si cuando dejamos de hacerlo nuestras conductas y reacciones proceden en contrario. Observarnos es difícil, pero es necesario conocernos para crecer, es ver nuestras reacciones cuando algo no nos agrada, ya sea un concepto o una acción, saber si podemos aceptarlo, o en forma instantánea, tratamos de rebatirlo para marcar nuestra posición, si es en palabra, o la ira nos domina si es una acción. Muchas veces se habla de la valentía y suelo escuchar que la gente dice que lo es, recuerdo hace muchos años, muy joven, volvía del trabajo, era de noche, viajaba en el tren, totalmente repleto y de pronto se escuchó una explosión, el vagón se llenó de humo, se produjo un “arco voltaico”, supe después que así se llamaba y el lugar totalmente a oscuras se llenó de gritos, llantos y vidrios rotos. Tengo presente hombres destrozando las ventanas y tirándose para escapar, mujeres empujando a otras que estaban con chicos, pelear e insultarse para salir primero y no olvido a un hombre y una mujer, que se pusieron junto conmigo en una de las salidas y ayudamos a ordenar el caos, seguramente la manifestación de valentía perdió validez ante una situación crítica, la anécdota de un suceso personal solo lleva la intención de demostrar que nuestras reacciones y actos dicen en qué parte del camino estamos y las crisis desnudan actitudes, funcionan como oportunidades y en realidad son brújulas para marcarnos el rumbo. Transitar el sendero de la superación y del crecimiento significa ser honestos con nosotros mismos, no tiene ninguna importancia, manifestar que somos buenos, que realizamos acciones solidarias, que hablemos de Dios, porque los demás pueden ser solo compañeros de viaje, creer lo que decimos o tener otro concepto sobre la base de nuestros actos, pero el camino es propio y la verdad, lo difícil y lo valedero residen en no mentirnos, no caer en la vanidad de creernos un personaje de ficción o vernos como algo que no somos. Bueno, solo una simple charla para reflexionar.

Prosas y poemas a mi estilo

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