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4 Acertijos y enigmas,
el cultivo de la inteligencia La Leyenda de Taliesin
ОглавлениеCuenta una leyenda irlandesa que, cuando el rey Maelgwyn apresó injustamente a su sobrino Elphin, un niño llamado Taliesin acudió a liberarlo. Por su prodigioso origen, Taliesin poseía las facultades de un poderoso bardo y profundos conocimientos de magia y poesía. Se presentó en el palacio del rey, que estaba rodeado por los veinticuatro bardos aduladores de la corte, y les retó a que resolvieran este enigma:
—Adivinad qué es esto —les dijo—: la poderosa criatura anterior al Diluvio que no tiene carne ni huesos, venas ni sangre, cabeza ni patas… En el campo y en el bosque… Sin mano, sin pie. Es tan extensa como la superficie de la tierra, y no nació ni fue vista…
Todos quedaron perplejos ante aquel atrevido chiquillo. Nadie supo contestar, ni siquiera Heinin, el jefe de los veinticuatro bardos. La respuesta, «el viento», la reveló el propio Taliesin con un violento vendaval que abrió puertas y ventanas y penetró en la estancia sobrecogiendo a todos. De este modo, el rey, temeroso del poder de aquel niño, liberó a Elphin. La sabiduría de Taliesin aparece en otros relatos, en los que confiesa el origen de su ciencia:
Yo soy Taliesin líder de los bardos de Occidente, conozco todas las ramas de los árboles.4
En las antiguas tradiciones, especialmente antes de que la escritura se utilizara de forma generalizada, el aprendizaje y la composición de enigmas, acertijos y poemas no solo constituían un procedimiento mnemotécnico, servían, además, para cultivar el ingenio y transmitir la sabiduría, y, asimismo, para mostrar un modo de pensar muchas veces más relacionado con la intuición que con el intelecto. La escuela del bosque se presta así al descubrimiento de enigmas y adivinanzas que la propia naturaleza nos plantea como si nos incitara a entrar en su gran juego.
Nuestra propuesta: te invitamos a que compongas y propongas tus propios acertijos basados en el universo de la naturaleza, del árbol y del bosque. No es necesario que la respuesta sea fácil o evidente, pero siempre habrá de tener un atisbo de ingenio que excite nuestra curiosidad o plantee formas de pensamiento alternativas.
En las tradiciones populares hay muchas adivinanzas que pueden servirnos de modelo: «Entra al zarzal sin arañarse», dice un antiguo acertijo vasco. La respuesta es «el sol», aunque podrían servir otras, como el mismo viento de Taliesin. También podemos utilizar imágenes de hojas, siluetas de aves, huellas, etc., e incluso imprimirlas en forma de naipes, como veremos enseguida, para usarlas como herramienta de aprendizaje y juego de identificación de los habitantes del bosque.
Aquí te proponemos algunos ejemplos de enigmas que puedes utilizar para empezar:
¡Ay de mí, tuve cola y la perdí!
(El sapo y la rana)
¿Hacia dónde mira el aprendiz de druida
cuando planta un árbol?
(Hacia el futuro)
¿Qué cáscaras casca el zorzal
en su yunque de piedra?
(Cáscaras de caracol)
¿Cuándo el árbol inmóvil se mueve y viaja,
camina o alza el vuelo?
(En su fase de semilla)
¿Dónde arraiga el retoño del aliso?
(En el cauce del río)
¿Cuál es el ser alado
más ligero del bosque?
(La semilla del abedul)
De tres en tres
enebro un millar de agujas.
De tres en tres las semillas,
en un fruto de tres años.
Dulce, ácido y amargo.
Verde, azulado y negro.
(El enebro)
Son muchos y es uno solo.
Cuanta más luz absorbe, más sombra dará.
Cuanto mejor lo conozcas, más te asombrará.
(El bosque)
¿Cuál es el pájaro del aire
que en el aire caza, bebe y duerme,
y que cuando cae al suelo
no puede emprender el vuelo?
(El vencejo)
En el vientre de un mirlo negro
yo he sido engendrado.
Yo soy patriarca y monarca del bosque.
Siempre verde, casi eterno.
Nazco en un lecho de piedra y al morir dejo
un legado de pura luz y profunda tierra.
(El tejo)
Mirando al norte,
¿hacia dónde gira y avanza el planeta?
¿Este u oeste?
¿Izquierda o derecha?
(Hacia tu derecha, hacia el Este)