Читать книгу Ritual de duelo - Isabel de Naverán - Страница 19
ОглавлениеSabía que, por el aspecto que iba cobrando, otros podrían pensar que su cerebro estaba afectado. Ella misma tenía ese miedo. Por eso cuando nos encontrábamos con alguien se apresuraba a decir la cabeza la tengo bien. Y de tanto que lo decía, nos reíamos, porque de tanto que lo dices pareces una loca, le decía yo en bromas. Y entre bromas creíamos sortear también la reorganización social que rodeaba todo.