Читать книгу Liquid Experience: Coctelería evolutiva - Javier Caballero - Страница 26
ОглавлениеBASIL BRAMBLE
Creado para Perrier en noviembre de 2009.
Me apetecía acercar un cóctel tan inglés como el Bramble al Mediterráneo y para conseguirlo le añadí agua Perrier, que lo hace más fresco, y albahaca, que le da un toque herbal. Como es habitual en mi estilo de coctelería, mezclo técnicas clásicas, que en este caso aplico durante la preparación, con otras más modernas, que aquí utilizo para redondear el acompañamiento.
ADAPTAR UN CÓCTEL A NUESTRO MERCADO
A la hora de idear un cóctel, no solo mandan los ingredientes. Hay que pensar también en el consumidor final, y ser capaz de presentarle una bebida que se adapte a sus gustos y al momento de consumo.
Los gustos imperantes en el universo de los cócteles provienen tradicionalmente del mundo anglosajón, y más concretamente, de las grandes ciudades: Londres y Nueva York. Son bebidas pensadas para consumir en bares, pubs o fiestas, como aperitivo antes de las comidas o por la noche. Se trata, en muchos casos, de tragos cortos, secos, con alto contenido alcohólico, con sabores amargos o dulces.
El cliente mediterráneo, y en concreto el consumidor español, tiene unos gustos diferentes y, sobre todo, un momento de consumo distinto, fruto de unas condiciones ambientales y sociales que distan mucho de las anglosajonas. Para empezar, en el Mediterráneo hace más calor durante más tiempo, incluso por la noche, por lo que el consumidor prefiere tragos largos, e incluso bebidas para compartir, que tengan un contenido alcohólico menor y en los que imperen sabores cítricos. Pero la característica que mejor define las bebidas favoritas del consumidor español es el «frescor»: en las terrazas se beben mojitos, caipiriñas, sangrías, tisanas…
Versionar un cóctel clásico para adaptarlo a los gustos mediterráneos suele consistir, pues, en añadir notas cítricas y alargar el trago para conseguir que sea más fresco. Podemos ver un ejemplo en este Basil Bramble, en el que parto del Bramble, un cóctel típicamente inglés a base de ginebra, zumo de limón y licor de mora, y lo acerco al gusto mediterráneo solo con unas pequeñas modificaciones, con el objetivo de conseguir un cóctel «de consumo».
Para empezar, reduzco ligeramente la cantidad de ginebra de la receta, y añado una cantidad importante de zumo de lima. Para alargar el trago y aportar el toque mediterráneo, añado agua Perrier en la que he infusionado albahaca. Un cambio sencillo que altera el resultado final conservando el carácter del cóctel original, y que demuestra que, con un poco de creatividad y respeto por los ingredientes, se puede adaptar una bebida al gusto de cada consumidor.