Читать книгу Del querer al hacer - Jeremy Kraayenbrink - Страница 6
ОглавлениеAgradecimientos
“Lo lindo, compartido, es hermoso”.
Arranco con una frase que nació al relatar la experiencia de mi primera maratón.
Si bien el running es un deporte individual en el que al final del día aparece tu nombre en un ranking sobre la cantidad de competidores, la realidad es que el proceso es en equipo. Sean familia, amigos, sponsors, ayudantes logísticos, o cualquiera que haya sido parte durante el proceso de preparación, el momento en el que cruzás la línea de llegada, el logro es de todos.
Lo mismo se aplica al libro que tenés frente a tus ojos. Fue un proceso que no solo incluye el esfuerzo y dedicación para plasmar texto en estas páginas, sino que todas las experiencias de este relato son el resultado de infinidad de relaciones interpersonales.
Encuentros fugaces, proyectos a largo plazo, abrazos efímeros, miradas eternas, apoyo incondicional, momentos de la verdad, entre todos condujeron al fruto de este libro.
Queriendo incluir a todo aquel que pasó por mi vida, el principal agradecimiento es para mis padres: Rich & Deb, dos personas de enorme capacidad de dar. Son mi guía desde que tengo uso de la razón (y antes de eso, fueron mi vehículo), ejemplo en diversas áreas de mi vida, en las que a grandes rasgos puedo incluir: el amor, el trabajo duro, la perseverancia, la amabilidad, la empatía y la generosidad. Sigo aprendiendo con cada encuentro. Los amo.
En segundo lugar, y no por eso menos importante, mis 3 hermanos: Jonathan, Matthew y Jason. A mis 32 años de edad, el amor y respeto que tengo por ellos solo crece y crece.
Tener la posibilidad de trabajar codo a codo con ellos cada día me llena de orgullo, y me da fuerzas para seguir mejorando en cada proyecto de mi vida. Somos todos distintos, y nos complementamos de tal manera que cuando estamos juntos generamos un ente nuevo.
Matías Occello, hermano postizo. Nuestro primer empleado, un diamante en bruto que ya a tan temprana edad brilla que encandila.
A toda la comunidad de Un Mate, incluyendo también a clientes, proveedores, freelancers y todo aquel que haya dejado su huella en este camino.
A todos mis amigos, a los que me formaron de chico, los que me amoldaron de grande, y a los que siguen estando, frente a viento y marea. Marea verde, obvio.
Cada quien sabe cuánto significa para mí, y el por qué los sigo eligiendo a diario.
Y por último, así ya los dejo adentrarse en el libro, nada sería posible sin esta infusión de los dioses: el mate.