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Dar mucho cansa

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Para enfrentar su depresión las venusinas se ocupaban en compartir sus sentimientos y en hablar de sus problemas. Cuando hablaban descubrían la causa de su depresión. Estaban cansadas de dar demasiado todo el tiempo. Se sentían mal por hacerse siempre responsables una de otra. Querían relajarse y que las cuidaran por un tiempo. Estaban cansadas de compartir todo con los demás. Querían ser especiales y poseer cosas propias. Ya no les satisfacía ser mártires y vivir para los demás.

En Venus, vivían según la filosofía de “perder y ganar”: “Yo pierdo para que tú puedas ganar”. En la medida que todos hacían sacrificios para los demás, todos recibían el cuidado correspondiente. Pero después de hacerlo durante siglos, las venusinas estaban cansadas de cuidar siempre al otro y de compartir todo. Ellas también estaban listas para una filosofía de “ganar y ganar”.

Asimismo, muchas mujeres de hoy también están cansadas de dar. Quieren tiempo libre. Tiempo para explorar cómo es ser una misma. Tiempo para cuidarse primero a sí mismas. Querían que alguien les proporcionara un apoyo emocional, alguien del que no tuvieran que preocuparse. Los marcianos se adaptaron perfectamente a la situación.

En ese momento los marcianos aprendían a dar, mientras que las venusinas estaban listas para aprender a recibir. Después de siglos las venusinas y los marcianos habían alcanzado una etapa importante en su evolución. Las venusinas necesitaban aprender a recibir mientras que los marcianos tenían que aprender a dar.

Este mismo cambio se produce en general en hombres y mujeres cuando maduran. En sus años más jóvenes, una mujer se muestra mucho más dispuesta al sacrificio y se amolda para satisfacer las necesidades de su pareja. En su juventud, el hombre se muestra mucho más absorto en sí mismo e inconsciente de las necesidades de los demás. Cuando una mujer madura se da cuenta de hasta qué punto se autorrelegó para complacer a su pareja. Cuando un hombre madura se da cuenta de la manera en que puede servir y respetar mejor a los demás.

Cuando un hombre madura también toma conciencia de que quizá se esté dejando sobrellevar, pero su gran cambio apunta a saber cómo dar. De la misma manera, cuando una mujer madura también aprende nuevas estrategias para dar, pero su gran cambio tiende a establecer límites a fin de recibir lo que quiere.

Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus

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