Читать книгу Polvo y decadencia - Jonathan Maberry - Страница 13

Оглавление

6

Benny rodeó la casa y se dirigió a la puerta trasera. Él sabía que cuando el padre de Zak se embriagaba solía perder el sentido en el sofá de la sala, así que la parte trasera parecía ser el mejor lugar para echar un vistazo al interior.

—¡Benny! —lo llamó Nix mientras corría a alcanzarlo—. ¿Qué está sucediendo?

—Yo… —comenzó él, pero ¿cómo podría Nix, comprender y aceptar que Benny quisiera ver si Zak Matthias estaba bien? Esa casa representaba todo lo que ella había perdido. Benny creía que si los roles estuvieran invertidos, ella se sentiría del mismo modo.

Él le dedicó una sonrisa desprovista de significado —casi una mueca— y subió al porche trasero de Zak. Nix permaneció sobre el césped, cerca de los escalones. Benny dejó en el suelo su bokken —era seguro que Zak no abriría la puerta con Benny ahí parado sosteniendo una espada— y curvó sus manos a ambos lados de los ojos para asomarse al interior por la ventana de la cocina. No había ninguna linterna encendida.

El lugar estaba vacío. No había señales de Zak.

Benny golpeó en la puerta con un débil toc-toc.

Nada. Benny vaciló. ¿Qué pretendía decirle realmente a Zak? Su tío había asesinado a la madre de Nix. Benny había matado al propio Charlie Ojo Rosa. Bueno, probablemente lo había hecho: lo había golpeado con el tubo negro del Martillo de Detroit y había visto a Charlie caer un centenar de metros en la oscuridad.

¿Cómo podría algo de aquello dar pie a una conversación pacífica?

Qué tal, Zak, ¿alguien ha sido asesinado hoy?

Llamó nuevamente a la puerta.

Una figura se movió detrás de la cortina y giró el picaporte. La puerta se abrió, y Benny aspiro, no del todo seguro sobre las palabras que saldrían de su boca.

No era Zak.

Era el padre de Zak.

Aunque no tan fornido, ni albino, como su hermano Charlie, el señor Matthias, de piel pálida y cabello rubio, sí era lo suficientemente grande e igual de escalofriante que Ojo Rosa..

Especialmente ahora.

Todo el frente de la camiseta del señor Matthias estaba manchado de brillante sangre roja.

—Yo… yo… —dijo con voz grave y rasposa, pero no le quedaba suficiente garganta para decir algo más. Dio un único paso tembloroso para salir a su porche y entonces cayó justo encima de Benny. El peso del hombretón aplastó a Benny contra las tablas del porche, sacando todo el aire de sus pulmones y haciendo que su cabeza se golpeara con la suficiente fuerza para llenar su mundo de fuegos artificiales.

—¡Benny! —gritó Nix.

El oía que su propia voz también gritaba.

Benny miraba el rostro del señor Matthias que había quedado a pocos centímetros del suyo. Tenía cortadas y arañazos por todos lados, y sus ojos estaban desorbitados por el miedo y el dolor. Benny intentaba quitarse el aplastante peso de encima.

—Ayúda… me… —dijo el hombre con esa voz ronca—. Por… favor…

Y entonces el brillo se apagó en los ojos del señor Matthias. Todo su peso se concentró ya sin tensión. Sin vida.

Benny entró en pánico tratando de retirar ese aplastante peso muerto de encima. Torcía desesperadamente la cadera debajo del señor Matthias para mover la masa del cadáver. Mientras realizaba semejante forcejeo, se preguntaba por qué Nix no lo ayudaba. Ella estaba justo ahí…

Como si le hubieran marcado la entrada, Nix gritó:

—¡Benny, cuidado!

Benny consiguió quitarse parcialmente el cuerpo del señor Matthias de encima, y empujando con los pies logró terminar de liberarse.

—¡Es un poco tarde para decirme que tenga cuidado! —espetó—. Ya pude…

Pero Nix corría hacia él con su bokken en alto y el rostro desfigurado por una mezcla de odio y miedo.

—¡No! —gritó él, echándose atrás hasta estrellarse contra…

… Zak.

Benny se giró y miró el rostro de su otrora amigo.

Ese pálido rostro de ojos negros cubierto de sangre de aquel cuerpo que había sido Zak Matthias.

Con un gruñido de hambre insaciable, Zak se lanzó a la garganta de Benny.

Polvo y decadencia

Подняться наверх