Читать книгу Polvo y decadencia - Jonathan Maberry - Страница 17
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Todos estaban sentados alrededor de la mesa de pícnic en el jardín de Benny, bebiendo té y comiendo enormes rebanadas de tarta de manzana con pasas y nueces. El sol era una esfera dorada en el impecable cielo azul y los pájaros trinaban entre las ramas. Sin embargo, tan exuberante belleza no aligeraba el ambiente de tristeza y horror que los envolvía como niebla.
Lilah estaba sentada aparte, con las piernas cruzadas sobre el césped. No había pronunciado una sola palabra desde su confrontación en el jardín de Zak. Nadie lo había hecho, excepto por algunos breves comentarios relacionados principalmente con la tarta de manzana de Tom. Benny mordisqueó su rebanada, pero no tenía apetito. Al igual que Nix, aunque ella picó furiosamente el postre hasta convertirlo en un montón de pasta beige sobre su plato. Chong y Morgie sí comieron las suyas, sólo que Chong parecía alimentarse en piloto automático, con los ojos fijos en el adusto pero bello perfil de Lilah.
Tom estaba sentado en un tocón. Se mostraba enojado e infeliz.
—¿Qué fue lo que sucedió? —preguntó finalmente Benny—. Con Danny y Zak… y…
Tom suspiró y se pasó las manos por el rostro.
—Fue el abuelo Houser. Parece que murió sentado en el sofá de la sala, leyendo su ejemplar de Bomba Local. Michelle probablemente pensó que se había quedado dormido. Quizá trato de despertarlo y él se reanimó y la mordió. Aparentemente ella salió corriendo de la casa para escapar. O quizá para buscar ayuda. Las gemelas dicen que ellas estuvieron fuera toda la mañana con su padre, así que tal vez Michelle fue a buscar a Zak o al señor Matthias para que la ayudaran. No estoy seguro de lo que pasó después. Hay mucha sangre en la cocina, así que puede ser que el abuelo los atacara en ese lugar cuando entraron. O quizá Michelle estaba más gravemente herida de lo que pensaba. Zak debe haber sido mordido en la cocina y corrió de vuelta a casa. También miré en su casa. Había mucha sangre en el comedor, así que Zak debe haberse desangrado ahí, y cuando se reanimó…
—… atacó a su padre —continuó Benny.
Tom asintió.
Benny consideró mencionar sus sospechas de que el señor Matthias había estado golpeando a Zak, pero ya no parecía tener algún propósito señalarlo. Aun así, un pensamiento horrible se estaba formando en su mente. ¿Y si Zak había sido mordido —por la señora Houser o por el abuelo Houser— y, sabiendo que estaba infectado, volvió a casa para asegurarse de que fuera ahí donde muriera y se reanimara? ¿Habría Zak hecho eso como una retorcida manera de vengarse del abuso?
Nix estiró la mano y le dio un apretón en la rodilla; y cuando Benny volteó a mirarla, vio una complejidad de emociones dando vueltas como torbellino en sus ojos verdes. Ella le dedicó una sonrisita triste, y él se preguntó, no por primera vez, si de algún modo ella podía leer sus pensamientos. O sentir lo que él sentía. ¿Cómo le llamaban a eso? ¿Empatía? Benny estaba bastante seguro de que ésa era la palabra.
—Esto realmente apesta —sentenció Morgie—. Danny y sus padres…
—Y Zak —secundó Chong.
Morgie le lanzó una mirada dura.
—Estamos mejor sin miembros de la familia Matthias rondando por aquí. Nos hiciste un favor a todos reventándole la cabeza a Zak…
Nix se giró hacia Morgie y con un puño lo sujetó de la camiseta.
—¡Cállate! —le ordenó, furiosa.
—¡Eh! ¿Cuál es tu problema? —continuó Morgie, tratando de obligar a Nix a liberarlo—. Tú deberías estar festejando. Tu madre murió por culpa de Zak y de su estúpida familia. Ellos te secuestraron, ¿lo olvidas? A mí me abrieron el cráneo. Casi morimos. ¿Qué se necesita para que estés lo suficientemente enojada para…?
—Cállate —la voz de Nix resonó fría como el hielo—. Zak no sabía lo que Charlie iba a hacer cuando le contó sobre la tarjeta de la Chica Perdida.
Morgie hizo una mueca burlona.
—¿Ah sí? ¿Y tú cómo sabes eso? ¿Le preguntaste? ¿Alguna vez le preguntaste por qué se lo contó a su tío en primer lugar? ¿Cómo sabes que Charlie Ojo Rosa no le contó exactamente lo que haría?
Nix guardó silencio, pero sus ojos mostraban un fuego verde.
—¿Cómo sabes que Zak no era parte de todo el plan? —continuó Morgie—. Tom no es el único que entrena chicos de nuestra edad para convertirlos en cazarrecompensas. Tal vez Charlie adiestraba a Zak. Tal vez Charlie le contó a Zak sobre Gameland y los Juegos Z y todo lo demás. Tú no sabes qué tan involucrado estaba Zak. Él pudo haber sido tan culpable como Ojo Rosa y el Martillo.
Todos voltearon hacia Nix, y Benny esperaba que ella gritara o golpeara a Morgie o hiciera algo exagerado o extremo.
En lugar de eso, Nix abrió lentamente la mano y liberó a Morgie.
—Tienes razón —aceptó.
Morgie parpadeó, sorprendido.
—Yo…
—No lo sé —continuó Nix, interrumpiendo cualquier cosa que Morgie pudiera decir—. Tampoco lo sabes tú y ahora nadie lo sabrá. Charlie Matthias y Marion Hammer están muertos. Nosotros los matamos, allá en las montañas. Eso no va a traer de vuelta a mamá —una lágrima apareció en la orilla de un ojo y trazó una línea plateada a lo largo de su mejilla—. Pero tampoco lo hará el hecho de que condenemos a Zak sin contar con pruebas.
Morgie iba a responder, lo pensó mejor y cerró la boca. Volteó alrededor buscando apoyo, pero nadie le devolvió la mirada.
Nix se limpió la lágrima con el dorso de la mano.
—Desde que regresamos, todo lo que he hecho es odiar a Zak. Y a su padre, y a todo aquel que estuviera emparentado con él. Quería que todos murieran. Quería que todos pagaran —sus palabras eran duras, pero su voz era tan suave que Benny tuvo que inclinarse para oírla. Nix sorbió la nariz—. Hoy… cuando aquieté a Zak, realmente quería matarlo. No estaba silenciando únicamente al zom en el que Zak se había convertido. Podía sentirlo en mi pecho. Aún puedo sentirlo. Es como…
Todos esperaron en silencio mientras ella luchaba por vestir sus sentimientos con palabras que todos pudieran entender. Benny le colocó una mano en la rodilla, justo como ella había hecho con él momentos atrás, pero Nix sacudió la cabeza y gentilmente se la retiró.
—No quiero que se alegren por lo que pasó —dijo en una voz peligrosamente cercana a un sollozo—. Y tampoco quiero que se alegren por mí. Me siento como si estuviera perdiendo la cabeza… Me siento… —inhaló profundamente—. Me siento contaminada.
Nix miró alrededor buscando comprensión en los ojos de sus interlocutores. Tom asintió primero, y su hermano comprendió por qué. Él había estado haciendo esto por más tiempo que cualquier de ellos, y Benny sabía con toda certeza que cada muerte lo lastimaba. Profundamente.
Chong también asintió, y giró su rostro para ocultar lo que fuera que mostraran sus ojos oscuros. Lilah únicamente dejó escapar un corto gruñido que podía significar cualquier cosa; pero no sacudió la cabeza.
Nix se volvió hacia Benny, y había en su rostro tanto dolor y tanta esperanza enfrentados.
—Sí —dijo Benny—. Tú sabes que yo sé.
Uno a uno todos fueron girando hacia Morgie. Los ojos del chico mostraban fiereza, su mandíbula estaba trabada.
Morgie se puso en pie y sin decir una palabra dio media vuelta y se marchó.
—¡Morgie! —lo llamó Nix y comenzó a levantarse, pero Tom la detuvo con un movimiento de cabeza.
—Déjalo —dijo él—. Necesita algo de tiempo.
Pero Nix no lo dejó. Corrió detrás de Morgie y lo alcanzó cuando azotaba la reja tras él. Nix volvió a abrirla pero Morgie siguió caminando, casi corriendo. Nix corrió para pararse enfrente de él. Benny no podía oír lo que ella decía, ni lo que Morgie le contestaba. Al principio estaban gritando, pero sus palabras llegaban apagadas por la distancia. Entonces Nix abrazó a Morgie y por un momento no hubo respuesta, luego Morgie pasó sus brazos alrededor de ella y permanecieron ahí parados, con sus cabezas hundidas en el hombro del otro. Benny podía ver sus cuerpos conectados mientras lloraban.
—No vayas allá, Benny —advirtió Chong en voz baja.
—No —coincidió Benny.
Los observaron por un tiempo, después cada uno se fue retirando.